Política

El PP congela la elección de su candidato europeo a la espera de si hay "superdomingo"

No está previsto que Pablo Casado aborde este asunto hasta finales de febrero y principios de marzo como pronto, sin descartar incluso que espere al 1 de abril

Pablo Casado junto a Javier Maroto y Esteban González Pons EFE

La designación del cabeza de lista popular a las elecciones europeas, tendrá que esperar. De hecho, no está previsto que Pablo Casado aborde este asunto hasta finales de febrero y principios de marzo como pronto, sin descartar incluso que espere al 1 de abril. Y es que esa es la fecha tope que tiene el presidente del Gobierno para hacer coincidir las próximas elecciones generales con el "superdomingo" 26 de mayo, día que tendrán lugar los comicios locales, autonómicos y europeos, además de no pocas diputaciones provinciales y consejos insulares.

Génova, según fuentes populares, no quiere hacer ningún movimiento hasta saber si ese mismo día los españoles serán convocados a unas legislativas, porque de esa eventualidad puede depender en muy buena medida desde el cabeza de lista europeo a la composición del resto de la lista. De hecho, salvo la anunciada intención del hoy preso Oriol Junqueras de encabezar la candidatura europea de ERC, -más como una declaración de independencia respecto a  Carles Puigdemont, que quería una lista conjunta- el resto de las formaciones políticas no han adelantado ningún nombre. El plazo de presentación de listas, según el calendario oficial, se abre el día 17 de abril y se cierra el 22, a tiempo de saber si hay o no elecciones generales.

González Pons, va cogiendo enteros para encabezar la lista europea salvo que Casado tenga algún compromiso

"Todos estamos a la espera de acontecimientos", admiten en el PP, al tiempo que piden, por su parte, "algo de tiempo, después del 'parto' de las designaciones de los candidatos autonómicos y a capitales de provincia", que culminaron el pasado fin de semana con Valencia y Madrid.

El actual portavoz de los populares españoles, Esteban González Pons, va cogiendo enteros para encabezar la lista europea salvo que Casado tenga algún compromiso indeclinable producto de los apoyos que cosechó en las primarias del partido, primero, y, después en el congreso extraordinario del mes de julio, el que le encumbró al liderazgo del partido. El nombre de la ex secretaria general y ex ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, se barajó durante semanas, pero ella misma perdió interés desde el momento en que no tenía ninguna posibilidad de llegar a ser comisaria europea, elección que recaerá en alguien del PSOE.

Una larga lista de exministros

Tiene Casado otros ex ministros en cartera que podrían aspirar no sólo a encabezar la lista sino a formar parte de ella como una salida política honrosa, siguiendo el camino de otros muchos. Íñigo Méndez de Vigo, Juan Ignacio Zoido, Rafael Catalá o José Manuel García Margallo -que fue eurodiputado durante diecisiete años- son algunas de las opciones. Otros ex ministros tanto de PP como de PSOE que acabaron en el Parlamento Europeo han sido Magdalena Álvarez, José Blanco, Juan Fernando López Aguilar, Cristóbal Montoro o Pilar del Castillo, por poner unos ejemplos. Es una "vía de escape" casi natural para los que han formado parte de Consejos de Ministros y tienen un encaje difícil en el Congreso de los Diputados por mucho que Casado los haya colocado de presidentes de comisión.

En todo caso, González Pons, que fue a Bruselas casi a regañadientes, está plenamente integrado en la vida comunitaria y ha jugado un papel muy activo a la hora de desactivar el relato de los independentistas en Europa. Además, tiene opciones de ser el nuevo presidente del Grupo Popular Europeo en sustitución del alemán Manfred Weber, aunque para ello no necesita encabezar la lista de su partido. Pons "se ha reinventado a sí mismo" y una vez exorcizado el riesgo de que le enviaran de cabeza de lista al ayuntamiento de Valencia, "no le importa no ser el número uno de la candidatura", señalan fuentes populares.

La Ley Orgánica de Régimen electoral General (LOREG) establece un plazo de 54 días naturales desde la disolución de la cámaras a la celebración de las elecciones. Lo que significa que, como muy tarde, Pedro Sanchez deberá despejar el 1 de abril si hace coincidir las generales con el resto de las elecciones, a pesar de las resistencias de sus barones territoriales a que se produzca dicha confluencia en el convencimiento de que la "marca" Sánchez tira a la baja.

Además, el presidente, en función de la prerrogativa presidencial, que le permite convocar cuando lo crea oportuno para sus intereses, juega al despiste. "Vamos a gobernar hasta 2020", fue lo último que dijo el pasado sábado en un acto en Barcelona a donde acudió para apoyar a su candidato al ayuntamiento de la capital catalana. Otras veces ha admitido que sin Presupuestos Generales la cosa se le pone cuesta arriba e insinuado que podría adelantar. En definitiva, Génova está atenta a los movimientos del presidente aunque es mayoritaria la opinión de que el jefe del Ejecutivo "intentar´aguantar todo lo que pueda", entre otras cosas porque los sondeos, ni siquiera los sondeos de José Félix Tezanos, presidente del CIS, le aseguran que pueda volver a sumar los suficientes apoyos para gobernar y, si no, que se lo digan a su compañera de partido Susana Díaz.

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