El juez del caso Villarejo resta credibilidad a la teoría del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, de que la "policía patriótica" estuvo tras el robo del móvil de su exasesora en el Parlamento Europeo, Dina Bousselham, y la filtración a la prensa de mensajes contenidos en su interior en julio de 2016.

El líder de Podemos sostiene (y así lo mantuvo como testigo ante el juez Manuel García Castellón) que hubo distintas actuaciones orquestadas desde el Gobierno de Mariano Rajoy para desacreditarle a él mismo y a su partido, como la filtración del falso informe policial Pablo Iglesias S.A (PISA) o el mencionado robo del móvil de su colaboradora. Puesto que una copia de documentos contenidos en el dispositivo aparecieron en los registros del domicilio del comisario investigado José Manuel Villarejo, tanto Bousselham como Iglesias fueron citados como testigos.

¿Por qué descarta el juez la teoría de 'las Cloacas'?

El líder de Podemos estableció un relato que conducía a que Villarejo pudo estar detrás del robo y la filtración de mensajes y fotografías íntimas del móvil, en las que aparecería él mismo y otros miembros de su partido, a Okdiario.

En un auto de este miércoles, el instructor concluye que el propio Iglesias tuvo una copia de la tarjeta móvil antes que Villarejo y lo ocultó a su colaboradora, así como insinúa que pudo tratar de destruir el dispositivo, impidiendo que Bousselham aclarara los extremos del robo que había denunciado.

El juez ve «debilitada» la posibilidad de que Villarejo estuviera detrás del robo del dispositivo a Bousselham. Afirma que "la investigación no ha permitido concluir, sin lugar a duda, que la fuente del medio digital Okdiario juese el investigado Sr. Villarejo" y dice que "es importante dejar claro que el Sr. Iglesias nunca fue llamado en este procedimiento en condición de perjudicado por ninguna cuestión relacionada con el llamado informe PISA, ni por ninguna otra publicación en medios de comunicación ajena a las imágenes procedentes del teléfono de Dina Bousselham".

¿Qué puede hacer ahora Iglesias?

Manuel García-Castellón ha rechazado el recurso que presentó el vicepresidente del Gobierno contra su decisión de impedirle continuar como perjudicado en la causa. Ahora, Iglesias puede recurrir la decisión del instructor en apelación, ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional.

Lo más probable, si lo hiciera, es que los magistrados se limitaran a resolver si el juez debió retirarle la condición de víctima (como pedía la Fiscalía Anticorrupción) o no, pero que no entren a valorar la teoría de las 'cloacas del Estado' expuesta por Iglesias ante el juez.

¿Insinúa el juez que cometió delitos?

El juez de la Audiencia Nacional insinúa en su auto de este miércoles, no lo dice de manera clara, que Iglesias pudo dañar la tarjeta del móvil de Dina Bousselham tras comprobar que tenía fotografías íntimas porque pudo ver su contenido. "Esto mismo lo corrobora la propia Dina Bousselham, quien afirmaba en su declaración del 18 de mayo de este año que Pablo Iglesias sabía lo que había dentro de la tarjeta, porque él mismo se lo dijo. Es probable que este último apunte pueda ser la clave para entender no solo por qué Pablo Iglesias Turrión no devolvió la tarjeta a la Sra. Bousselham, sino lo más relevante; el estado en que se la devolvió", afirma.

Unos hechos, los que desliza, que podrían ser constitutivos de un delito de daños informáticos. Además, el instructor afea a Iglesias que después de que el presidente del Grupo Zeta, Antonio Asensio, le entregara una copia de la tarjeta del teléfono que llegó a la redacción de la revista Interviú y le asegurara que el medio no publicaría nada al respecto, el líder de Podemos no pusiera al tanto a su colaboradora.

"Llama la atención comprobar que el Sr. Iglesias mantuvo la tarjeta en su poder, sin poner, como mínimo, este hecho en conocimiento de la titular de la tarjeta, pese a ser consciente de todo lo anterior, y observar el contenido de la tarjeta, teniendo en cuenta el carácter particularmente degradante y vejatorio que el hecho tenía para Dina Busselham, su compañera de partido, en la medida que la tarjeta almacenaba fotografías, documentos y otros archivos de su esfera más íntima que habían acabado en manos de un medio de comunicación", traslada también el juez sobre unos hechos que, según los expone, también podrían ser constitutivos de un presunto delito de descubrimiento y revelación de secretos. Si el instructor ve indicios de que Iglesias los pudo cometer, tiene competencias para elevar una exposición razonada ante el Tribunal Supremo, ante el que el vicepresidente del Gobierno está aforado, para proponer que se le investigue.

¿Cómo se puede saber si destruyó la tarjeta?

El juez ha librado una comisión rogatoria a Reino Unido para pedir información sobre el dispositivo destruido a una empresa de Gales a la que se dirigió Dina Bousselham para pedir que le recuperaran el material de la tarjeta SIM a pesar de estar dañada.

Quiere averiguar "el estado en que la empresa Recuperación Express recibió la tarjeta remitida" por la pareja de Bousselham, Ricardo Sa Ferreira. De ahí que considere necesario acudir a la cooperación internacional para averiguar "qué actuaciones se realizó por la empresa" a la tarjeta. "El resultado de esta diligencia permitirá avanzar en el esclarecimiento de la posible existencia de la comisión de un delito de daños sobre dispositivos informáticos del artículo 264 bis Penal y de un delito de apoderamiento de datos reservados de carácter personal del art. 197.2 del CP", se puede leer en el auto del instructor con el que acuerda pedir información a la empresa de Gales.

¿En qué situación queda Dina Bousselham?

Dina Bousselham sí continúa como víctima o perjudicada en el caso Tándem. De hecho, el juez reforzó su protección atendiendo al Estatuto de la Víctima después de que ésta cambiara su versión de los hechos y afirmara que sí pudo acceder al contenido de la tarjeta cuando Iglesias se la entregó.

Para asegurarse de que la exasesora de Iglesias no quedaba en una situación de posible indefensión frente a su exjefe, con el que además comparte la misma abogada, le ofreció mayor seguridad para evitar posibles presiones.