La victoria de Pedro Sánchez obliga a Podemos a tomar nuevas posiciones para no verse acorrolado a la izquierda y recuperar el voto de la indignación. La nueva estrategia fijada es la de declarar la guerra al nuevo líder socialista, y al mismo tiempo "ocupar la centralidad" del tablero político. Para ello proponen un discurso "transversal" para "capitalizar" el hartazgo del electorado más allá de su posición ideológica, evitando así la fuga de votos al nuevo PSOE. Esta tesis fue defendida por Iñigo Errejón, que advertía de la amenaza de que Podemos se convirtiera en una fuerza de resistencia en lugar de ser una oposición real al Gobierno. Tres meses después de la caída en desgracia del que fuera número dos del partido, Pablo Iglesias recupera esta hipótesis para afrontar la nueva etapa política tras la llegada de Sánchez.

"Unidos Podemos sigue en un escenario de ofensiva plena y de ocupar la centralidad del momento político que se va a mantener con toda seguridad hasta, como mínimo, la celebración y votación de la moción", reseña la hoja interna de argumentario titulada Éramos pocos y llegó Sánchez, a la que ha tenido acceso El Independiente.

El escrito, que consta de seis páginas, señala que la victoria de Pedro Sánchez consolida el escenario de centralidad, puesto que anula "la estrategia del PP de intentar restar fuerza a la moción, minusvalorándola y usando a sus medios para restarle importancia". La llegada del nuevo líder socialista ha hecho que la moción no se vea "en clave de espectáculo, sino en clave de relaciones posibles entre Unidos Podemos y PSOE", señala el informe, por lo que la iniciativa "recobra así un papel central en la agenda mediática y se convierte en un referente inevitable para la agenda política de todos los partidos en las próximas tres semanas".

Podemos puede aprovechar este escenario para capitalizar la ola de indignación ciudadana"

"Unidos Podemos estará en el centro de todos los debates que tengan que ver con esta o futuras mociones, y puede aprovechar este escenario para seguir capitalizando la ola de indignación ciudadana que existe en torno a lo que representa la corrupción y al uso y abuso de las instituciones por parte del PP", continúa el escrito, elaborado por el nuevo responsable de argumentario tras Vistalegre II, Pedro Antonio Honrubia.

La búsqueda de centralidad viene acompañada por una estrategia muy concreta. En el documento, fechado el pasado viernes 26 de mayo, la describe en cinco líneas que aparecen subrayadas en el texto: "Atacar, atacar y atacar, como estrategia de polarización, es posible durante este tiempo", comienza. "Y con ello, seguir profundizando en la delimitación de los debates políticos actuales en torno a ejes de tipo transversal como “dignidad vs indignidad”, “decencia vs. indecencia”, “corrupción vs. nuevo país”, etc., apareciendo Podemos como capitalizador de los polos “positivos” dentro de ellos".

Podemos cree que si retiran la moción puede crearse la imagen de "que todo era un paripé"

Esta transversalidad fue abanderada por Errejón, que abogaba por desechar el clásico eje izquierda-derecha para reinventar distinciones que pudieran atraer al electorado más allá de su posición ideológica. Mientras, Pablo Iglesias defendió en Vistalegre II un partido más enmarcado hacia la izquierda y partía de la hipótesis de que la crisis del PSOE había roto "el reparto simbólico de posiciones entre un gran partido de centro-derecha y un gran partido de centro-izquierda", según el documento político que Iglesias defendió en Vistalegre. El informe publicado hace tres días apunta ahora a un "retorno" de este reparto simbólico de posiciones, lo que obliga a Iglesias volver a la estrategia diseñada por el que fuera su mano derecha, que ha pasado a un segundo plano desde su derrota en febrero.

Sobre la oferta lanzada a Sánchez y la posibilidad de retirar la moción, Podemos advierte de las amenazas que conllevaría: "Se instalarían diferentes marcos que jugarían en nuestra contra y nos harían mucho daño en nuestra credibilidad y en especial entre nuestros propios votantes, militantes y simpatizantes", apunta el documento, que pasa a enumerar estos escenarios: "1­ Que todo era un paripé para entrar e interferir en las primarias del PSOE. 2­ Que ya no nos parece tan grave la situación del PP como partido de Gobierno, Rajoy como Presidente y un Parlamento secuestrado y que, por tanto, otra vez estamos pensando más en nuestros intereses como partido que en los intereses del país. 3­ Que nuestro proyecto de país está supeditado al del PSOE o que ni siquiera tenemos uno".

Rajoy, sin “el botón rojo” de adelanto electoral

El tercer punto del documento oficial, distribuido a nivel interno, se titula La batalla de desgaste de la derecha, el “cortafuegos” a C’s, Rajoy sin “el botón rojo” y la vuelta de los viejos rockeros del PNV a los escenarios estatales. En este apartado relata la situación del partido de Gobierno y Ciudadanos, que mantienen una "batalla de desgaste", con acuerdos sobre gobernabilidad pero diferencias en la estrategia: de la de "resistencia" del PP a la de la "responsabilidad" de C's, apunta el escrito.

El partido de Albert Rivera es, según Podemos, el más beneficiado de la victoria de Pedro Sánchez. "Cs se podría ver beneficiado por la fuga de un tipo de votante del PSOE que no se siente identificado con el actual Pedro Sánchez o que se haya sentido dolido con su victoria en las primarias y busque refugio en una opción “de orden"".

La capacidad de chantaje que daba el electoral al PP ha desaparecido"

Ante esta posibilidad, Podemos fija un modo de actuación: "Desde Unidos Podemos debemos seguir poniendo énfasis en la complicidad de C’s con el PP y, por tanto, con el blanqueo de su corrupción. No es una batalla menor en un momento en que C’s se encuentra al alza en encuestas". Así, el escrito detalla que esta estrategia "ayudará a cortar cualquier posibilidad de fuga de votos desde Unidos Podemos a Cs en clave de discurso de “cambio” o “regenerador”".

Como efecto "principal" del nuevo escenario, Podemos apunta a que "Rajoy ha perdido el principal arma de “ofensiva” que tenía a su favor desde que fue investido: la posibilidad de pulsar el botón rojo del adelanto electoral". El documento reseña a que "en pleno proceso de desgaste, con un UP a la ofensiva, un PSOE “renovado” y un Cs robándole votos, un adelanto electoral en estos momentos sería muy negativo para el PP". Así, apunta a que "Rajoy se queda sin su arma central de chantaje", y señala que un adelanto electoral sí sería "favorable al PSOE de cara a un año vista".