La decisión no está tomada, pero sí "más cerca". Lo que hace unos días era una pretensión vaga, la posibilidad de que Francisco Igea, uno de los abanderados del ala crítica de Ciudadanos, se mida con Inés Arrimadas en las primarias del partido cobra fuerzas a pasos agigantados.

El propio Igea ha venido manteniendo en las últimas semanas su predisposición a defender "los cambios políticos, organizativos y estratégicos que son necesarios para el partido", aunque confiaba en Arrimadas como "la persona que tiene las mejores cualidades" para encabezarlos y "la mejor candidata para liderar Ciudadanos".

Igea está manteniendo contactos con dirigentes naranjas de "toda España" para preparar su candidatura

Según ha podido saber El Independiente, las demandas del ala crítica están "lejos" de prosperar. Y ante la ausencia de respuesta desde la cúpula y con los plazos estrechándose, Igea ya ha comenzado a moverse y a preparar su candidatura. Y es que el vicepresidente de la Junta de Castilla y León ya habría mantenido contactos con dirigentes naranjas "de toda España" para armar su eventual lista electoral con la que plantar batalla a Inés Arrimadas y su equipo, tildado por algunos cuadros del partido de 'continuistas'.

"Inés es la candidata natural, pero si no afronta todos los errores que se han cometido y asume los cambios políticos y organizativos necesarios, el partido habrá muerto", defienden fuentes de la máxima confianza del líder naranja, un escenario inconcebible para esta corriente. Las mismas fuentes aseguran que el considerado como 'barón díscolo' de Ciudadanos también "ha mantenido reuniones con gente de la máxima confianza de Arrimadas -no con ella- antes de tomar la decisión".

Pero la sensación de desencanto tras esos encuentros, aseguran, no ha desaparecido. "Inés está corrigiendo el rumbo político, pero en absoluto lo está haciendo a nivel organizativo o de limpieza", afirman, al tiempo que apuntan que, pese al repliegue de los hombres fuertes de Rivera, el 'riverismo' sigue imperando en la organización. "La decisión de Igea no es más que el resultado natural de lo que está pasando", señalan. El fin del voto telemático -manchado con las denuncias por 'pucherazo' en Castilla y León, Murcia o Madrid-, recuperar el protagonismo de los afiliados, la limpieza de responsables del batacazo electoral o la mayor implantación territorial frente al modelo presidencialista imperante -hasta ahora, el rumbo del partido también a nivel territorial se decidía en Madrid- son sólo algunos de las demandas que persigue esta corriente.

La mecha ya estaba prendida tras la salida de Rivera, pero la paciencia de los discrepantes comenzó a saltar por los aires en dos fechas concretas: el 30 de noviembre y el 21 de diciembre, los dos días escogidos para la celebración de la reunión del Consejo General del partido. En el primero de ellos, encargado entre otros asuntos de elegir la gestora que pilotaría la transición hacia la Asamblea General del próximo 15 de marzo, Igea, en calidad de invitado, fue una de las notas discordantes de la reunión al censurar frente al presidente del Consejo, Manuel García Bofill, el "bochorno" por la falta de transparencia con la que se habían tratado los procesos de votación y la poca predisposición al cambio que demostraba el partido a nivel interno. En la segunda reunión, la de diciembre, el aparato decidió cortar por lo sano y retirar directamente las invitaciones, restringiendo el acceso únicamente a consejeros y miembros de la gestora, una decisión que generó aún mayor malestar. "Un partido que teme el debate no es más que un partido de corte soviético", manifestaban a este medio dirigentes críticos.

De llevar su decisión hasta el fin de sus consecuencias, el entorno del dirigente autonómico desliza algunos de los nombres que podrían acompañarle en la aventura electoral del dirigente. Entre ellos estarían los críticos que protagonizaron junto a Igea las quejas frente a la dirección en el cónclave de noviembre, como el ex vicepresidente del Congreso, Ignacio Prendes; el diputado autonómico asturiano, Armando Fernández -fue uno de los que votaron a favor de debatir y reformar el ideario del partido en el Consejo General para reintroducir la esencia socialdemócrata de Ciudadanos, iniciativa que no tuvo éxito- o la crítica castellanomanchega, Orlena de Miguel.

Falta de autocrítica

Otro de los puntos que las fuentes consultadas esgrimen para lanzar la candidatura de Igea es la ausencia de "autocrítica" en el seno del partido. El 'díscolo' naranja no sólo rechazó abiertamente el veto a Sánchez cuando el dirigente socialista sumaba 180 diputados junto a Rivera, si no que, tras la debacle del 10-N, ha sido uno de los que ha mantenido un discurso duro y poco complaciente con la estrategia que se tomó tras el 28-A y los pactos autonómicos del 26-M. Tras los comicios, tal y como apuntaba en una entrevista para El Independiente, Ciudadanos "dejó el centro para convertirse en un partido inútil", deriva sobre la que también ha entonado el mea culpa.

Pero en el entorno de Igea ven cómo buena parte de los dirigentes próximos a la jerezana no comparten esa visión de autocrítica, lo que aviva aún más el fuego de su eventual candidatura. Ejemplo de ello fue la número uno de Ciudadanos en Cataluña, Lorena Roldán, que aseveraba este mismo jueves que la formación "nunca" se había alejado del centro para intentar ocupar el espacio político del PP.

Desde Castilla y León remarcan además otro "gesto" de la actual gestora como presagio de la falta de renovación y apuntan a la celebración de un encuentro en Valladolid el próximo 8 de enero en el que estarán presentes tanto Bofill como el todavía responsable de Organización, Fran Hervías. La ubicación, apuntan, no es casual: el hotel en el que Silvia Clemente, la rival de Francisco Igea en las primarias del 'pucherazo' y la candidata sostenida por el aparato, celebró el acto central de campaña a principios de este año.