Fue un goteo constante. Organizado, planificado y con el objetivo de influir en la política penitenciaria. Ocurría a la salida de prisión de un etarra, su fallecimiento o su entrega por parte de las autoridades francesas. 'Aurreskus de honor', pasillos con bengalas, flores y reconocimientos a la salida de la cárcel o la llegada a su pueblo. Y así una y otra vez: al menos hasta en 120 ocasiones. Detrás de la organización de estos actos estaban varios exmiembros significados de ETA y de Sortu que hoy han reconocido en la Audiencia Nacional que con ellos humillaron a las víctimas de ETA y que les generaron un impacto "psicológico negativo".

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José Antonio López Ruiz, alias 'Kubati', Carlos Sáez de Eguilaz y Felipe San Epifanio, alias 'Pipe', todos exmiembros de ETA, además de los integrantes de la Comisión de Presos de Sortu, Aimar Altuna Junco, Oihana Garmendia Marín y Oihana San Vicente han reconocido los hechos. Lo han hecho para alcanzar un pacto con la Fiscalía y las acusaciones, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y Dignidad y Justicia. Contra ellos pesaba una petición de prisión de hasta cinco años y siete meses de cárcel. Tras reconocer se responsabilidad en la organización de 'Ongi etorris', el acuerdo de conformidad establece que serán condenados a dos años de prisión.

La condena corresponde a un año y seis meses de prisión por un delito de constitución y dirección de organización criminal. Por el delito continuado de humillación a las víctimas del terrorismo se les impone una condena de seis años de cárcel. Además, deberán a hacer frente a una multa de seis meses a razón de diez euros diarios. También se les inhabilita para ejercer profesiones u oficios educativos durante tres años. Estarán en régimen de libertad vigilada durante un periodo de seis meses.

Homenajes sólo a presos afines

Fuentes conocedoras del proceso aseguran que la decisión de buscar un acuerdo de conformidad se buscó ante el alto riesgo que existía de una posible absolución de los acusados. El temor se fundamentaba en la conformación del tribunal y en la jurisprudencia de la Audiencia Nacional que ha evitado condenar este tipo de delitos. La alta probabilidad que las acusaciones detectaron de la absolución llevó a buscar un acuerdo de conformidad que permitiera tener una condenad y unos hechos reconocidos por parte de los acusados.

La sentencia concluye que los 'ongi etorri' u homenajes a presos de la banda criminal se regían por "normas estrictas tanto en lo referente a qué presos se rendían tributo como en lo concerniente a cómo se debía desarrollar el homenaje". Así, la consigna era que sólo se rendía homenaje a los presos que se habían mantenido dentro de la disciplina del colectivo de presos EPPK, controlado por la izquierda abertzale y no a quienes se acogieron a la llamada 'Vía Nanclares', -de acceso a beneficios penitenciarios previo repudio a la violencia y reconocimiento y reparación del daño causado- o se desvincularon del EPPK.

Los condenados se han comprometido a no repetir los hechos, a renunciar al uso de la violencia y a no participar en un plazo de al amenos tres años en actos de homenaje a etarras o presos de la banda terrorista, así como en actos que ensalcen a la organización o supongan una humillación a las víctimas del terrorismo.

En la sentencia se recoge que correspondió a la dinámica llamada 'Kalera, kalera' (A la calle, a la calle), que impulsaban los condenados, organizar de manera sistemática y reiterada a los 'ongi etorri' de los etarras, así como otro tipo de homenajes promovidos en reconocimiento de miembros de la banda en el momento de su excarcelación, regreso a España o fallecimiento. La sentencia apunta que tales actos tenían un "indudable contenido laudatorio" hacia los miembros de ETA y que se encuadraron en acciones que provocaron una "constante humillación a las víctimas". Los condenados reconocen que con sus hechos provocaron sentimientos de humillación, enfado e "injusticia" hacia las víctimas.

"Generó dolor"

También que su conducta fue contraria a la legalidad y que "generó dolor". Por ello, se comprometen a renunciar a cualquier actividad que enaltezca a ETA y humille a su víctimas". Con esta renuncia señalan que se comprometen a reparar el daño y sufrimiento causado".

La operación que hoy culmina con el acuerdo de conformidad de los acusados, se inició en 2018 con una operación en la que fue detenido 'Kubati', quien ejerció de portavoz del colectivo de presos EPPK. Además, la Audiencia nacional ordenó el cierre de la revista 'Kelarinfo' y de la página web 'www.kalerakalera.eus' por considerarlas instrumentos de enaltecimiento del terrorismo.

Covite denuncia un pacto de "impunidad"

Al respecto de este acuerdo, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco, Covite, ha asegurado que "la estrategia de pactos judiciales con ETA y su entorno político y social favorece la impunidad de los terroristas y de quienes han apoyado y jaleado el terrorismo": "Que la batalla judicial por estos hechos tan graves haya terminado en un acuerdo de conformidad con los organizadores de estos actos dolorosísimos para las víctimas, nos produce una profunda indignación", ha destacado la presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Consuelo Ordóñez, en un comunicado.

Ordóñez recuerda que su asociación no estaba personada en esta demanda y se pregunta por qué ninguna de las denuncias de Covite por recibimientos similares "terminó en juicio y esta sí". En su opinión, "no existe ningún motivo que responda al interés de las víctimas del terrorismo que justifique una Justicia negociada y pactada con el entorno de ETA en sede judicial".

Señala que, aunque Covite "ha perdido la batalla judicial con los ‘ongi etorris’ (recibimientos)", ha ganado "la más importante, que es la social y política", ya que "en todo 2023, 2024 y 2025 no se ha producido ni un solo ‘ongi etorri’" porque la izquierda abertzale "ha dejado de organizarlos en público": "Esto se debe a nuestra labor constante de documentación y denuncia pública de este tipo de actos humillantes e indignos, que ha dado como resultado el rechazo de la mayoría de la sociedad vasca, navarra y española, así como la condena de la mayoría de las instituciones y fuerzas políticas a los mismos, exceptuando a EH Bildu", remarca.

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