Economía

La economía británica, al borde de una larga recesión

La primera ministra británica, Liz Truss, da su primera rueda de prensa en el cargo a las afueras del número 10 de Downing Street.

La primera ministra británica, Liz Truss, da su primera rueda de prensa en el cargo a las afueras del número 10 de Downing Street. Europa Press

La muerte de la reina Isabel II ha sorprendido a un Reino Unido al borde de la recesión. La situación en la que recibe el país Carlos III, y también nueva la primera ministra Liz Truss, no es fácil, con la inflación marcando máximos no vistos 40 años, la libra en mínimos y los salarios -reales- precipitándose.

El descontento reina en la calle, las huelgas se multiplican y las empresas están esperando que el Gobierno apruebe ayudas económicas que frenen la escalada de quiebras.

Las previsiones

Según el FMI, la única economía que se comportará peor que Reino Unido en 2023 será Rusia.

El país va camino de registrar en 2023 el menor crecimiento económico de todo el G7 y la inflación más alta. Las previsiones apuntan que el avance de su PIB será de cero y su inflación media del 7,4%, unas perspectivas desalentadoras tras un 2022 que está previsto que registre un crecimiento del 3,5% y una inflación de más del 8%.

La economía británica se dirige hacia una larga recesión a final de año, aunque por ahora se descarta un largo periodo de estanflación, es decir, de altos precios al mismo tiempo que el país no crece. Aún así, el Wall Street Journal desde su sede en Londres considera que la nueva primera ministra se enfrenta al panorama económico más desalentador desde que Margaret Thatcher asumió el poder en 1979.

La inflación

Los precios subieron en julio un 10,1%, últimos datos conocidos, en comparación con el mismo mes del año anterior, la más alta del G7. Los analistas esperan que la inflación continúe superándose.

Goldman Sachs prevé alzas interanuales del 20% a principios del año que viene si no caen los precios del gas. Pero la fuerte dependencia del esta fuente de energía (importada) complica que la situación pueda mejorar.

La libra

Al mismo tiempo, las amenazas de recesión están debilitando la libra, que está acercándose a su nivel más bajo desde mediados de los 80 -ha caído un 8% con respecto al dólar en los últimos tres meses-, encareciendo aún más los viajes y las importaciones, tanto de alimentos como de energía y bienes manufacturados.

Las previsiones apuntan a que la situación empeorará durante los meses de invierno, cuando suban aún más los precios de la energía para hogares y negocios. Los hogares pagarán unos 4.100 euros en luz durante todo este curso, según el regulador Ofgem.

Las huelgas

Y todo ese descontento está haciendo estallar huelgas. Los trabajadores están pasando dificultades para hacer frente a una factura energética disparada por la guerra en Ucrania, y así, la liberal de 47 años tendrá que enfrentarse a lo que venga detrás de este largo verano de huelgas.

Reino Unido ha sufrido su mayor huelga de trenes desde 1989. Los trabajadores del servicio público de correos también estaban parados hasta la muerte de la reina, cuando decidieron suspenderla. Los conductores de los trenes, unidos a través del sindicato Aslaf, asimismo han pospuesto la suya.

El empleo

El desempleo subió en junio por primera vez en 17 meses, pero para la economía está siendo más complicado la falta de trabajadores. El Brexit ha complicado el comercio con la Unión Europea, y también el acceso a la mano de obra comunitaria, sobre todo necesaria para los puestos peor pagados.

Los datos muestran que ya hay unos 50.000 trabajadores nacidos en la UE menos que a mediados de 2019. A la vez, a Reino Unido le faltan empleados por el alto número de ellos que ha dejado sus puestos después de la pandemia.

Por otro lado, al Banco de Inglaterra le preocupa la inflación de segunda ronda, esa producida por el incremento de los salarios, recoge Reuters.

Las empresas

Se espera que la primera ministra detalle un plan económico en los próximos días, en un momento en que la deuda está cerca del 100% del PIB. Hasta ahora, el país ha desplegado ayudas para que los hogares hagan frente a la subida de los precios, pero no para los pequeños negocios. De abril a junio, 5.600 empresas cerraron en el país, un 80% más que el mismo periodo del año anterior.

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