El Pleno del Congreso ha reprobado este jueves al ministro de Hacienda Cristóbal Montoro con el único voto en contra de PP, UPN, Coalición Canaria, y la abstención de PNV. La iniciativa fue impulsada por el PSOE después de que el Tribunal Constitucional declarara inconstitucional y nula la amnistía fiscal, y supone la segunda reprobación a ministro en lo que va de legislatura, después de que la oposición pidiera el cese del titular de Justicia, Rafael Catalá, junto al Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, y el entonces fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix.

La reprobación es consecuencia de una interpelación socialista en la que exige responsabilidades políticas. Una medida que llegó poco después de que Pedro Sánchez tomara los mandos del partido, como muestra de la dura labor de oposición que quieren emprender en el Parlamento. En el texto presentado por el PSOE se recuerda la “injusta” e “inmoral” amnistía fiscal “diseñada y aplicada por el ministro de Hacienda” que aprobó el Gobierno en 2012, para “perdonar” el pago de sus obligaciones tributarias “a los grandes defraudadores”. Así, se denuncia que “mientras el Gobierno de Rajoy subía los impuestos a los trabajadores, con subidas extraordinarias del IRPF y el IVA”, esta amnistía “otorgaba un tratamiento fiscal mucho más favorable para quién había incumplido sus obligaciones tributarias”.

La votación se ha producido este jueves, pero el debate de la propuesta fue el martes, donde el diputado socialista Julián López Milla reprochó a Montoro su postura tras la sentencia del TC, puesto que el ministro, esgrimió, "insiste en que la nulidad deriva exclusivamente del instrumento legal", y no por el fondo de la cuestión. "El señor Montoro no tendría ningún reparo en volver a impulsar esta amnistía fiscal, únicamente cambiaría su forma jurídica y ello constituye una razón suficiente para su reprobación", continuó el socialista, aunque el propio Montoro anunció días después de la sentencia su intención de prohibir amnistías de ahora en adelante.

Ciudadanos ha sido uno de los que se han opuesto de manera más vehemente a la amnistía fiscal de Cristóbal Montoro, antes incluso de que al TC emitiera su sentencia, y pidió revisar la lista de amnistiados para aumentar la recaudación en su pacto de investidura con el PP. Sin embargo, el partido naranja también ha censurado el discurso del PSOE,  y le ha reprochado su propio historial. "Hemos tenido que escuchar en estos días que la amnistía del Partido Socialista no es inconstitucional. Si, es cierto, no es inconstitucional, pero no se equivoquen, más que nada porque no fueron recurridas, pero es el mismo mecanismo perverso de premiar al defraudador y castigar al cumplidor".

Por parte de Unidos Podemos intervino Alberto Garzón, denunciando que quienes han "defraudado durante años" se acogen a "una herramienta que le permite blanquear su dinero defraudado y al mismo tiempo pagar una penalización ridícula que en algunos casos no llega al 2%". Garzón ha calificado la amnistía fiscal como un "caso de extrema gravedad que hasta el Tribunal Constitucional ha tenido a bien señalar", aunque ha lamentado que no haya "ningún tipo de consecuencia penal para nadie por haber hecho este tipo de barbaridades".

El ejecutivo de Mariano Rajoy ha apoyado hasta el momento al ministro de Hacienda pese a la sentencia que anulaba su amnistía fiscal, y ha justificado que se trataba de un problema de forma. Por entonces, el Ministro había conseguido sacar adelante los Presupuestos para el año 2017. Sin embargo Montoro se enfrenta ahora a una nueva negociación: la del techo de gasto. Su reprobación en el Congreso supone un desgaste extra para un Gobierno que en siete meses ya ha visto censurados a dos de sus ministros, sin contar con la reprobación del ex ministro de Interior Jorge Fernández Díaz, que se produjo dos semanas antes de la investidura de Rajoy y que contribuyó a su exclusión del nuevo equipo de Gobierno. La reprobación de Montoro le deja en una situación de enorme fragilidad, aunque la propuesta no es vinculante para el Gobierno, más aún cuando la fracuencia de la medida le ha hecho perder su carácter excepcional.