Sobre el papel, la Comisión para la Reconstrucción Económica y Social nace con el objetivo de acelerar grandes pactos entre todas las fuerzas políticas para acelerar la recuperación de España desde el punto de vista económico y social por el impacto del coronavirus. Pero por el momento, el primer e importante obstáculo para que llegue a buen puerto es disipar la desconfianza entre partidos, especialmente entre PSOE y PP, y disolver los recelos de estos últimos sobre los verdaderos objetivos de la iniciativa por la reiterada negativa de los socialistas -apoyados por Podemos- de admitir las múltiples propuestas del principal partido de la oposición.

Los primeros cimientos se asentaron ayer en el marco de una cita a propuesta del ex lehendakari Patxi López entre la Mesa y los portavoces del órgano para fijar el orden del día de la primera reunión oficial. El pistoletazo de salida llegará el jueves, cuando arranque oficialmente la comisión al completo para aprobar tanto el calendario como el plan de trabajo.

El borrador planteado por PSOE y Unidas Podemos incluye una apretada hoja de ruta que debería concluir a finales de junio para elevar en julio al Pleno del Congreso el dictamen correspondiente para su ratificación, si bien esta propuesta veta de plano las intenciones de los populares de promover comparecencias de altos cargos y ministros y relega a un segundo plano el debate sobre las proposiciones no de ley que tiene previsto presentar el PP, como la relacionada con que el Gobierno desvele la identidad de los expertos a cargo del desconfinamiento.

Ello, unido a otras negativas como que la ex ministra de Sanidad, Ana Pastor presidiese la mesa en favor del candidato del PSOE; que la hoja de ruta registrada declinase la creación de un grupo de trabajo referido a "libertades públicas" como proponían los populares; o que Iglesias impusiese al secretario general del Partido Comunista, Enrique Santiago, como vicepresidente de la comisión han torpedeado la confianza en una iniciativa que nació a propuesta del PP, y que en el partido ya conciben como "una herramienta más" de Sánchez para intereses partidistas.

"En toda la crisis el Gobierno no ha dado un solo paso para buscar nuestro apoyo en la aprobación de medidas, ni en cada uno de los reales decretos. No ha hecho nada para que exista una mínima voluntad de acuerdo", censuran en el PP. Por ello, fuentes solventes cuestionan la utilidad real de la comisión y dan "muy poco margen al acuerdo", que puede llegar a alcanzarse, pero excluyendo a PP y, salvo sorpresa mayúscula, a Vox.

Los populares reiteran su pesimismo respecto a las posibilidades reales de un pacto por la reconstrucción, que de puertas para adentro ya tildan de "paripé". "El PP va a pintar poco", reiteran, vinculando su papel a "hacer visible las propuestas" que ha venido haciendo el partido para la reconstrucción social y económica de España, pero "en otro formato distinto". Pelearán, de hecho, por levantar un Pacto de Estado por la Sanidad en la mesa parlamentaria, si bien trasladan su pesimismo porque salga adelante.

Advierten además a Ciudadanos, que ha protagonizado en las últimas semanas un pacto de no agresión con el Gobierno a cambio de su apoyo en las sucesivas prórrogas del estado de alarma, que Sánchez utilizará la comisión para blindar su apoyo de cara a la aprobación de unos Presupuestos que garantice la gobernabilidad de la coalición entre PSOE y Unidas Podemos, una situación "peligrosa" que puede "lastrarles mucho en el largo plazo".

El objetivo de Sánchez es sacar un texto y avalarlo con los máximos votos para recomponer su mayoría parlamentaria

"El único objetivo de Sánchez es sacar un texto diciendo lo que hay que hacer, y avalarlo con los máximos votos que pueda para recomponer su mayoría parlamentaria y, a partir de ahí, reconstruir los Presupuestos", desconfían los populares. El PP ya ha dejado clara su negativa no sólo a negociar más prórrogas del estado de alarma, sino también de sumarse a unos Presupuestos de emergencia. "Estaremos con el Gobierno para salvar vidas, pero no para arruinar la economía española y destruir empleos", reiteraba en rueda de prensa Pablo Casado este mismo martes.

No está tan clara la situación con Ciudadanos. Abiertos a secundar una quinta prórroga del estado de alarma si se cumplen las condiciones que ha presentado ante el Ejecutivo, el Gobierno no se detendrá ahí y cortejará a los naranjas para conseguir su respaldo a unos Presupuestos de "emergencia" que disipe la dependencia de Sánchez de sus socios independentistas.

Esta tesis podría llevar a los naranjas a la "difícil tesitura" de sentarse en una misma mesa con Unidas Podemos, del que siempre ha renegado, un escenario que se estima "posible" para sus socios de Gobierno en autonomías como Madrid, Murcia o Castilla y León. "Ciudadanos ha cambiado de rumbo. Nadie sabe hasta dónde puede llegar y lo que les va a costar", advierten fuentes parlamentarias del PP.

La distancia de naranjas y populares en el seno de la comisión y el giro del primero hacia la negociación con el Gobierno quedó patente en la constitución de la propia comisión, cuando José María Espejo, en representación de los 10 diputados naranjas, no apoyó la candidatura de Ana Pastor para la presidencia de la mesa y optó por votar en blanco.

El PSOE tiene mayoría en la comisión para la reconstrucción, con 13 diputados. Le sigue el PP con nueve, Vox con cinco y Podemos y el Grupo Plural con cuatro. Otros siete diputados tienen silla en representación del Grupo Mixto, mientras que ERC, PNV y Ciudadanos cuentan con un único representante.