El SARS-CoV2 circula por todo el mundo y en su expansión ya han sido detectadas distintas variantes que están quebrando la cabeza de los científicos de todo el mundo. Al replicarse, el virus incorpora mutaciones en su material genético que han ido produciendo variantes como británica, la sudafricana o la brasileña, ya registradas en España, entre otras.

Pero en la amplia expansión del virus - y el aumento de las secuenciaciones genómicas que se desarrollan en todo el mundo - se ha descubierto ahora algo más complejo que las variantes (mutaciones sencillas). La prestigiosa viróloga Bette Korber, del Laboratorio Nacional de Los Alamos, en Nuevo Mexico, ha anunciado la detección de una recombinación del coronavirus, como adelantó New Scientist.

Se trata de una nueva especie de virus que une mutaciones de las variantes británica y de California y reúne las características de éstas: la mutación A6970 de la variante británica, reconocida como más transmisible, y la L452R de la variante californiana que ha demostrado ser resistente a anticuerpos y, por tanto, más virulenta. "Esta recombinación detectada recoge lo malo de ambas variantes", advierte el virólogo Vicente Soriano.

El hallazgo ha sorprendido porque, destaca Soriano, "se pensaba que el coronavirus no mutaba tanto como otros virus ARN como el VIH, la hepatitis C o el virus de la gripe. Por eso esto es importante, porque esto es un problema para las vacunas".

"Cada vez se sabe más que el virus muta lo suficiente para provocar variantes que escapan a la eficacia de las vacunas actuales o que permiten reinfecciones", explica el virólogo, "esto ya se conocía para otras enfermedades y especialmente para la gripe, porque su genoma está fragmentado en ocho partes y por eso es más frecuente. Pero en el coronavirus es una única cadena de ADN y no se esperaba, es la primera vez que se detecta".

Por su parte, la científica Deborah García Bello apunta a que las recombinaciones son nuevas variantes que comparten el código genético de otras ya detectadas. "Los virus no se fusionan y procrean, simplemente presentan mutaciones compartidas por las otras variantes". Lo que sí cree García Bello es que "el nivel de transmisión tan elevado que hay a nivel global lo que hace es dar más oportunidades al virus para que siga replicándose y dando lugar a nuevas variantes que puedan ser más contagiosas o resistentes y por eso es tan importante cortar la transmisión".

Este hallazgo se inscribe, según el Soriano, en que "ahora se hace mucha más secuenciación del virus y por tanto se empiezan a ver estas cosas. Además, esto responde al mecanismo del virus cuando se le hace daño con las vacunas o antivirales, el virus escapa por otro lado".

No obstante, según News Scientist, el laboratorio de Korber ha detectado hasta el momento una única muestra de esta recombinación por lo que no se sabe si se ha transmitido o si sería un único caso que no se va a replicar.

La implicación de la noticia quiere decir, según Soriano, "que el virus ha llegado para quedarse, que las vacunas ayudarán un poco a cortar los casos graves pero que tenemos dos o tres años por delante hasta que haya suficiente inmunidad social para que el virus se convierta en el catarro frecuente, al igual que los otros cuatro coronavirus que hay. Y habrá que adaptar las vacunas".