Política

El comisario Villarejo declara al juez que el CNI hizo el espionaje del BBVA

El antiguo agente encubierto niega que hubiera 'pinchado' teléfonos o rastreado conversaciones para realizar el trabajo encargado por el banco y sostiene que los datos que él incluyó en sus informes se los dieron los servicios secretos

El comisario ya jubilado José Manuel Villarejo, en una entrevista con 'El Independiente' meses antes de su detención.
El comisario ya jubilado José Manuel Villarejo, en una entrevista con 'El Independiente' meses antes de su detención. | GIULIO M. PIANTADOSI

El comisario jubilado José Manuel Villarejo defendió en la Audiencia Nacional que fueron agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) los que le proporcionaron el tráfico de llamadas telefónicas que él incluyó en los informes elaborados para el BBVA dentro de la estrategia con la que el banco buscaba frenar la operación hostil con la que hace 14 años se intentó descabalgar a Francisco González de la presidencia y que Sacyr se convirtiera en accionista de referencia.

Según ha podido conocer El Independiente en fuentes jurídicas, el antiguo agente encubierto rechazó este lunes ante el magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón que hubiera pinchado teléfonos o que hubiera rastreado conversaciones con motivo de la realización de dicho trabajo para la entidad financiera. Por contra, mantuvo que fueron los servicios secretos los que le facilitaron tanto el detalle del trasiego de llamadas entre los integrantes del grupo que planeaba el 'asalto' al banco como la transcripción del contenido de las comunicaciones.

Villarejo prestó declaración en calidad de investigado por su responsabilidad en la Operación Kitchen, el dispositivo puesto en marcha en 2013 para tratar de descubrir el patrimonio oculto de Luis Bárcenas y que presuntamente incluyó el robo de documentación al ex tesorero del PP por parte de su chófer tras ser captado éste como confidente policial.

En el interrogatorio, el titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional y los fiscales Anticorrupción también preguntaron al imputado por el citado trabajo encargado por el BBVA, por el que facturó más de medio millón de euros a través de Club Exclusivo de Negocios y Transacciones SL. En esta pieza secreta del caso Tándem, incoada el pasado mes de junio, el instructor imputa a Villarejo por la comisión de delitos de cohecho y revelación de secretos.

El antiguo agente encubierto sostiene que los datos que él incluyó en sus informes para el BBVA se los dieron los servicios secretos

Entre los documentos aportados al BBVA figura un anexo -numerado como IX y titulado como 'Relaciones GH (Miky, Joper, Aren, GBA, Ruper, Mar, Beni...)'- en el que Villarejo informaba de que se estaban analizando "casi 15.000 comunicaciones" realizadas entre el 25 de noviembre de 2004 y el 30 de enero de 2005, de las que casi la mitad -concretamente 7.121- correspondían a números de teléfonos ya identificados por pertenecer a las personas implicadas en la operación comandada por el dueño de Sacyr. La documentación a la que han tenido acceso moncloa.com y El Confidencial revelan que el espionaje alcanzó a casi 4.000 teléfonos.

En dicho escrito, el policía entonces en activo esgrime "limitaciones de medios" para justificar que, de dicho volumen, tan sólo les había sido posible interceptar "unas 750 comunicaciones". "Esto es apenas el 5 % del total y el 15 % desde que se activaron los medios técnicos a partir de primeros de enero", agrega.

El rastreo incluyó -entre otros- los teléfonos del socialista Miguel Sebastián, entonces director de la Oficina Económica de Moncloa y posteriormente ministro de Industria, Comercio y Turismo; el constructor Luis del Rivero, presidente de Sacyr; el industrial Juan Abelló y Carlos Arenillas, en aquellas fechas vicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Todos ellos formaban parte del bautizado por Villarejo como 'grupo hostil' por su pretensión de desbancar a Francisco González como presidente del BBVA.

Conversación de Fernández de la Vega

En su comparecencia judicial, el comisario hoy en prisión también se desvinculó de los pinchazos y las transcripciones de las conversaciones que figuran en los anexos entregados al banco con el título de "control de las comunicaciones". Entre otras figura el detalle de la llamada que Sebastián -al que Villarejo se refiere en sus informes como 'Miky'- hizo a las 17.32 horas del 18 de enero de 2005 desde un teléfono fijo del Ministerio de la Presidencia a Ignacio Rupérez ('Ruper'), jefe del Servicio de Estudios del Banco Santander en aquellas fechas y considerado como el ‘enlace’ entre los promotores de la operación para descabalgar a FG y la entidad dirigida entonces por Emilio Botín.

Fue la conversación en la que el entonces jefe de la Oficina Económica de Zapatero le pasó el teléfono a María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno en aquel momento, para que saludara a su interlocutor. La número dos de Rodríguez Zapatero aprovechó aquella llamada para decirle a Rupérez que transmitiera a Botín -éste falleció en septiembre de 2014- que el asunto que tanto le preocupaba -la causa de las ‘cesiones de crédito’ del grupo Santander, que terminó siendo archivada por el Tribunal Supremo- "ya está hablado y no habrá problemas".

"Por medidas de seguridad existe un retraso de fechas de transcripción, ya que son distintos equipos los que operan y trabajan sin conocerse entre sí. A pesar de las contramedidas en Miky, la recepción ha sido posible por tener el control afectado a Ruper", precisa el anexo en el que se reproduce la citada conversación. El documento está fechado el 4 de febrero de 2005, 17 después de que se produjera.

"Dispositivos para captación" de información

Como han publicado ambos medios, el informe preliminar presentado al BBVA por Villarejo -de 21 páginas- detalla que en la ejecución del encargo iban a participar "ocho equipos de personal especializado” que actuarían “con arreglo a un diseño de operación” que se había “gestado sobre la base del oportuno estudio de campo”.

En cuanto a los medios técnicos, estos iban a constar de "ocho dispositivos de comunicaciones", "cuatro dispositivos de contramedidas", "tres bases estáticas y una externa de apoyo de emergencia", "equipos de audio para grabaciones convencionales", "equipos de captación de audio en ambientes hostiles", "equipos ópticos captadores de imágenes en situaciones adversas", "12 coches y cinco motos para vigilancia/transporte", "tres vehículos base para comunicaciones", "elementos varios de transmisión dúplex" y "software’ y ‘hardware’ para acceder a determinados bancos de datos", entre otros.

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