Me citan con la artista comúnmente conocida como La Mari de Chambao (Ahí estás tú) en uno de los cada vez más numerosos rooftop de Madrid. Despunta la primavera y sobran las chaquetas mientras pica el sol. Ella aparece con retraso, con toda seguridad porque le parecía poco todo lo que le había dicho a los medios anteriores, y decidió abundar en alguna pregunta. Es un ser que necesita expresarse, en lo más lindo de su personalidad. Unos ojos claros, escudriñadores y a la vez asertivos, aparecieron como faros en la escena de un mediodía de puente en la capital.

“¿Cómo estás?” dijo mientras se acercaba la cantante, para abrazarme con cariño sincero. Solamente habían pasado 15 años desde la última entrevista y para ella era como anteayer. Es muy de su gente. 

Pregunta.- De apellido te has puesto ya oficialmente, que lo he leído yo “De Chambao”, pero en la nota de prensa me dicen que en 2018 “desmontaste el chambao”. ¿Lo hiciste de verdad?

Respuesta.-  Ese apellido es precioso. No estaríamos aquí de no ser por eso. He crecido mucho desde que empecé, y llegó un momento en el que los integrantes del grupo teníamos que decidir qué queríamos hacer en nuestra vida. Yo decidí quedarme, a pesar del cáncer que padecí. Porque seguí viva, básicamente. Hice un concierto de despedida en 2018 llenando el Wizink Center y con un disco llamado “De Chambao a la Mari”. 

P.- La verdad es que cuando se habla de ti, la mayoría de la gente te recuerda por la canción “Ahí estás tú” y por superar esa enfermedad de la que hablabas. ¿Son realmente los dos hitos que han marcado tu vida?

R.- Esa canción es el himno de Chambao. Es la mejor para explicar sin palabras este estilo que llamamos “flamenco chill”. Luego resultó que la Junta de Andalucía la retuvo en sus campañas seis años, cuando en realidad iba a ser para uno. Eso ha hecho que sea ya una canción de todos y recuerde al mar, a estar tranquilito disfrutando de una buena comida en familia… Y en cuanto al cáncer, solo te diré que tengo dos cumpleaños, el día en el que nací y el día en el que volví a nacer tras el cáncer de mama.

P.- Tus letras no son superficiales, saben tocar el fondo en medio de tanta música de usar y tirar. No es precisamente “...me lo paró, el taxi, me lo paró…”. Exploras lo más profundo del ser. ¿Es complicado llegar a cada uno de nosotros y a la vez llenar un pabellón?

Todos somos seres necesitados, todos lloramos por el mismo lado

R.- Bueno, ese es un temazo, porque según donde vaya el taxi, puede ser muy interesante (risas). Todos somos seres necesitados, todos lloramos por el mismo lado. Si te hablas con sinceridad, y te despojas de todos los cuentos que te cuentas diariamente y que no te dejan crecer, puedes evolucionar. 

P.- ¿Será por eso que yo todas las noches de San Juan tengo el pequeño “ritual” de poner en bucle Dibujo en el Aire, uno de los temas que habla directamente de la importancia de crecer?

R.- Tú eres muy brujillo. Es necesario evolucionar. Si no, no caben más cosas dentro de ti. Y es necesario hacer las paces contigo. Caerse es bueno. ¿No ves que estamos de pie? Tropezar te quita egocentrismo y arrogancia. Esa canción habla de que estamos en continuo movimiento. Uno necesita seguir curioseando, y dejar de echar balones fuera. Permítete ser, ya has venido al mundo. 

P.- ¿Cómo se gestiona el ego cuando triunfas y a la vez tratas de despertar conciencias? 

R.- Partiendo de la base de que todos venimos por el mismo lado, y que todos nos iremos.

P.- ¿Cómo encajaste que te ataque una enfermedad que amenaza tu vida justo en el momento de mayores éxitos profesionales?

He venido a 'desollarme' con la vida

R.- Yo doy las gracias por cómo la vida te agarra, te tira para abajo y te dice “ven pacá, ven”. Yo invito a todo aquel al que le toque y tenga la oportunidad de vivirlo, a que lo abrace bien, como una oportunidad. Ya no me protejo de nada ni de nadie. He venido a “desollarme” con la vida.

P.- Presentas ahora una gira llamada XX. Es un título que habla de incógnitas y también, en números romanos, de tus 20 años en la música. En ella vas a volver a ponerte delante de la gente a remover conciencias. ¿Cómo lo planteas esta vez?

R.- El repertorio está dedicado a dar las gracias por todo lo que he tenido la oportunidad de experimentar en estos años. Desde una foto con un fan en la estación de Atocha, a los pabellones llenos, o un “niña onde vas” de alguien que te reconoce con cariño. También es un agradecimiento a grandes que ya no están como Enrique Morente, Manuel de Lole y Manuel, o Pau Donés. Y cada tema tiene la letra dirigida a cada una de las personas que vengan, para darles las gracias, e invitarles a “ser”. Si lo conseguimos, puede que hasta respiremos.