Política

Sánchez apela a la 'responsabilidad histórica' de PP y Cs para su abstención en septiembre

A Rivera le ofrece un pacto de investidura, a Casado que lidere la oposición tras la sentencia del procès y a Podemos no cargar con la repetición electoral

Pedro Sánchez y Pablo Casado durante su reunión de este martes
Pedro Sánchez y Pablo Casado durante su reunión el martes pasado en el Congreso. | EFE

Pedro Sánchez se prepara para fracasar en su investidura el próximo jueves. El candidato socialista ha dado por rotas las negociaciones con Podemos después de que Pablo Iglesias convocara una consulta a las bases de su partido. La pregunta, -una "mascarada según Sánchez- sólo contempla la posibilidad de apoyar o rechazar la propuesta socialista de un Gobierno sin dirigentes de Podemos. De esta manera, Iglesias ha cerrado las puertas a la posibilidad de optar por una abstención, la postura que le había solicitado el presidente del Gobierno en su reunión del pasado martes.

La consulta está "teledirigida" para "imposibilitar" un acuerdo, según Moncloa. La pregunta que plantea es: "¿Cómo deben votar las diputadas y diputados de Podemos?", que tiene dos respuestas. Primera: “acuerdo integral de Gobierno y programático con Pedro Sánchez”, y segunda, “voto a favor o abstención a un Gobierno monocolor del PSOE y apoyo programático desde fuera”. La abstención se incluye en la segunda opción, que es dejar gobernar al PSOE en solitario y renunciar a entrar en el Ejecutivo, opción poco atractiva para los militantes de Unidas Podemos.

Tras dos meses y medio de no negociación con Podemos -dada la negativa de Iglesias a apoyar la investidura si no entra en el Ejecutivo, y el rechazo de Sánchez a tenerlo en el Consejo de Ministros- Moncloa da otro paso en su hoja de ruta. Se trata de que el candidato socialista sea investido in extremis, en septiembre, gracias a una doble abstención. En primera instancia, Moncloa contaba con que el partido de Iglesias se inhibiera en la votación dejando la puerta abierta a que Ciudadanos se sumara a esa abstención. De esta manera, Sánchez podría ser investido sólo con los 123 diputados socialistas. Tras el rechazo de Podemos a contemplar la abstención, Iglesias apela al PP y Cs.

A ambos les llama a inhibirse en la votación por una "responsabilidad histórica", con el objetivo de que las consecuencias de la sentencia del procès, que se espera a finales de septiembre o comienzos de octubre, no se produzca con un Gobierno en funciones que tiene muy limitadas sus competencias. Sánchez alega que un Ejecutivo en funciones estaría en posición de debilidad si se produce una movilización social, altercados o un nuevo desafío institucional en el caso de que el Tribunal Supremo dicte una sentencia dura hacia los líderes independentistas.

“Yo no quiero aplicar un nuevo 155 en Cataluña, pero mi deber es contemplarlo. Es un artículo de la Constitución legítimo siempre que se ponga en cuestión la convivencia y el orden constitucional en un determinado territorio”, ha señalado. “Ojalá no tenga que aplicarlo”, ha deseado, antes de considerar “curioso, contradictorio y paradójico” que PP y Cs voten que ‘no’ a su investidura mientras que los partidos independentistas catalanes voten a favor, aseguró este lunes en una entrevista en la Cadena Ser.

"Este país necesita forjar acuerdos transversales por la estabilidad con un programa de gobierno de Estado, además de las cuestiones sociales que son muy importantes. Este Gobierno va a enfrentarse a temas centrales que no se han vivido en España en estos 40 años. Veo una tendencia a minusvalorar el problema catalán cuando estamos viendo que el señor Torra no renuncia a la unilateralidad y que está diciendo que lo volverán a hacer. Yo no sé si lo volverán a hacer o no, pero es evidente que el Gobierno de España debe estar preparado para cualquier eventualidad y eso exige de un Gobierno con una dirección y una cohesión interna al cien por cien para poder afrontar un nuevo desafío al Estado", explicó.

Horas después, el PSOE anunció que la portavoz socialista, Adriana Lastra, se reúne este martes a las 17 horas en el Congreso con el portavoz de Esquerra Republicana de Cataluña, Gabriel Rufián, para negociar la investidura. Los únicos grupos parlamentarios que han sido excluidos de esas conversaciones son EH-Bildu y Vox.

En su reunión con Albert Rivera en el Congreso el pasado 11 de junio, Sánchez ofreció al líder de Ciudadanos negociar un pacto de investidura a cambio de su abstención, confirman fuentes cercanas al presidente. Igualmente, a Pablo Casado le intentó convencer la semana pasada de que un abstención del PP por motivos patrióticos le ayudaría a tener el liderazgo de la oposición frente al empuje de Rivera. En Moncloa todavía albergan esperanzas de que el PP se avenga a inhibirse in extremis como lo hizo el PSOE en 2016 para evitar unas terceras elecciones. A Iglesias, por su parte, Sánchez argumenta que una repetición de los comicios sería letal para Unidas Podemos y para su liderazgo interno. A cambio de apoyar la investidura le ofrece multitud de cargos en segundos niveles de la Administración que Iglesias podría repartir entre los cuadros de Podemos a cambio de su lealtad.

"Iglesias ha dicho que no a un Gobierno progresista de izquierdas si no está dentro. La segunda parte de la ecuación es que la investidura del presidente del Gobierno de España no dependa de las fuerzas independentistas. Y eso interpela al PP y Cs, que se dan muchos golpes de pecho diciendo que son partidos de Estado que quieren la estabilidad de este país", ha advertido Sánchez este lunes. "Probablemente, el primer pacto de Estado que pudiéramos tener todas las fuerzas políticas es que haya Gobierno en este país", añadió. "Soy bastante pesimista con el señor Rivera, que ni siquiera responde a mis llamadas para hablar y es algo que deploro", ha señalado, antes de mostrarse más confiado en un cambio de opinión por parte del PP.

Sánchez aboga por un proyecto "regeneracionista, europeísta, progresista, modernizador de la política española y también económico y social" para intentar convencer al resto de grandes partidos de su abstención. "Es un bloqueo absurdo porque no hay alternativa", insistió ayer el presidente. "Hay que apelar a todas las fuerzas políticas a la responsabilidad. Aquí no hay segundas partes", insistió, para recordar que si fracasa el jueves, su investidura decae y el Rey tendrá que proponer a un nuevo candidato. Si ninguno obtiene apoyos para esa candidatura, el 10 de noviembre habrá nuevas elecciones generales.

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