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Joan Molas | Presidente de la Mesa del Turismo

“El turismo británico ha desaparecido de golpe. No hay reservas, sólo cancelaciones”

Joan Molas, presidente de la Mesa del Turismo.

Joan Molas, presidente de la Mesa del Turismo. Mesa del Turismo.

El sector turístico está en alerta. Otra vez. Apenas un mes después de iniciar su reactivación tras el estado de alarma, los rebrotes en diferentes zonas del país y los miles de contagios de Covid-19 acumulados en el país habían empezado a frenar la recuperación. Ahora la decisión de Reino Unido de volver a imponer cuarentenas a todos los viajeros procedentes de España y las medidas restrictivas y alertas lanzadas por otros países europeos ponen en jaque al sector.

"No se puede predecir ya si se ha acabado la temporada de verano. Con carácter inmediato, seguro que hay un parón", apunta Joan Molas, que tras doce años al frente de la patronal hotelera Cehat ahora preside la Mesa del Turismo, una asociación que agrupa a medio centenar de empresas turísticas, patronales sectoriales y profesionales del sector. "El problema no es sólo mañana, no sólo es el verano, son los próximos meses de un sector totalmente paralizado", avisa el directivo. "Ya tendríamos que estar preparando las medidas fiscales, laborales, económicas, financieras para 2021".

Molas reclama al Gobierno una diplomacia fuerte para mostrar a otros países todo lo que se ha hecho bien en el sector para garantizar la seguridad de los turistas, pide una gran mesa de diálogo con las empresas del sector para salvar el turismo y le abronca por hacer "política laboral por entregas" con las ampliaciones de los ERTE por fuerza mayor. "Miles de empleados van a pasar de los ERTE directamente a los ERE", alerta.

Pregunta.- Tras semanas de proliferación de rebrotes, los países europeos empiezan a tomar medidas de precaución respecto a España. De la cuarentena de Reino Unido a la petición de Francia de no ir a algunas zonas del país, ¿se ha acabado la temporada de verano?

Respuesta.- No se puede predecir ya si se ha acabado la temporada de verano. Con carácter inmediato, seguro que hay un parón. Esta semana la caída de ventas será tremenda. Vamos a pasar un final de julio y un principio de agosto con cifras muy negativas. Veníamos de unas semanas en que en algunos grandes destinos españoles, como la Costa Brava, la ocupación hotelera del fin de semana superaba el 80% y entre semana estaba en el 60%. Ahora todo eso se ha venido abajo. Si Reino Unido levanta la cuarentena y Francia, Bélgica o Noruega retiran sus recomendaciones negativas o vetos, puede que recuperemos parte del negocio en agosto y que tengamos un buen septiembre.

Ahora el Gobierno no puede hacer mucho más, no va a ir a buscar turistas y traerlos de la oreja"

Ahora mismo nos encontramos con que las operaciones con Reino Unido están paralizadas y las cancelaciones se acumularán en los próximos días. Teníamos una previsión de turistas británicos relativamente buena, porque desde el anuncio de apertura de fronteras por parte del presidente Sánchez han ido entrando reservas con cierta constancia. Nos daba la impresión de que íbamos a tener un julio relativamente bueno, sobre todo la segunda quincena. Teníamos esperanzas, porque iban entrando reservas a buen ritmo. Pero ahora el turismo británico ha desaparecido de golpe. No sólo no entran reservas, sino que sólo hay cancelaciones.

P.- No se esperaba mucho del turismo internacional este verano, ¿pero Reino Unido ha dado la puntilla al sector cuando iniciaba la recuperación?

R.- A la decisión de Reino Unido de imponer cuarentenas hay que unirle la recomendación de Francia de no ir a Cataluña y Aragón, las peticiones de Bélgica en el mismo sentido, la cuarentena de Noruega… Si todo ello lo sumas, ahora la presión en la olla es tremenda. Podemos tener una temporada de verano en que se confirme el anuncio que hicimos hace meses desde la Mesa del Turismo: que desde el 13 de marzo el sector está perdiendo 5.000 millones semanales. Ya advertimos de que si la crisis no se atajaba o no había ventas suficientes, podríamos llegar a finales de agosto con pérdidas cercanas a los 90.000 millones.

Además, el sector del turismo de congresos y reuniones no se mueve, los viajes de negocios no dan señales de vida... Así que los hoteles urbanos de Madrid o Barcelona están en una situación dantesca, con apenas un 20% de la planta hotelera abierta y con una ocupación en Madrid del 22% en julio y que en Barcelona no llega al 18%.

P.- Frenazo reservas, cancelaciones, España en el foco de otros países europeos… ¿Qué ha fallado para llegar a esta situación apenas un mes después de la reactivación del sector?

R.- Ha faltado comunicación, ha faltado promoción de todo lo que España está haciendo y todo lo que está haciendo bien, de la experiencia adquirida durante el confinamiento. Los famosos rebrotes ya se esperaban y supuestamente todos los organismos de sanidad, tanto del Gobierno central como de las comunidades autónomas, estaban preparados para ello. Falta una campaña de comunicación para explicar todas las medidas sanitarias adoptadas a los grandes mercados emisores, sobre todo Reino Unido, que ha traído 18 millones de turistas en los últimos años.

La diplomacia española debe jugar un papel importante. El Ministerio de Turismo debe hacerlo con campañas de comunicación y promoción. Y el Ministerio de Exteriores debe estar permanentemente en contacto con otros Gobiernos para explicar lo que se está haciendo. En España se habrán hecho cosas regular y algunas mal, pero otras muchas se han hecho bien. Hay que comunicarlo con contundencia y convencimiento para mantener vivos los mercados emisores.  Hay que dar a conocer a los países emisores la seguridad que hay en España, las medidas sanitarias que se están adoptando.

Si no hay clientes, las empresas no tienen por qué abrir. Tampoco hay que pedir a las compañías que se suiciden"

Ahora el Gobierno no puede hacer mucho más, no va a ir a buscar turistas y traerlos de la oreja. A corto plazo hay que establecer corredores seguros con los países emisores más importantes, como Reino Unido, Francia o Alemania, para conectar con las islas, con Alicante, con la Costa del Sol. Pero el problema no es sólo mañana, no sólo es el verano, son los próximos meses de un sector totalmente paralizado. Quizá hay que establecer test PCR tanto en los países de origen como en los de destino hasta que se encuentre la vacuna, eso daría confianza. Hacer test antes y después de viajar puede ser incómodo, obligar a ir con mucho tiempo a los aeropuertos. Pero antes de los atentados de las Torres Gemelas pasábamos los controles de los aeropuertos rápidamente y ahora ya nos hemos adaptado a que no sea así.

P.- ¿Qué tienen que hacer Gobierno y CCAA para salvar el turismo este año?

R.- Primero coordinarse entre ellos, actuar juntas todas las administraciones y que no dispare cada una por su cuenta. La acción debe ser conjunta, debe haber una unificación de criterio en medidas sanitarias. Da la impresión de que ha habido descoordinación entre comunidades y el Ministerio de Sanidad.

Desde la Mesa del Turismo proponemos al Gobierno crear una gran mesa de diálogo con representación pública y del sector privado para saber dónde estamos, cuál es la situación real, cuáles son las consecuencias económicas y sociales de la crisis, qué medidas adoptar, a qué destinar los fondos europeos conseguidos en el acuerdo de la UE… Y pedimos que las fuerzas políticas que aparquen sus diferencias ideológicas y apoyen al sector. El turismo es un tema de estrategia común, es una política de Estado, no es una cuestión de quién está más a la izquierda o más a la derecha, más arriba o más abajo. El turismo es una cuestión de Estado, absolutamente fundamental este año.

Y también hay que trasladar a los medios de comunicación que no deben lanzar alarmas innecesarias. A algunos medios les va a pasar factura este alarmismo barato al que han recurrido, abrir todos los informativos y dedicar tardes enteras a darle vueltas a lo mismo. Hay que ser suficientemente cauto para ver el perjuicio que puede ocasionar cuando continuamente se alarma, porque puede acabar por cumplirse.

P.- ¿Y qué tiene que hacer el propio sector turístico para remontar?

R.- Lo que está haciendo ya: un esfuerzo muy importante para aguantar financieramente la situación y adoptar todas las medidas de los protocolos de seguridad sanitaria para dar confianza. Poco más puede hacer el sector. Si no hay clientes, las empresas no tienen por qué abrir. Tampoco hay que pedir a las compañías que se suiciden si no hay demanda.

P.- ¿Puede aguantar el sector hasta fin de año en estas condiciones?

El Gobierno no puede hacer política laboral por entregas. Miles de empleados van a pasar de los ERTE directamente a los ERE"

R.- Pues depende de qué sector. En restauración, entre 60.000 y 70.000 no han abierto después del estado de alarma y probablemente no lo van a hacer nunca. En agencias de viajes, de las 9.500 que tiendas que hay, cerca de 5.000 ni han abierto y quizá no abran porque no tendrán capacidad de aguantar. Los cruceros algunos están yendo directamente al desguace porque el sector está totalmente paralizado… Miles de empleados van a pasar de los ERTE directamente a los ERE. Miles de personas perderán el empleo si la situación continúa en las mismas condiciones que ahora.

P.- El Gobierno ya empieza a mostrarse dispuesto a ampliar de nuevo los ERTE por fuerza a mayor hasta fin de año. Eso puede ser un alivio para el sector.

R.- El Gobierno no puede hacer política laboral por entregas. Primero los ERTE hasta junio, luego hasta septiembre… Nos vienen unos meses que sobre el papel van a ser absolutamente desastrosos. No hay ninguna expectativa de mejora ahora mismo y algunas consultoras anticipan que la recuperación no llegará hasta bien entrado 2021. Pues ya tendríamos que estar preparando las medidas fiscales, laborales, económicas, financieras para el primer trimestre del próximo año. No hay que esperar a que llegue el río para hacer el puente, hay que diseñarlo antes de que llegue el agua.

Durante los últimos meses el Gobierno ha dado sensación de improvisación e incluso de falta de criterio. Ministros haciendo descalificaciones al sector turístico, ministros que desmentían por la tarde lo que había dicho otro ministro por la mañana. Ahora parece que esta situación ha remitido y que parece que van todos a una. Pero durante meses los despropósitos han sido continuos.

P.- El sector ya anticipa una ola de cancelaciones. ¿Serán solo de turistas internacionales o los nacionales también se va a quedar en casa?

R.- El nivel de cancelaciones de turismo nacional será mucho menor que el del internacional, sobre todo en el caso del británico. No se ha prohibido a ningún español ir a otras zonas de España. Muchos españoles están afectados por la crisis económica, otros no viajarán por prudencia, muchos optarán sólo por ir a segundas residencias o a casa de familiares o amigos… El mercado nacional puede que tenga un comportamiento relativamente bueno en agosto y septiembre. Hay que hacer un llamamiento a los compatriotas para que este año se queden en España.

P.- ¿Pero puede aguantar el sector este verano sólo con cliente nacional?

El sector hotelero no tiene suficiente con el cliente español. Por eso no han abierto muchos hoteles"

R.- Claramente, no. El sector hotelero no tiene suficiente con el cliente español. Por eso no han abierto muchos hoteles, por eso sólo ha abierto un 30% de la planta hotelera de media en toda España. No hay suficiente clientela para cubrir toda la oferta alojativa española, con 1,8 millones de plazas reguladas (entre hoteles, campings, apartamentos turísticos legalizados y balnearios) más los miles de plazas de la piratería de los pisos turísticos. El turismo nacional no es suficiente para llenar los establecimientos con grados de ocupación suficiente para ser rentable. Hay zonas en que el turismo nacional supone el 60 o el 70% de su demanda, como Asturias, Cantabria, Galicia, Castilla y León… Pero otras zonas, ni hablar. Otras zonas necesitan turistas internacionales, como Canarias, baleares, el litoral peninsular…  No hay suficientes clientes españoles, aunque los que viajen bienvenidos sean.

P.- Ya hay voces que lo ponen en duda o que alertan de la enorme dependencia del turismo. ¿Puede España seguir dependiendo sólo del turismo o al menos puede seguir teniendo tanto peso?

Si hacían falta 600 rastreadores o 6.000, pues había que tenerlos"

R.- Ojalá hubiese la España vacía no se hubiera vaciado, y la agricultura y la ganadería se hubieran mantenido en otras condiciones. Ojalá se hubiera apostado más por la industria. Ojalá se hubiera invertido más en investigación y desarrollo. Probablemente ha habido errores de estrategia económica, pero ahora poco se puede hacer, ahora mismo hay que pensar en cómo solucionamos esta situación. Seguro que hay que redimensionar la estructura económica y financiera de España. Pero ahora hay que solucionar que ha llegado una situación imprevista y ha debilitado uno de los sectores más importantes de la economía española. Eso es una realidad.

P.- ¿Se reactivó el turismo antes de lo que tocaba, antes de que las administraciones pudieran  asegurar el control de la situación sanitaria?

Probablemente no se calculó bien. Si el Gobierno anuncia el 21 de junio como fecha para abrir las fronteras con Europa y para el fin de la prohibición de movimientos entre CCAA, había que prever las consecuencias que iba a haber. ¿Alguien pensaba que la gente no iba a salir tras meses sin poder hacerlo, aunque muchos se hayan quedado en casa por precaución? Puede que no haya habido una previsión adecuada de los medios o no se han hecho algunas cosas como tocaba. Si hacían falta 600 rastreadores o 6.000, pues había que tenerlos. Dando por hecho que la gente a salir y viajar, lo mínimo es prever las medidas de contención adecuadas. Igual que se ha establecido el uso de mascarillas, la distancia en lugares públicos, también se podría haber previsto el número de rastreadores que hacían falta.

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