La banca española está en guerra y, sorprendentemente, son algunas de las entidades pequeñas las que están saliendo victoriosas. Las cuentas de cierre de 2019 que acaban de presentar los principales bancos españoles evidencian que son Liberbank y Bankinter los bancos que mejor resultado están obteniendo en la lucha que libra el sector por ganar cuota de mercado en el negocio del crédito.

La entidad que preside Manuel Menéndez reportaba al término del ejercicio pasado un incremento del crédito a la clientela superior al 10%, mientras que en el caso de Bankinter la tasa de crecimiento rebasaba el 5%.

Ganar cuota de mercado se ha convertido en una cuestión vital para la banca española. Sin previsión de que los tipos de interés en negativo desaparezcan del escenario financiero europeo en un horizonte previsible, un incremento de los volúmenes aparece como la única palanca con que cuentan las entidades para sostener unas cuentas muy golpeadas por la menguante rentabilidad de sus operaciones.

La cartera de crédito de Liberbank ha crecido más de un 22% desde 2016 y la de Bankinter, cerca de un 13%

Y en una economía como la española, que sigue inmersa en el proceso de desapalancamiento iniciado tras el estallido de la crisis financiera en 2008, este aumento de la actividad sólo puede lograrse robando cuota de mercado a la competencia.

En este contexto, tanto Liberbank como Bankinter, pese a partir de unas situaciones de partida mucho más modestas han logrado el mejor desempeño entre la banca cotizada en España. Los 52.800 millones de euros de inversión crediticia con los que cerró 2019 la entidad dirigida por María Dolores Dancausa representan un 5,96% del total de los préstamos a la clientela de los ocho bancos de la bolsa española, 35 puntos más que al cierre del año anterior.

Por su parte, Liberbank ha elevado su cuota del 2,45 al 2,73%, tras incrementar su cartera de crédito a la clientela hasta los 24.186 millones de euros.

De este modo, tanto uno como otro estiran una tendencia de crecimiento de su volumen de préstamos en España que se extiende desde hace ya varios años, algo de lo que ambos bancos presumieron en sus últimas presentaciones de resultados. Entre 2016 y 2019, el crédito de la clientela de Liberbank ha aumentado más de un 22%, mientras que el de Bankinter acumula un crecimiento próximo al 13%.

El aumento de cuota de estas entidades ha sido superior al que también han registrado en el último ejercicio Sabadell y CaixaBank y se produce a costa, principalmente, de los dos grandes bancos nacionales, Santander y BBVA, que siguen viendo decrecer su participación en el mercado crediticio español.

CaixaBank se consolida como el banco con la mayor cartera de crédito en España, con 203.103 millones

Santander cerró 2019 con un volumen de crédito en España de 185.179 millones de euros, un recorte de más de 20.000 millones frente a la cifra publicada el ejercicio anterior. No obstante, la comparativa aparece distorsionada por los cambios de perímetro realizados por la entidad que preside Ana Botín en su división en España, de la que ha sacado, por ejemplo, el negocio de Openbank.

Aún así, la firma reconoce una caída de la cartera de préstamos del 5,6%, lo que implica una reducción superior a los 9.000 millones.

Por su parte, BBVA ha pasado de los 170.438 millones de euros del año anterior a los 167.341 millones registrados este año.

Entre ambas entidades han pasado de controlar en 2018 algo más del 41% del crédito total de los ocho bancos cotizados españoles a menos de un 40% al término del pasado ejercicio y se distancian de CaixaBank, líder en España en el negocio del crédito, con una cartera de 203.103 millones de euros.

Sin embargo, tanto desde Santander como desde BBVA se muestran satisfechos con la evolución del ritmo de nueva producción y explican que la caída de los volúmenes totales se debe al aún superior ritmo de vencimiento de los créditos antiguos.

Algo semejante ocurre en el caso de Bankia, que ha enlazado dos años seguidos de recortes de los créditos a la clientela, que al cierre de 2019 se situaban en 120.623 millones, un 1,5% menos que el ejercicio anterior.

Guerra de precios

La lucha de la banca española por ganar cuota de mercado se ha traducido en una intensa guerra de precios en el terreno del crédito, que ha llevado los tipos de interés de algunos préstamos a niveles mínimos. Este es el caso del crédito hipotecario, donde, según los datos del Banco de España, la tasa aplicada a las nuevas operaciones en noviembre registró un récord del 1,78%.

Los bancos se están enfocando en los segmentos de crédito que ofrecen márgenes de rentabilidad mayores

Estos niveles han generado algunos cuestionamientos por parte de las autoridades supervisoras. Así, el pasado octubre, el presidente del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, reclamaba prudencia a las entidades y mostraba sus dudas sobre la rentabilidad de algunas operaciones hipotecarias a tipos muy bajos.

Por eso cada vez más, las entidades están mostrándose más selectivas y anunciando intentos de variar la composición de sus carteras crediticias, dando mayor relevancia a modalidades de préstamos que ofrecen rentabilidades más atractivas. Éste es el caso del crédito al consumo, en el que la práctica totalidad de los bancos españoles ha reportado tasas de crecimiento de doble dígito, a pesar de las advertencias lanzadas por los supervisores sobre el riesgo de que un boom de crédito en este segmento pueda derivar en incrementos de morosidad.

El enfoque del sector en este tipo de créditos también ha tenido su reflejo en una caída de los precios. Los datos del Banco de España de noviembre mostraban un brusco recorte de la tasa aplicada a estos préstamos hasta el 6,42%, frente al 7,27% del mes previo. Esta cifra no caía del 7% desde finales de 2018.