El pasado 12 de mayo, el jefe de la oposición comparecía en rueda de prensa desde Génova por primera vez desde hacía casi tres semanas. Y no lo hacía solo. A su lado y bajo un enorme logo en que podía leerse Activemos España, que bien podría servir de lema electoral, apareció la vicesecretaria sectorial, Elvira Rodríguez; el responsable de Justicia, Enrique López; y la ex ministra de Sanidad y ex presidenta del Congreso, Ana Pastor.
Como si de un programa electoral se tratase, juntos presentaron 25 medidas divididas en tres bloques -en materia sanitaria, económica y jurídica-, un conjunto de propuestas para sacar a España de la crisis social y sanitaria a la que se ve abocada por el impacto de la pandemia e iniciativas de contención económica para "evitar el rescate al que parece que se resigna el Gobierno de España". Pero el 'plan de choque' de Pablo Casado han dejado de ser propuestas con las que condicionar a Pedro Sánchez a cambio del apoyo del principal partido de la oposición. Ahora, son "soluciones" para el corto, medio y largo plazo que no negociará con el Ejecutivo y que Casado pondría en marcha por la vía urgente de ser él presidente del Gobierno. Se entienden, además, como el primer paso en la construcción de la alternativa política en España ante una eventual carrera electoral para la que Génova ya empieza a prepararse.
"El PP tiene que dar la sensación de alternativa", señalan fuentes de la dirección popular, donde comienzan a armar ya un calendario con elecciones vista en un plazo "máximo" de un año, una vez que la "bofetada" económica termine por resquebrajar los mimbres del Gobierno de coalición. Y "hay que estar preparados", apuntan.
Aupado por los buenos augurios de algunas encuestas electorales recientes, y confiado en mantener esa tendencia ascendente, Casado se ha negado de plano a asumir el papel que el PSOE quería adjudicarle en la pandemia: la estrategia del 'conmigo o contra mí', o la de responsabilizarle a título personal de los "miles de muertos" por haber si declinaba el PP apoyar la prórroga del estado de alarma.
Y encumbran ahora en Génova la estrategia de no dar tregua al Gobierno y de ejercer una "oposición responsable" que discurra también por derroteros ajenos a los de Vox, una vía que da resultados: de celebrarse hoy elecciones, PP y PSOE estarían en un empate técnico, según sondeos internos de Génova.
A partir de ahora, la tónica es la de la ruptura: no habrá más manos tendidas, apoyo alguno ni para una extensión del estado de alarma -que el Ejecutivo sí negocia con Ciudadanos- ni para pactar unos Presupuestos de emergencia, bajo la premisa de que el Gobierno les ha "ninguneado" tras más de dos meses de "gestión negligente", sin apenas contacto con el jefe de la oposición y primando la "unilateralidad" en las decisiones de Sánchez.
De hecho, de puertas para adentro, en el PP se muestran también muy escépticos respecto a la verdadera utilidad de la Comisión para la Reconstrucción del Congreso presidida por Patxi López. Algunos cuadros tachan ya de "paripé" una mesa en la que, apuntan, "el PP va a pintar poco", y censuran el objetivo encubierto de Sánchez de utilizarla para recomponer su mayoría parlamentaria y blindarse los apoyos que den estabilidad al Gobierno de coalición con la aprobación de unos Presupuestos.
Un 'comité de sabios' con perfiles moderados
Además de un plan alternativo, Pablo Casado expuso el pasado 12 de mayo a su 'comité de sabios', un equipo que muchos han denominado ya como el Gobierno 'en la sombra' del presidente del PP pero cuya denominación se apresuran por desmentir de puertas para adentro para cambiarla por perfiles con "potencia económica" que, en ningún caso, significa que "vayan a ser ministros", y en cuyo equipo han perdido peso figuras como Daniel Lacalle, entendido hasta ahora como uno de los gurús económicos de Casado.
Se presentan más bien como perfiles moderados y "preparados" que sirven para dar al ciudadano "sensación de alternativa" ante la preocupación creciente por la situación económica del país, que por primera vez empieza a situarse al mismo nivel que la inquietud en materia sanitaria, según cálculos internos.
De hecho, el programa económico, presentado de cara al público por la ex secretaria de Estado y Presupuestos, Elvira Rodríguez, ha sido madurado desde la creación de un shadow cabinet hace dos meses porque "no sabemos lo que va a durar la legislatura", declaraba el propio líder del PP, en el que Casado contó con figuras como el ex presidente de Endesa, Manuel Pizarro; o el portavoz económico parlamentario, Mario Garcés.
Además, dentro de la estrategia de retorno al centro derecha político, Casado ha doblado la apuesta en esta crisis por Ana Pastor, uno de los perfiles más representativos del diálogo y del talante moderado de los sectores menos ideológicos del PP. De hecho, el líder popular optó por la experiencia de gestión de la ex presidenta del Congreso para representar los intereses de la oposición como portavoz de la comisión para la reconstrucción, en detrimento de su portavoz, Cayetana Álvarez de Toledo, uno de los principales exponentes del PP más duro.
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