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Las salidas para Susana Díaz: senadora, delegada del Gobierno, diputada...

La Ejecutiva de Pedro Sánchez niega tener cualquier responsabilidad en la derrota del PSOE andaluz

Susana Díaz y Pedro Sánchez, en un mitin en Marbella.

Susana Díaz y Pedro Sánchez, en un mitin en Marbella. EP

La dirección socialista de Pedro Sánchez ha aplazado la guerra contra Susana Díaz hasta que se resuelva la gobernabilidad en Andalucía. Pendiente de que exista una última posibilidad de salvar la situación a través de una repetición de elecciones, Ferraz ha declarado una tregua en su batalla por conquistar la federación andaluza para dar pie a una "regeneración" o "renovación" que permita al sanchismo entrar en un territorio en el que no se ha producido integración tras la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialista.

El propio líder del partido expuso ayer ante su Ejecutiva la necesidad de apoyar a Susana Díaz durante las negociaciones de investidura y rehuyó cualquier tipo de autocrítica o responsabilidad en su derrota electoral. El PSOE federal recuerda que fue la propia Díaz la que decidió unilateralmente adelantar las elecciones, la que diseñó su campaña en clave netamente andaluza, incluso escondiendo el logotipo del partido, y la que vetó la presencia del presidente del Gobierno y sus ministros para ayudarla.

En este sentido, el PSOE federal descarta tajantemente que el contexto nacional y las alianzas del Gobierno socialista con los partidos independentistas hayan pasado factura en Andalucía, como la propia presidenta está asegurando."La que estaba equivocada era yo al no querer hablar de Cataluña, porque la derecha sabía muy bien lo que se hacía”, ha asegurado Díaz para intentar responsabilizar también al Gobierno de Sánchez de su debacle.

Además, la presidenta ha decidido atrincherarse en Sevilla frente a la amenaza sanchista para mantener su liderazgo en el PSOE andaluz. Con ese objetivo, Susana Díaz empieza a asumir que su futuro pasará por ser la líder de la oposición en Andalucía. La dirigente socialista confía en que el acuerdo entre PP y Ciudadanos dé como fruto un "Gobierno débil" al que pueda torpedear hasta las próximas elecciones autonómicas, en las que aspira a recuperar el poder como hizo Guillermo Fernández Vara en Extremadura tras el mandato de José Antonio Monago (PP).

En este contexto, cualquier acuerdo entre Ferraz y San Vicente para propiciar la renovación del partido en Andalucía 'por las buenas', como desea Pedro Sánchez antes de contemplar medidas beligerantes como la constitución de una Gestora en el partido, pasa por dar una salida política digna a Susana Díaz. En el PSOE-A se recuerda otras operaciones similares como el nombramiento como vicepresidente y ministro de Política Territorial de Manuel Chaves por parte de José Luis Rodríguez Zapatero cuando sufría el desgaste de 19 años de Gobierno.

En Moncloa no convence ese escenario, aunque no lo descartan en caso de renovar el Gobierno en unas elecciones generales. Más factibles ven otras opciones, principalmente el nombramiento de Susana Díaz como senadora autonómica, destino natural de los ex presidentes autonómicos. También apuntan a una posibilidad que le permitiera seguir haciendo política en su tierra: su nombramiento como delegada del Gobierno en sustitución de Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

Al presentarse a las elecciones, todos los candidatos hacen públicas sus declaraciones de bienes. La presidenta de la Junta de Andalucía desde el año 2013 asegura que sólo tiene sólo 80 euros y 69 céntimos en su cuenta corriente. Díaz declara como propiedades una vivienda compartida en Sevilla y una plaza de garaje, por un valor catastral total inferior a 19.500 euros. Además, reconoce un depósito de 30.000 euros en el Banco Popular, un seguro de vida y accidentes de la Junta de Andalucía y una hipoteca de 89.000 euros al 50% concedida por el BBVA.

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