Política

Sánchez se marca batir los 110 escaños de Rubalcaba y ganar once años después

Pedro Sánchez junto a Cristina Narbona, Adriana Lastra y Carmen Calvo este lunes durante la reunión de la Ejecutiva del PSOE. EFE

Once años después de su última victoria electoral, la de José Luis Rodríguez Zapatero con 169 escaños, cuatro más que en 2004, Pedro Sánchez quiere devolver la moral de victoria al PSOE. Tras una travesía por el desierto de once años, que comenzó con la derrota de Alfredo Pérez Rubalcaba en las elecciones generales de 2011, cuando el PSOE alcanzó su suelo histórico con 110 escaños, las encuestas sitúan al partido de nuevo en disposición de ganar, relanzando la figura de su líder.

Pedro Sánchez fue derrocado como secretario general del PSOE en octubre de 2016 por los barones y referentes del partido, que entonces le reprochaban sus dos derrotas electorales -diciembre de 2015 y junio de 2016- así como su intención de gobernar con el apoyo de Podemos y los independentistas catalanes. Una y otra vez, el líder socialista tuvo que escuchar duras acusaciones por llevar al PSOE a sus peores resultados electorales y a arriesgar la gobernabilidad y la estabilidad del país por su ansia de poder. "Son las derrotas electorales las que nos han traído a esta situación", culpaba Susana Díaz a Sánchez cuando la Gestora que dirigió el partido tras la dimisión de Sánchez decidió abstenerse en la investidura de Mariano Rajoy.

En su disputa con Sánchez por la Secretaría General del PSOE, el principal argumento de Susana Díaz era devolver la moral de victoria al partido que el PSOE andaluz mantenía en alto tras 36 años de gobierno ininterrumpido. Casi dos años después, las tornas han cambiado de forma insospechada. Ahora es la baronesa andaluza la que está en la oposición y Sánchez el que gobierna con perspectiva de ganar las próximas elecciones generales. Su objetivo principal es batir la marca de Rubalcaba, anterior a la aparición de Podemos y Ciudadanos, y convertir al PSOE en primera fuerza política para demostrar dentro y fuera del partido que su apuesta por el Gobierno con Podemos y los independentistas recibirá el aval de las urnas.

"Todas las encuestas dan como primera fuerza al PSOE. Nuestra aspiración es conseguir un Gobierno monocolor y vamos a trabajar en ello. Hemos conseguido hacerlo con 84 diputados, con bastantes más nos resultará más fácil", explicó el lunes en rueda de prensa el secretario de Organización del partido, José Luis Ábalos. "Todo parece indicar que vamos a aumentar claramente el número de diputados y a tener un gobierno socialista.

“El PP ha renunciado a ser primera fuerza del país, ha dado un giro radical”, ha asegurado, recordando que el partido de Casado incluso hizo una propuesta para que gobernaran siempre los ganadores de las elecciones que ahora no quiere recuperar. Ahora no se lo plantea y aspira a la triple alianza, ésa es su vocación y su proyecto. Por eso plantea pactos y procura que nadie se le distraiga en esa aspiración”, explicó Ábalos. "Por eso el PP plantea ahora pactos y procura que nadie se le distraiga en esa aspiración. Eso no nos aboca a otros. Hemos establecido entendimientos con unas fuerzas y otras,  no ha habido una posición decidida, por eso no nos planteamos pactos", respondió a los periodistas sobre la preferencia del PSOE para las alianzas postelectorales.

La Ejecutiva Federal del PSOE celebrada ayer en Madrid se felicitó por la convocatoria de elecciones el 28 de abril y avaló la decisión del presidente al considerarla todo un acierto. En distintas intervenciones, los dirigentes socialistas mostraron un entusiasmo por la posibilidad de ganar los comicios que Sánchez empezó a experimentar el sábado en un mitin en Mérida en el que mil personas no consiguieron entrar. Muy diferente fue el acto que celebró el sábado en Sevilla, donde la moral del partido sigue tocada por la pérdida del Gobierno andaluz. El ambiente allí era claramente más frío y pesimista que el del extremeño, confiado en la victoria.

En esa línea, el secretario de Organización aseguró que el PSOE ve a su potencial electorado "muy movilizado" y con ganas de propiciar un "cambio, alejado de la crispación que algunos, intencionadamente, han querido fabricar". Aunque nadie prevé que Sánchez tenga rival dentro del PSOE, la Ejecutiva Federal ha convocado este lunes el plazo para solicitar que se abra un proceso de primarias. Según los Estatutos del partido, para forzar primarias cuando el PSOE está en el Gobierno, lo debe reclamar el 50 por ciento del Comité Federal o el 30 por ciento de la militancia. El plazo dado para presentar posibles candidaturas finalizará en cualquier caso el 25 de febrero.

Para la elaboración de las listas al Congreso y el Senado, las agrupaciones locales tienen de plazo hasta el próximo 3 de marzo para formular sus propuestas a los órganos provinciales o regionales, según el caso. Y de ahí, las propuestas pasan a la Comisión Federal de Listas, que tienen la última palabra. Para el 17 de marzo, el conjunto de las listas será ratificado por un Comité Federal -máximo órgano entre congresos-, con la excepción de la lista al ayuntamiento de Madrid, que se retrasa por la celebración de primarias con una primera vuelta el 9 de marzo, y el 16 de marzo si hay segunda vuelta.

Todos los ministros del Gobierno, incluidos los independientes, podrán formar parte de las listas si así lo desean, aseguró Ábalos, que a partir de ahora podrá conformar un grupo parlamentario leal a Pedro Sánchez del que saldrán diputados críticos que le han hecho oposición interna en el Congreso, desde la ex portavoz Soraya Rodríguez hasta el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda, pasando por un importante número de parlamentarios andaluces afines a Susana Díaz. En este sentido, la renovación será total.

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