Tras meses instalado en la guerra de las imágenes y la propaganda, el independentismo se resiste a perder ahora ese papel protagonista. Por eso Twitter e Instagram han sido las vías escogidas por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, para aparentar normalidad institucional en el primer lunes de aplicación del 155; o de la república catalana. Por su parte, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha llegado con aparente normalidad al Parlament, aunque en su caso la presencia en la Cámara está justificada porque forma parte de la diputación permanente.

De hecho, todos los consellers deberían visitar a lo largo del día de hoy las sedes de los departamentos para recoger sus enseres y hacer efectiva su salida, aunque al no tratarse de un traspaso de poderes normal, deben hacerlo siempre acompañados de un mosso. Sólo en caso de que el conseller se resista a abandonar después su departamento, el agente de la policía autonómica que lo acompaña tiene instrucción de levantar atestado para el juez y fiscal, según el protocolo explicado hoy por Moncloa.

Sea sensato y se dedique a preparar las próximas elecciones" le pide Zoido a Rull

Puigdemont ha publicado una críptica imagen en Instagram tomada desde el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat con un escueto "Bon dia" con el que parece confirmar su negativa a aceptar el cese decretado por el Gobierno del viernes, tras la aprobación de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en el Senado. En un mensaje grabado y emitido el sábado por TV3, el president ya advertía de que no se da por cesado, pero lo cierto es que el gobierno catalán no ha dado ni un sólo paso para hacer efectiva esa proclamación de la república catalana votada muy subrepticiamente en el Parlament.

Más explícito ha sido Josep Rull, quien ha colgado una imagen en Twitter en su despacho con los periódicos del día para demostrar que la fotografía es de hoy y la leyenda: “En el despacho, ejerciendo las responsabilidades que nos ha encomendado el pueblo de Catalunya”, acompañada de la etiqueta #seguim. El conseller ex convergente se convierte así en el primer miembro del Govern que intenta trasladar una imagen de abierto desacato al cese decretado al amparo del artículo 155.

El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha señalado que "no le consta" la presencia de Rull en la sede del Departamento de Territorio aunque no descarta que esté allí. Zoido ha pedido a Rull que, si es así, "sea sensato y se dedique a preparar las próximas elecciones". El titular de Fomento, Iñígo de la Serna, que tras la aplicación del 155 ha asumido las competencias sobre el área de Territorio y Sostenibilidad, ha recordado que Rull puede incurrir en varios delitos si pretende seguir ejerciendo como conseller, entre ellos, la usurpación de funciones. El responsable de Territorio y Sostenibilidad ha salido posteriormente del departamento para ir a la sede del PDCat.

El delegado de la Generalitat en Bruselas acata el cese

Amadeu Altafaj, delegado de la Generalitat en Bruselas, ha aceptado su cese como medida incluida en el 155. Altajaf ha emitido un comunicado que ha sido publicado en el diario Ara en el que muestra su pesar por esta decisión y asegura que durante sus años en el cargo ha cumplido con "total profesionalidad".

Además de dirigir las diversas tareas que corresponden a la delegación de la Generalitat, ha asumido la representación del Gobierno "en un momento importante de la historia de Cataluña. Lo he hecho con lealtad y insistiendo siempre en la fuerza del diálogo político, un diálogo basado en el respeto como motor del entendimiento y de la búsqueda de soluciones pacíficas", remarca en su escrito.

Altafaj, que reivindica que trabajó 10 años en cargos de responsabilidad de la Unión Europea antes de ser delegado, reclama a la UE que se involucre en encontrar una solución para Catalunya: "Europa debería contribuir siempre a encontrar soluciones y fomentar el diálogo". Ha pedido a los ciudadanos que reivindiquen la Europa que quieren, una unión donde los ciudadanos y las naciones sean protagonistas y no "actores secundarios" como, a su juicio, han sido hasta la fecha.