El mapa político español ha cambiado radicalmente tras las elecciones generales de este domingo. Lo que era un territorio teñido del azul del Partido Popular ha mutado al rojo socialista en apenas tres años, en los que los populares han perdido un dominio que era abrumador.

El batacazo de Pablo Casado y la fragmentación de la derecha han ayudado a Sánchez a conseguir una incontestable victoria cimentada en el triunfo en las grandes ciudades, imponiéndose en feudos históricos del PP como Zaragoza, Sevilla, Madrid o Valencia.

En estas urbes se ha dejado Casado, que se ha pegado un traspiés importante, más de la mitad de los escaños que heredó de Mariano Rajoy. En la capital, como ejemplo demostrativo de lo que han sido estos comicios, el PP ha bajado del 40% de los votos a un 20,9%, mientras que el PSOE se ha disparado más de ocho puntos hasta el 27%.

Madrid

La capital, como decíamos, ha personificado ese cambio de rumbo de la política española. En las elecciones generales del año 2016 que llevaron a Rajoy a Moncloa, se vistieron de azul el 40% de los sufragios, el mismo porcentaje que se anotaron Unidos Podemos y PSOE. Ciudadanos, por su parte, se tuvo que conformar con poco más del 16%, un resultado notable en su debut.

La situación tres años después no puede ser más diferente. Todos los partidos crecen en apoyos menos Unidas Podemos y el Partido Popular, los dos grandes perdedores del domingo, que se dejan un 20% y un 5%, cayendo hasta el 20,9% y el 16,5% respectivamente.

Los que se marcharon con una sonrisa a la cama fueron los socialistas y los votantes de Ciudadanos. Los de Sánchez ganaron las elecciones en la capital con el 27% de los votos, mientras que Rivera y los suyos se anotaron casi una de cada cinco papeletas válidas, dejando para Vox, gran novedad, casi un 13% de los sufragios.

Barcelona

En la Ciudad Condal la situación ha estado muy pareja, con un empate técnico de ERC y del PSC en lo más alto de la clasificación. Es, eso sí, una novedad respecto al año 2016, cuando En Comú Podem se impuso sin ningún tipo de duda. El gran desplome lo ha protagonizado, una vez más, el PP.

Así, los de Tardá y Rufián se hicieron con el triunfo gracias al 23,1% de los apoyos, pero con los socialistas a apenas tres décimas de distancia. En Comú Podem, con toda su convulsión interna, se dejó casi una decena de su porcentaje, estancado en un 16,3% de los votos. Ciudadanos consiguió incluso superar a la lista de Carles Puigdemont, si bien por algo menos de un punto porcentual, mientras que el PP de Cayetana Álvarez de Toledo sólo pudo convencer al 6,1% de los votantes frente al 15,2% que logró en 2016. Fracaso con todas las letras.

Entre las caras nuevas está Vox, cuya presencia en la capital catalana es bastante residual. Pese a ser protagonizar muchos titulares de los de Abascal, apenas un 3,3% del censo electoral consideró a la formación merecedora de su voto.

Valencia

La Comunidad Valenciana presenta una peculiaridad en estas generales. El presidente valenciano, Ximo Puig, decidió adelantar la convocatoria autonómica para hacerla coincidir con esta cita electoral, algo que ha podido influir en los votos para el Ejecutivo central.

La capital valenciana es otra de las urbes en las que Casado ha construido su fracaso. El Partido Popular ha perdido la mitad de sus votos pasando de un imponente 36% a un pírrico 18,5%, que les deja en tercera posición -tras PSOE y Cs- en un territorio que había acostumbrado a Génova a muchas alegrías.

Los grandes beneficiados de ese hundimiento son los socialistas, Ciudadanos y, por supuesto, Vox, que entra con un 12% de los sufragios. Para el PSOE y Ciudadanos quedan un 25,1% y un 18,8% de todos los votos. Podemos es el otro punto negro, sobre todo por la escisión de Compromís y la pérdida de apoyos que eso ha supuesto para los de Pablo Iglesias.

Bilbao

Bilbao es una de las pocas ciudades en las que el partido que se hizo con la victoria en 2016 ha logrado repetir. En este caso, además, aumentando la distancia con el segundo, ya que el PNV ha subido desde el 27% hasta el 33,5% y es el claro triunfador.

El hundimiento de Podemos, que pierde 10 puntos, lo ha capitalizado el bando socialista, que sube hasta más allá del 20%. También destaca el bajón del PP, reduciendo su peso a la mitad, y el repunte de Bildu, que ronda ya el 10% de los apoyos.

Aquí se han estrellado Ciudadanos y Vox. Los primeros caen en porcentaje pierden un cuarto de sus votos y caen hasta el 3,85% mientras que los de Abascal se han mantenido en la marginalidad con sólo 234 papeletas, menos de las que lograron el Grupo Verde o UPyD.

Sevilla

La capital hispalense, en la que el PP solía pasearse con tranquilidad, es otra de esas zonas a las que Casado mirará con un suspiro. Una vez más, casi la mitad de sus votantes han buscado refugio en otras opciones, impulsando sobre todo a PSOE y Ciudadanos.

Aquí el trasvase es más o menos claro: los socialistas se quedan con los cuatro puntos que pierde Podemos, justo los que ganan los de Sánchez, mientras que entre Ciudadanos y Vox se hacen con lo que se dejan los populares.

La irrupción de Vox es una de las más importantes. En Sevilla casi un 13% de los votantes han considerado que el partido que mejor les representaba era el de Santiago Abascal.

Zaragoza

De nuevo, Casado e Iglesias sufriendo heridas de importancia, esta vez en la capital aragonesa, precisamente uno de los feudos de los conocidos como ayuntamientos del cambio. Unidas Podemos cae aquí más de siete puntos, mientras que el PP se deja 15.

Los grandes beneficiados, siguiendo la tendencia, son el PSOE y Ciudadanos. Los socialistas se imponen con un tercio de los sufragios, mientras que Rivera y los suyos se anotaron más del 21% de los apoyos.

Vox, en la línea del resto del territorio estatal, se quedó con el 12,5% de las papeletas, rentabilizando ese importante batacazo que sufrió el Partido Popular.

Palma de Mallorca

Baleares era un territorio fértil para el Partido Popular, un buen caladero de votos que sabían aprovechar. Hasta ahora. Rajoy sacó aquí casi un 34% de los votos, pero Casado se ha quedado por debajo del 15%, reflejando una vez más la debacle.

Unidas Podemos y Ciudadanos firmaron casi un empate, con un punto de diferencia para los naranjas, mientras que le PSOE se hizo con el triunfo quedándose a unas pocas décimas del 27% de los votos.

Mientras tanto, Abascal y los suyos siguieron votos y en Palma cosecharon casi 25.000 papeletas, el equivalente al 13% de todas las que se introdujeron en las urnas dominicales.

Málaga

El PSOE ha conseguido recuperar el pulso en una de las ciudades con más peso de Andalucía. De hecho, los de Sánchez se han disparado más de siete puntos y se quedan en el 30%, desbancando a un Partido Popular que pierde más de la mitad de sus apoyos y se queda en un 17% que le sirve para ser la tercera formación más votada, si bien eso no empaña el fuerte castigo recibido.

De nuevo, socialistas y Ciudadanos han sido el recipiente al que han ido a parar los votantes que han huido de PP y Unidas Podemos. Los de Iglesias, que cuentan con Alberto Garzón como gran baza en la provincia, caen cinco puntos, mientras que Ciudadanos sube tres.

Vox vuelve a confirmar que sus resultados en las elecciones andaluces los hicieron buenos en las generales y, como ya pasara en Sevilla, han conseguido convencer a poco más del 13% del censo.

A Coruña

Ni siquiera el efecto Feijóo le ha valido al Partido Popular para mantener sus cifras en A Coruña. El presidente gallego ha presumido de ser el único que ha logrado sostenerse en pie de entre los suyos, cosa que es verdad, pero eso no ha evitado que el PP se quede en un pobre 21% frente al casi 36% alcanzando hace tres años.

El avance de Ciudadanos es importante, aumentando un tercio sus apoyos hasta superar el 14%, mientras que los votos que pierde Podemos -un 10%- van directamente a la urna del PSOE en un trasvase ya visto en otras grandes ciudades.

Aquí Vox, y de eso ya presumía Feijóo en su intervención tras conocerse los resultados y en la que lanzó dardos dirección Madrid, no ha conseguido la fuerza deseada y apenas han superado el 6,5% de las papeletas depositadas.

Santander

La capital cántabra es otro de los puntos en los que el mapa político ha variado de forma importante. En 2016 Rajoy arrasó y se quedó con el 44% de los votos, mientras que Casado apenas ha conseguido retener un 23,8% de los mismos. El gran beneficiado es Miguel Ángel Revilla, que tendrá presencia en el Congreso de los Diputados gracias a un 11% de los votos en la ciudad.

El hundimiento más importante lo protagonizado Unidas Podemos, que pasa del 16,5% al 9,4% y es la única formación relevante que se queda por debajo de los dobles dígitos. Los votos perdidos por Iglesias los recoge Sánchez y el PSOE es el ganador con casi uno de cada cuatro sufragios.

Por su parte, Ciudadanos y Vox sí que consiguen una presencia importante en el recuento: los naranjas se anotan casi el 17% de los votos, mientras que los de verde hacen su aparición con el 12% de los mismos.