En España han muerto desde el inicio de la crisis sanitaria por el coronavirus al menos 44 facultativos en activo, de los cuales 10 han sido en la Comunidad de Madrid, según el Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem).

De acuerdo con los datos de la institución colegial madrileña recogidos por Efe, en las últimas 48 horas hay que lamentar en la Comunidad de Madrid (junto con la catalana, las más afectadas por la pandemia) dos nuevos fallecimientos debido al contagio por el virus SARS-CoV-2.

Se trata del doctor José Antonio Fernández López y de la doctora Rocío Campos Cantero.   

Fernández López ejerció como médico de Atención Primaria en el Centro de Salud de San Agustín de Guadalix (Madrid) durante trece años, localidad donde se le recuerda por "su trato cercano y su buen hacer", destaca el Colegio de Médicos en un comunicado.

También fue responsable de Protección Civil en esta localidad y trabajó en Urgencias del Centro de Salud de El Molar y de la localidad de Fuente el Saz de Jarama, lo que contribuyó a que se convirtiera en un médico "muy conocido" en la zona norte de Madrid, añade.

Rocío Campos Cantero era jefa de sección de Aparato Digestivo en el Hospital Universitario del Sureste.

Entre otros cargos directivos que desempeñó Campos figuran el de directora médica del Hospital Universitario Santa Cristina, el de subdirectora y directora médica de Asistencia Especializada del complejo hospitalario Móstoles-Hermanos Laguna y el de asesora técnica de la Subdirección General de Atención Especializada del Insalud en Madrid.

Con estos fallecimientos, el número oficial de médicos víctimas de la COVID-19 en toda España asciende a 44. Solo en la Comunidad de Madrid, la cifra asciende a diez médicos en activo y cinco jubilados.

Entre estos últimos está José Manuel Paya Pardo, que falleció el 6 de mayo a los 68 años.

Paya Pardo comenzó su trayectoria profesional como residente en el hospital Clínico San Carlos de Madrid, donde obtuvo la plaza como adjunto del Servicio de Cirugía General, y continuó su labor como cirujano hasta su jubilación en el Hospital Universitario de Móstoles.

Quienes lo conocían, destacan que era "un conocedor avanzado de la anatomía humana y una persona entrañable amante de la música clásica y del lenguaje preciso", añade la nota del colegio profesional madrileño.