El Covid-19 ha ocasionado, además de una enorme crisis de salud pública en todo el mundo, el caos económico al recuperar la demanda que se perdió. Y, lo que es más llamativo, en un momento en el que la pandemia ya está prácticamente superada en las economías más desarrolladas del mundo. Los expertos consultados por este medio indican que hasta 2023 no se normalizarán las cadenas de suministro.

La crisis logística está empeorando por la escasez de trabajadores a nivel global. Industrias clave están fracasando a la hora de volver a la actividad normal después de la pandemia del coronavirus y se debe tanto a la escasez de materiales como también a la de empleados.

"Más que nunca, las empresas de la industria están alertando de que la mano de obra es un factor que está limitando su producción", apuntan, sobre Europa, los economistas de Carsten Brzeski, James Knightley, Bert Colijn y James Smith en un informe al respecto.

El problema es multifactorial e internacional, pero, en un mundo globalizado, la disrupción de una cadena de montaje en China puede frustrar las compras de fin de semana en cualquier lugar del mundo, como también se evidenció cuando el buque taiwanés Ever Given encalló en el canal de Suez.

Transporte marítimo

Por vía marítima se transporta el 90% de los bienes que se comercializan a nivel mundial, mostrando así una de las vulnerabilidades de la globalización. En este sector, además, falta mano de obra especializada en actividades tales como manipulación, almacenamiento y transporte de mercancías.

"En este sentido, convendría considerar la posibilidad de tomar medidas urgentes para trasladar a profesionales desde sectores económicos menos críticos a posiciones estratégicas de cadena de suministro", indica Miguel Ángel Piqueras García, director del Grado en Ingeniería en Organización Industrial de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

En una entrevista para Bloomberg, los directivos de Wah Kwong Maritime Transport, una compañía de contenedores marítimos con sede en Hong Kong advierten de la falta de trabajadores que están sufriendo. "Para algunos tipos de barcos puede ser muy difícil encontrar tripulación y puedes sufrir retrasos por eso. Nunca ha sucedido antes", apuntaba el director William Fairclough. En Wah Kwong temen que las medidas que se están tomando para contener el virus sigan interrumpiendo la rotación y repatriación de los marineros que desembarcan en puertos de todo el mundo.

Estados Unidos

Es precisamente en Estados Unidos donde más se está sufriendo una fuerte falta de trabajadores tras el fin de los confinamientos por el coronavirus. El problema llevó al presidente Joe Biden a enunciar su ya famoso "pay them more!" ("¡páguenles más!") que la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, replicó recientemente en el Congreso ("paguen más y no les faltarán trabajadores").

Allí, los datos del mercado de trabajo muestran que más trabajadores están dispuestos a dejar sus empleos o a cambiar a uno nuevo. Por ejemplo, en agosto había 10,4 millones de ofertas de empleo mientras que dejaron su trabajo 4,3 millones, el mayor nivel visto desde diciembre de 2020.

En los puertos de Los Ángeles y de Long Beach, que reciben más de un tercio de los contenedores que llegan a EEUU, esta semana había 77 barcos esperando para descargar, y el tiempo de espera era de 14 días, también según cifras de Bloomberg. No es el mayor atasco de la historia pero está cerca de los 80 barcos que figuran como máximo histórico en las estadísticas.

Ante esta situación, el presidente de Estados Unidos anunció que ambos puertos trabajarán 24 horas al día, los siete días de la semana. De esta forma, el puerto estará operativo 60 horas extra a la semana, lo que para Biden puede suponer un punto de inflexión para solucionar el atasco.

A la vez, está aumentando la demanda de ciertos perfiles profesionales, ya que la economía se está reactivando, lo que unido a los trabajadores que están abandonando sus puestos voluntariamente provoca una tormenta perfecta. Entre los factores que podrían estar influyendo se incluyen las limitaciones a la inmigración, el deseo de cobrar más y de disfrutar de trabajos más flexibles tras la pandemia, así como las jubilaciones anticipadas y los cambios en la demografía.

Reino Unido y Europa

La vorágine es también apreciable en Reino Unido y la Unión Europea. El problema es anterior a la pandemia, pero con ella se ha exacerbado, apuntan los expertos. "La falta de trabajadores cualificados no es solo otro síntoma de la economía postpandemia, también es el resultado de otros acontecimientos fundamentales en EEUU, la eurozona y Reino Unido", aseguran los analistas de ING.

"A largo plazo, la demografía va a añadir más presión al mercado de trabajo. La población en edad de trabajar ha estado cayendo desde el año 2010 y la población activa solo ha podido crecer gracias a medidas tomadas para que la población trabaje más (hay que pensar en el aumento de las edades de jubilación y en la desincentivación de la jubilación anticipada). En los próximos años, esperamos que la mano de obra empiece a decaer de una forma más estructural", remarcan los mismos economistas.

En Reino Unido, la situación se ha visto empeorada por el brexit y faltan trabajadores en industrias clave como la producción de carne, la agricultura y el transporte. Para compensarlo, el Gobierno ha creado visas temporales para conductores de camiones y trabajadores avícolas y las empresas están subiendo los salarios para atraer a trabajadores a industrias clave como la hostelería.

Por su parte, BBVA Research remarca en su último informe al respecto que este desfase entre la oferta y la demanda en el mercado de trabajo se exacerbó cuando la variante Delta alcanzó su mayor grado de expansión, en verano. Al mismo tiempo, recoge que "es demasiado pronto" para poder decir si cuando terminen las prestaciones por desempleo aumentará la demanda de puestos de trabajo y si lo hará a corto plazo, puesto que el miedo al virus continúa siendo el principal factor. "Pero una vez que las preocupaciones ligadas a la salud se disipen, la (probablemente) falta temporal de trabajadores debería desvanecerse", añaden.

No obstante, lo que ahora es un problema más que visible en Reino Unido se trasladará "en unos cinco años" al resto del mundo. Así lo cree Cristian Castillo, doctor cum laude en Administración y Dirección de Empresas y profesor de Economía en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Castillo apunta que la logística es un sector clave -como ya estamos viendo- y todos los análisis apuntan a que seguirá creciendo impulsado por el comercio electrónico. Además, se trata de un área de actividad "que no es atractivo para los jóvenes". La prueba es que "la edad media de los transportistas en Reino Unido es de 55 años", apunta Castillo.

España

En España, tal como publicó este periódico, se necesitan entre 10.000 y 15.000 nuevos conductores, en un contexto de fuerte recuperación de la demanda tras la crisis sanitaria. En nuestro país apenas hay un 7% de conductores menores de 25 años, mientras que la media de edad del sector está en 50 años. Además, la presencia de mujeres en el colectivo apenas alcanza el 2% y la ansiada conciliación es una quimera.

No obstante, no es solo la logística. Sectores como la construcción, o la agricultura también están empezando a alertar de la falta de mano de obra, en un momento en que la demanda se está recuperando tras los peores meses de la crisis del coronavirus y donde la llegada de los fondos europeos de recuperación puede verse comprometida por la dificultad para ejecutar los proyectos en el plazo fijado por Bruselas.