Parecía que Pedro Sánchez se había llevado a Piqueras a la heladería de la Moncloa, como un presidente de casita de chocolate. Una luz de menta y frigorífico entreabierto convertía todo el arte abstracto del salón en packs de yogures y presentaba al presidente aún como un regalo o una recompensa. Entre el ‘sólo sí es sí’ y el tito Berni, que es como estar entre la locura y la descomposición, Sánchez aún quería ofrecerse como consuelo en la noche famélica del españolito. La entrevista salvadora del político es como la fiesta salvadora del hidalgo venido a menos, pero en este caso fue un fracaso de audiencia y de alarde. Algo le ha pasado a Sánchez y algo le ha pasado a ese salón que antes estaba entre loft de ligón y terma romana para periodistas comprensivos. Algo, porque ahora la sala parece una vitrina sin mercancía y el presidente parece un anfitrión al que sólo le queda hielo en la nevera y en la mano, como un gran diamante falso. Aquello, más que consuelo o refresco, sólo dejaba a Sánchez y a Piqueras ante un vértigo de hambre y frío, un poco como toda España. Y España, claro, huyó de verse allí, como en su propio entierro.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 Antonio Turiel: “Hay que estabilizar la red, pero cuesta dinero"
- 2 Tumban 50 multas que un inspector puso a la cadena Primor
- 3 Los cinco segundos del caos: así cayó cada fuente de energía de repente
- 4 Tres muertos por el monóxido de carbono de un generador que pusieron para mantener encendido un respirador durante el apagón
- 5 Sánchez abre una investigación para determinar la causa del apagón: "Quienes lo vinculan a la falta de nucleares mienten"
- 6 España es una tostadora vieja. Por Luis Miguel Fuentes
- 7 La Promesa: hay o no hay episodio hoy tras el gran apagón
- 8 Por qué tenía luz e internet Mercadona
- 9 ¿Me cubre el seguro los daños por el apagón?