La guerra en Ucrania ha cumplido un mes. Un mes en el que, según el último balance de la ONU, han muerto 726 civiles en Ucrania (52 niños) y se han registrado 1.174 heridos. Pero más allá de la tragedia humana en este mes se han producido cambios en la economía europea y mundial. Desde la política monetaria hasta el precio del aceite, pasando por el petróleo o las perspectivas de la bolsa… todo se ha visto alterado y en algunos casos se ha vivido un giro de 180 grados. 

Inflación

El conflicto ha provocado una escalada en los precios sin precedentes. Aunque la inflación ya venía alta antes de que comenzase la guerra, la invasión ha hecho que algunos expertos la sitúen en el 10% en los próximos meses. Desde hace 14 meses, los precios no dejan de subir en España. En febrero los precios subieron un 7,6%, tasa no vista desde 1986. En la zona euro, la inflación se situó en el 5,8% en febrero, el porcentaje más alto de toda su historia. Y en EEUU, ha escalado hasta el 7,9%, máximos no vistos desde 1982.

Todos estos porcentajes se han dado sin tener en cuenta, todavía, el impacto de la guerra. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) prevé que la tasa de inflación alcanzará su máximo en marzo, con un 8,6%, para descender posteriormente hasta un 4,1% en diciembre, lo que supone una tasa media anual del 6,8%, frente al 4,6% de las previsiones anteriores.

El Banco Central Europeo (BCE) cree que los precios escalarán hasta el 5,1%, de media en 2022 en la zona euro, casi dos puntos por encima de su último pronóstico, ya que en diciembre creía que se situaría en el 3,2%. El año que viene, el organismo estima que la inflación será del 2,1%, y que en 2024, del 1,9%.

También ha revisado la previsión de inflación la Reserva Federal de EEUU. En la última reunión, el comité de la Fed elevó su previsión de inflación para 2022 hasta 4,3% desde el 2,6% anterior y en 2023 al 2,7% desde el 2,3%.

Política monetaria

Este año iba a ser un punto de inflexión en la política monetaria, ya que los analistas preveían que tanto el BCE como la Fed iban a subir tipos este año y que iban a rebajar el programa de compras y el balance en el caso del organismo estadounidense. Y aunque ninguno de los dos bancos centrales sorprendió al mercado, sí que lo hizo la forma de expresarse de sus presidentes.

Así, el BCE no subió los tipos de interés, pero sí que aceleró el fin de las compras de deuda y anticipó que cuando esto ocurriese subirían los tipos. Por otro lado, la Fed anunció una subida de tipos del 0,25% y dejó la puerta abierta para seis subidas más este año, que incluso podría haber alguna subida del 0,5% en alguna de las reuniones.

Desabastecimiento de materias primas

Ucrania y Rusia son exportadores de materias primas. La guerra ha provocado que no lleguen muchas materias primas necesarias para los productos del día a día. Más allá del gas y del petróleo, del que Rusia es el principal proveedor a algunos países europeos, hay materiales como el níquel, que se necesita para las baterías de los coches eléctricos, que también escasean por las sanciones. Y es que Rusia produce alrededor del 17% de la oferta mundial.

En el lado del consumo, el aceite de girasol ha sufrido escasez y encarecimiento del precio. Ucrania es el granero de Europa, de hecho, España importa el 70% del aceite de girasol a Ucrania. Esta escasez no solo afecta a un producto y es que entre el 60% y el 70% del volumen de los productos de la industria del dulce sufre la escasez. También sufre el sector de los platos preparados y las salsas. El sector de las conservas se ve afectado ya que de las 98.000 toneladas de aceites vegetales que usan cada año las conserveras, el 56% es de girasol.

La energía

Rusia es un potente exportador de gas y de petróleo. Así que las sanciones de la Unión Europea y de EEUU todavía no se han atrevido a tocar esos aspectos por miedo a un desabastecimiento o un incremento, todavía mayor, de los precios. Desde que comenzó la guerra en Ucrania los precios de la energía se han disparado. En los primeros días de conflicto, el gas llegó a subir más de un 30% en la Unión Europea.

La luz también se ha visto por las nubes. El precio del megavatio a la hora superó por primera vez en la historia los 400 euros en diferentes tramos horarios.

El petróleo ha vivido una escalada parecida. De hecho, el barril de Brent ha llegado a tocar los 139 dólares, máximos desde 2008. Además, el Gobierno de EEUU anunció la prohibición de importar petróleo de Rusia, lo que hizo que subiera con fuerza. El crudo ha vivido unas jornadas volátiles durante este mes, pero todavía se sitúa por encima de los 100 dólares.

Que las sanciones todavía no hayan tocado el suministro de gas y petróleo de Rusia hace que muchos países sigan pagando la compra de estas materias primas. El movimiento Beyond Coal, campaña del grupo ambientalista Sierra Club para promover la energía renovable en lugar del carbón, ha generado un contador que se actualiza constantemente con el dinero que lleva destinado la Unión Europea a pagar estas materias primas a Rusia desde el 24 de febrero.

Los mercados

La guerra en Ucrania ha provocado un auténtico terremoto en las principales bolsas mundiales. Los parqués del Viejo Continente son los que se han visto más afectados, sobre todo por la volatilidad que llevan viviendo en el último mes. Los primeros días vivieron caídas importantes, que les hicieron situarse en mínimos anuales. Algunas compañías que se han visto más expuestas al conflicto han sufrido mucho más. Los primeros días del conflicto, los bancos eran los más perjudicados debido a que la subida de tipos se alejaba.

De hecho, el Ibex llegó a cerrar la segunda semana del conflicto con la mayor caída semanal desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020. Sin embargo, algunas sesiones ha registrado subidas importantes, que han hecho que ya haya recuperado los niveles previos al conflicto.

Paneles de cotización en el interior de la Bolsa de Madrid.
Paneles de cotización en el interior de la Bolsa de Madrid. EFE

Los expertos apuntan a que estas subidas de las últimas jornadas y a la menor volatilidad como una prueba de que los inversores ven que la crisis Rusia y Ucrania se mantiene contenida. Pero añaden que las bolsas europeas todavía están muy expuestas al conflicto.

En cuanto a las divisas, el rublo se desplomó un 30% en su cambio contra el dólar cuando el Banco Central Ruso anunció que subía los tipos al 20%. No obstante, la moneda rusa se ha ido estabilizando en las siguientes sesiones. Por otro lado, el euro también ha salido perdiendo en su cambio contra el dólar, ya que cuando comenzó el conflicto la divisa europea cayó un 1%. Pero desde que empezó la guerra, ha perdido un 2,7% respecto al dólar.

Por otro lado, se ha visto un gran movimiento de criptoactivos. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha señalado que desde el inicio de la guerra en Ucrania ha aumentado el cambio de rublos en criptoactivos para evitar las sanciones que se han puesto a Rusia.

En la conferencia sobre Innovación de 2022 organizada por el Banco de Pagos Internacionales (BPI), Lagarde afirmó que la cantidad de rublos que se cambian en criptoactivos está en "el nivel más elevado desde mayo de 2021".

El (casi) impago de la deuda

Este conflicto también ha traído incertidumbre económica en Rusia. De hecho, Vladimir Putin prohibió sacar del país más de 10.000 dólares en efectivo o su equivalente en otras divisas, “para garantizar la estabilidad financiera del Estado”. El país también estuvo cerca de no poder pagar los intereses de la deuda porque tenía bloqueadas las divisas extranjeras. Sin embargo, el ministro de finanzas ruso anunció que habían procedido al pago de los 117 millones de dólares y que habían sido recibidos por Citibank en Londres.

Esta misma semana, Rusia hizo frente a otro pago. El Ministerio de Finanzas de Rusia ha informado de que la entidad depositaria ha recibido los fondos necesarios para hacer frente al pago del cupón por importe de 66,63 millones de dólares (59,45 millones de euros) correspondiente a los Eurobonos con vencimiento en 2029.

Perspectivas económicas

El gran impacto de la guerra en la economía de todo el mundo (sobre todo en la europea y en los países más cercanos) ha hecho que muchos organismos hayan modificado su perspectiva de crecimiento para este y los próximos años. No obstante, todavía es pronto para hacer una estimación precisa, ya que dependerá de la duración de conflicto, que ya cumple un mes.

La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, anunció que las estimaciones de crecimiento para la zona euro se han recortado. Así, el organismo prevé que el crecimiento será del 3,7% este 2022 en la zona euro, frente al 4,2% que estimaba en diciembre. En 2023, la economía crecerá un 2,8%, frente al 2,9% anterior y en 2024, el crecimiento será del 1,6%, tal y como se prevía antes del conflicto.

Por su parte, la Reserva Federal también recortó su previsión de crecimiento para este año hasta el 2,8% desde el 4% anterior. La mantiene en el 2,2% para 2023 y en el 2% para 2024. Jerome Powell, presidente de la Fed, destacó que un crecimiento del 2,8% es «todavía muy fuerte» y ha asegurado que «la probabilidad de una recesión no es particularmente elevada».

Por lo que respecta a España, la previsión de consenso de crecimiento del PIB de Funcas para 2022 se ha recortado hasta el 4,8%, ocho décimas porcentuales menos que en el anterior Panel. El Instituto de Estudios Económicos pronosticaba en diciembre que España crecería este 2022 un 5,2%, por lo que con el panorama actual el PIB crecería entre un 4,7% y un 4,2%, según sus cálculos.