Que Airbnb esté en el punto de mira de algunos vecinos de San Sebastián tiene una explicación estadística. Exactamente la misma que subyace tras las crecientes protestas vecinales de Barcelona. La capital guipuzcoana es una de las ciudades europeas más saturadas por el boom de los apartamentos turísticos. Los pocos datos disponibles son ilustrativos: en San Sebastián, en verano hay una casa o una habitación alquilada en Airbnb por cada 94 habitantes.

Para hallar la cifra basta con dividir el número de habitantes entre las estancias ofertadas este mes por el mayor portal de alquiler turístico del mundo. Según la consultora Airdna, especializada en el seguimiento de la oferta Airbnb, en la ciudad vasca hay 1.976 en activo. Teniendo en cuenta que la población ronda los 186.000 habitantes, el ratio de alquileres por habitante se dispara hasta rozar casi los 100.

El caso de Barcelona es el más extremo dentro de las capitales de provincia. La estadística de Airdna arroja un alojamiento turístico por cada 78 habitantes. El área metropolitana cuenta con una de las mayores ofertas de toda España: en la actualidad hay más de 20.000 puntos colgados en la web de Airbnb, incluyendo casas, pisos y habitaciones; una cantidad muy abultada para una urbe donde viven en torno a 1,6 millones de personas.

Las mayores concentraciones

La tercera ciudad que entra en el podio, siempre según el rastreo de Airdna, es Granada. El enorme atractivo de la capital andaluza de provincia está detrás de los 2.713 hospedajes activos actualmente en la plataforma on line. De la división se obtiene un elevado índice de saturación, superior al que presenta San Sebastián: 87 alojamientos por cada granadino.

Eso sí, Barcelona, Granada y San Sebastián sólo lideren el ránking de capitales de provincia. La ciudad con mayor densidad de alquileres en Airbnb de España es una de las más turísticas: Ibiza. La saturación se aprecia en los gráficos que elabora Airdna. Según esta web, que analiza exhaustivamente la actividad de Airbnb en todo el mundo, en la capital ibicenca y alrededores se acumulan en verano 1.664 casas, pisos y habitaciones anunciados en la plataforma. Teniendo en cuenta que la población alcanza los 50.000, el ratio por habitante se dispara: hay un alojamiento ofertado en Airbnb por cada 30 residentes.

El boom del Mediterráneo

La elevadísima saturación tiene una explicación evidente: Ibiza es uno de los puntos más afamados, y por tanto más visitados, del Mediterráneo. Exactamente lo mismo ocurre con otros destinos similares. Por ejemplo, Airdna cifra en 7.480 las estancias activas en Cannes, una ciudad con una población de 73.000 habitantes. De la comparación se obtiene un dato sorprendente: nueve alojamientos por cada ciudadano. La cifra es idéntica a la que presenta la croata Dubrovnik, otro de los destinos más turísticos del Mediterráneo.

Más llamativo aún es el índice que arroja Mykonos: en la pequeña isla griega, donde hay censadas poco más de 10.000 personas, se ofertan 2.256 apartamentos y habitaciones. Es decir, cuatro por habitante. En la misma línea, aparecen otros destinos playeros, como Rodas o Creta (54 y 56 casas por residente, respectivamente).

Todas aparecen en el ránking muy por encima de las grandes capitales europeas. También de las capitales de provincia española. Estos son algunos ejemplos. De las mayores ciudades españolas, Málaga, Valencia y Sevilla arrojan las mayores concentraciones de alojamientos turísticos, después del podio que une a Barcelona, Granada y San Sebastián. En Málaga hay uno por cada 113 habitantes (4.996 pisos y habitaciones), frente a los 135 de Valencia (5.802) y los 138 de Sevilla (4.998).

Las tres presentan una densidad de inmuebles superior a la de Madrid. En la capital hay 16.290 estancias registradas en Airbnb para una población de 3,1 millones de habitantes, lo que desprende un ratio de 192 residentes por hospedaje. En niveles muy parecidos están otras capitales de provincia, como Santiago de Compostela (174), Alicante (197), Santander (216) o Las Palmas (217).

Y en la misma línea figuran algunas de las mayores capitales europeas. Por ejemplo, en Londres se ofrecen algo más de 55.000 alojamientos para una población de 8,7 millones (uno por cada 158 habitantes) y en Berlín 15.000 para 3,4 millones (226). En el caso de París, hay una oferta cercana a los 49.000 para un área metropolitana de casi 12 millones (uno por cada 250 residentes). En Atenas hay uno por cada 111 y en Roma por cada 114. La densidad en Lisboa es superior: 12.576 en una capital donde vive medio millón de personas (una estancia por cada 40).

Crecimiento imparable

Del boom de las plataformas de alquiler no sorprende sólo el nivel de concentración, sino también -o sobre todo- el crecimiento meteórico que han experimentado en algunas poblaciones. Los casos de Madrid o Barcelona son paradigmáticos. En la capital de España había unos 30 al arrancar la década, 10 menos que en la ciudad condal. Y la tendencia es ascendente.

Según el lobby hotelero, sólo en los primeros meses de este año, el número de extranjeros que se han alojado en viviendas turísticas ha crecido un 179,5%. Muy lejos del 12,2% registrado por los hoteles. La región madrileña está a la cabeza con mucha diferencia sobre el resto.
Le sigue Baleares, con un aumento del 42% en lo que va de año, frente a sólo un 3% de los hoteles. En Andalucía, la subida asciende al 72%, en la Comunidad Valenciana al 32,5% y en Cataluña al 17,6%.

El incremento desorbitado de esta modalidad alquileres ha llevado a algunos ayuntamientos a tomar medidas drásticas. Por ejemplo, el de Palma de Mallorca anunció recientemente que congelaba la concesión de nuevas licencias. Lo que no existe es unanimidad a la hora de regular el fenómeno de Airbnb. Al contrario, en España conviven multitud de regulaciones, tanto autonómicas como locales, para intentar ordenar un negocio imparable. E impedir que crezca la turismofobia que ya ha brotado de manera puntual en ciudades como Barcelona o San Sebastián.