El 12 de diciembre de 2011, el Ayuntamiento de Madrid, ahogado en deudas, traspasaba gratuitamente a la Comunidad 3,5 millones de acciones que hasta ese momento le otorgaban el control directo del Metro de Madrid: su parte (un 75%) fue transferida al Gobierno autonómico a cambio de ahorrarse el consistorio una aportación anual cercana a los 150 millones de euros. La excusa esgrimida no fue la deuda sino "el rápido crecimiento del entramado de transportes" del suburbano madrileño "que transcurre por diferentes términos municipales", según el protocolo firmado entre ambas administraciones. También se alegó que se buscaba "eliminar duplicidades".
Pero aquel protocolo incluía una cláusula que va jugar un papel capital estos días cuando arranque la negociación entre los gobiernos de Manuela Carmena y Cristina Cifuentes: en caso de revertirse la titularidad de las acciones y volver éstas al ayuntamiento, su "valor neto contable en ningún caso puede ser inferior al valor de las transmitidas" en 2011. Es decir, que la Comunidad tiene que devolver las acciones del metro con el mismo valor que cuando le fueron transferidas hace cinco años y medio. Y es aquí donde la Corporación de Ahora Madrid identifica un déficit inversor de 500 millones hasta 2015 (750 millones hasta lo que va de 2017, según las estimaciones actualizadas).
La acción de Metro de Madrid cayó en picado: de 272 euros a 131
"El valor de la acción en el momento de la cesión quedó establecido en 272,38 euros", dice un argumentario de Ahora Madrid. "Con datos de la memoria económica del año 2014, el valor de la acción ha caído en picado hasta situarse en 131,65 euros (menos de la mitad). Por lo tanto, si se quisiera revertir la cesión de las 3.509.409 acciones por parte del Ayuntamiento a la Comunidad, esta debería compensar la pérdida de valor de dichas acciones en una cantidad que supera los 500 millones de euros".
Son datos del Metro de Madrid que corresponden a la etapa de Esperanza Aguirre -quien dimitiera como presidenta regional en octubre de 2012- y de Ignacio González, que la sucedió hasta mayo de 2015, cuando fue defenestrado.
La nota enviada por el ayuntamiento durante el anuncio que realizó Carmena en un desayuno ante periodistas va más allá. "El Ayuntamiento ha dejado de gastar unos 150 millones de euros al año en el déficit de tarifa mientras la Comunidad ha dejado de invertir en nuevas infraestructuras, produciéndose una depreciación del 50% en el valor de las acciones de Metro", denuncia la actual corporación municipal. "Esta depreciación equivale a 750 millones de euros".
El ayuntamiento baraja tres opciones: la más viable, que la Comunidad termine la línea 11
Aunque este medio no ha podido contactar con la Consejería de Transportes para confirmar si reconoce ese capítulo desinversor, en el ayuntamiento manejan tres bazas de cara a las reuniones venideras: primero, pedir a la Comunidad recapitalizar el Metro de Madrid con los 750 millones de marras; segundo, ofrecer 150 millones al año para la Zona A del suburbano -la que transcurre dentro de los límites de la capital-; tercero, pedir al equipo de Cifuentes que asuma la construcción de la Línea 11.
La tercera opción parece la más viable. "No vamos a pedir a la Comunidad que aporte un dinero que no tiene", dicen en Cibeles. De esta última línea -verde oscura- solo está operativa la parte sur, entre las paradas de Plaza Elíptica y La Peseta. En teoría, debe recorrer todo el este capitalino, atravesar distritos con carencias como Usera y acabar al norte, en la Estación de Chamartín e incluso más allá. Pero no está claro qué es lo que va a suceder.
El PP de Madrid llevó en el programa que el suburbano no se ampliaría esta legislatura
Del lado de Cifuentes ya se ha dicho que el metro no se ampliaría durante la actual legislatura. No está claro si las negociaciones pueden hacer cambiar al Ejecutivo regional de parecer: con el traslado de La Peineta, que terminará en septiembre, la Comunidad ya rechazó construir una línea adicional del Metro de Madrid. Y con esa negativa a ampliar la red el PP de Madrid se presentó y ganó las elecciones.
"La pérdida de valor de Metro de Madrid ha venido motivada por una pésima gestión del mismo, muy relacionada con las ampliaciones de la red, fuera de cualquier criterio de sostenibilidad", critican en Ahora Madrid. "El problema de las ampliaciones ha sido entender el servicio de Metro desde una perspectiva distinta a la estrictamente técnica". En vez de ampliar la línea 11 se creó el metro ligero a Boadilla, insisten en el ayuntamiento como prueba de mala gestión.
Sea lo que fuere, la Comunidad de Madrid no ha expresado un rechazo rotundo a la propuesta de Carmena de volver a formar parte del accionariado.
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