El demócrata, socialista y musulmán Zohran Mamdani ganó este martes las primarias demócratas para presentarse a la alcaldía de Nueva York. Con solo 33 años, venció al moderado y exgobernador del estado homónimo Andew Cuomo, desatando así el pánico en Wall Street y también en parte del Partido Demócrata, cuyo establishment lo percibe como un importante retroceso en su intento de dejar de lado los temas más polémicos, los que creen que alejaron a muchos votantes en las últimas elecciones generales.

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Sin embargo, otra parte de la formación está eufórica, porque ve en él el rayo de esperanza que estaban esperando. “La victoria de Mamdani es un reproche a la cobardía demócrata”, opina en Teen Vogue Lex McMenamin, al frente de la sección de política de la revista, y quien considera que el político nacido en Uganda ha triunfado ofreciendo “una alternativa a la política del establishment” y sobre todo “dentro de un partido cada vez más inclinado a la derecha”.

La izquierda que apoya a Mamdani admira que ha defendido sus ideas a lo largo de los años, uniéndose a huelgas de hambre de taxistas y por los palestinos que están siendo masacrados en Gaza, y también que a lo largo de su campaña ha dejado claro que está a favor de políticas progresistas como que las guarderías y el transporte público sean gratuitos, que existan supermercados de propiedad pública o la defensa de los derechos del colectivo LGBTQ+, aspectos que también destaca McMenamin.

Mandani, además, habla español e hindú, ha insistido sin pausa en lo inasumible del coste de los alimentos, y se ha lanzado a proponer una congelación de alquileres para quienes vivan en pisos de precios regulados, que deben pagar los ricos con las subidas de impuestos que el político plantea para ellos. En concreto, ha prometido invertir 70.000 millones de dólares en este tipo de viviendas públicas o subvencionadas.

En 2020 llamó a la policía de Nueva York racista, “antiqueer” y una “enorme amenaza para la seguridad pública”. También entonces pidió que se le retirase la financiación pública. Otro de los temas más controvertidos es el de Israel, puesto que no duda en calificar las matanzas de dicho estado en Palestina como un genocidio, y en pedir que se respeten los derechos humanos de los palestinos. De la misma manera, ha pedido “el fin de la ocupación y el desmantelamiento del apartheid”, ha denunciado a políticos de Nueva York que considera sionistas y ha denunciado el antisemitismo, pero para muchos demócratas no es suficiente, e insisten en hablar de él como un antisemita.

Pero si algo ha catapultado al indioamericano en estas primarias han sido su trabajo en redes sociales, que ha llevado a alguien hasta ahora desconocido para gran parte de la ciudad hasta los móviles de miles de adolescentes a través de Instagram y TikTok. Muchos de ellos se han convertido en virales, y su estilo de grabarlos en modo selfie ha conectado con muchos. En ellos ha colaborado con importantes influencers y famosos, y también ha aparecido en programas de televisión como el show de Stephen Colbert, con lo que ha conseguido llegar a los padres de los jóvenes que han seguido toda su campaña en redes sociales.

De la misma manera, su apretada agenda de eventos de campaña y mítines en barrios de clase obrera de la ciudad han conseguido neoyorkinos “de Bangladesh y de países del África Occidental voten por primera vez en unas primarias a la alcaldía”, según han destacado desde su equipo de campaña, “porque han visto que alguien se acercaba a sus mezquitas y a sus barrios y los trataba como si importasen”, en palabras de su portavoz Zara Rahim.

Mandani ha ganado las primarias demócratas con el 43% de los votos contados. El resultado final no se conocerá hasta la semana que viene, pero su adversario, Cuomo, le concedió la victoria ya en la noche del martes. Si ganase las elecciones a la alcaldía este otoño, sería el primer alcalde musulmán de la ciudad de Nueva York, donde viven un millón de personas que profesan esta religión. También sería el primero descendiente de surasiáticos en el cargo.

El político ha sabido atraer el interés de personas que normalmente no habrían votado en las primarias de un partido. Medios estadounidenses han entrevistado a jóvenes neoyorquinos que han crecido en países musulmanes como Irak o Palestina y que reconocen haber convertido a toda su familia en “muy fans” del posible futuro alcalde, pese a que nunca se habían interesado en unas elecciones en Estados Unidos. Se muestran felices porque ven un cambio, mientras que los mayores dicen que hijos los han presionado “de forma amistosa” para que votasen.

Pero quienes lo han llevado a la victoria no han sido solo los musulmanes: graduados universitarios blancos también han impulsado al político en las urnas, sobre todo por su propuesta del alquiler, por el impacto que el creciente precio de la vivienda está teniendo en sus cuentas. En los últimos dos años, la inflación ha subido un 7,5%, por encima de la media nacional, pero el alquiler de un piso de dos habitaciones ha subido un 16% solo en el último año, hasta los 5.500 dólares al mes. Nueva York es la ciudad en la que más ha subido el alquiler de todo Estados Unidos.

Según datos que ha recopilado el Wall Street Journal, actualmente el 1% de los neoyorquinos recibe el 36% de los ingresos que todos recibieron en 2022, mientras que en 1980 la cifra era del 12%.

El miedo de los demócratas y la furia de Wall Street

¿Qué problema tiene el establishment del Partido Demócrata con la victoria de Mamdani, la primera de la formación desde la derrota de Kamala Harris en las elecciones presidenciales del pasado noviembre? Su pánico tiene que ver con la concepción que a día de hoy los demócratas tienen de su electorado. La sensación es que deben acercarse al centro, y no más a la izquierda, si quieren poder ganar en las próximas presidenciales, y en eso Mamdani no les ayuda. 

Sin embargo, los jóvenes creen que quienes piensan así están muy desconectados de las bases del partido y también de muchos de sus posibles votantes.

La mayoría de los líderes del partido respaldaron al exgobernador Cuomo, y cuando se proclamó la victoria de Mandani, rechazaron apoyarlo e incluso se enfrentaron a él. Una línea que también siguió el presidente del país, Donald Trump, enfadado con su respaldo a Palestina y con su deseo de reducir la financiación que recibe la policía. Algunos demócratas están considerando respaldar en las elecciones al actual alcalde de la ciudad, Eric Adams, ex miembro de su partido que va a presentarse como independiente.

Entre los líderes demócratas que han apoyado a Cuomo están el expresidente Bill Clinton y el empresario Michael Bloomberg. Del lado de Mandani se han posicionado los líderes más a la izquierda del Partido Demócrata, como el senador Bernie Sanders y la representante Alexandria Ocasio-Cortez.

Entre los grupos más poderosos que han mostrado su rechazo a las propuestas de Mandani está Wall Street. Los inversores y líderes en la Gran Manzana se han alzado en armas ante la victoria del demócrata, porque podría, si gana las elecciones de noviembre, aprobar subidas de impuestos para los más ricos y leyes más estrictas para los empresarios . En consecuencia, desde los hedge funds están alertando de que su victoria podría provocar “otro éxodo de inversores ricos” que se sumaría al que se produjo tras la pandemia. 

El inversor Bill Ackman ha dicho que facilitará “cientos de millones de dólares” para quien desafíe a Mandani. “El problema es que sus políticas serían desastrosas para la ciudad de Nueva York. El socialismo no tiene lugar en la capital económica de nuestro país. La capacidad de la ciudad de Nueva York de ofrecer servicios a los pobres y necesitados, y por supuesto para el neoyorkino medio, depende completamente de que NYC sea un entorno amistoso con las empresas y un lugar donde los residentes ricos estén deseando pasar 183 días [al año, la mitad que los convierte en residentes fiscales]”, ha escrito Ackman en su cuenta de X.

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