El IPC, por fin, está dando una tregua. Después de 18 meses con subidas interanuales por encima del 4%, incluso alcanzando niveles nunca vistos desde los años 80, ahora la cesta de la compra lleva desde marzo por debajo de esa barrera. Y aunque es cierto que de nuevo los precios están repuntando, todo apunta a que ya no volveremos a ver tasas tan altas como el año pasado.

Según el índice de precios al consumo (IPC), la estadística oficial de precios que dio a conocer este viernes el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación marcó en septiembre su mayor valor de los último cinco conocidos, ascendiendo de nuevo al 3,5%. Supone su subida más alta desde febrero, pero no hay que alarmarse: se trata de un efecto estadístico que surge de comparar los precios de la cesta de este mes con los del mismo mes del año anterior, cuando los precios se moderaron con fuerza. Si se va al dato mensual del IPC, se aprecia con claridad, puesto que solo ha aumentado dos décimas. Aun así, no hay que perder de vista que los precios de la energía y los carburantes han subido, sobre todo ligados a la reducción de producción de petróleo.

Sin embargo, aunque el dato de inflación esté ya cada vez más cerca del objetivo del 2% que persigue el Banco Central Europeo -"España lleva más de un año entre los países con menor inflación y mayor crecimiento de toda la zona euro", ha presumido el Ministerio de Economía-, el precio de los alimentos dista mucho de estar en esos esos niveles. Este septiembre los alimentos y las bebidas no alcohólicas se han encarecido un 10,5% frente al septiembre del año pasado, encadenando así 18 meses de subidas a doble dígito. Desde abril de 2022 los alimentos suben más de un 10% y no está claro cuándo va a controlarse esta escalada, que por el momento cuenta con tan solo una excepción: la de los aceites que no son de oliva, que sí caen casi un 33%.

El 65% de los alimentos suben a doble dígito

Es más, de la lista de los productos alimenticios y las bebidas no alcohólicas, el 63% sube este septiembre a doble dígito. Entre esos alimentos están algunos de los más básicos, como el aceite de oliva, el azúcar, las patatas y el arroz, que se han encarecido este mes por encima del 18%. También se incluyen la leche entera y desnatada, la carne de cerdo, las legumbres, los huevos y el pescado. Todos ellos llevan más de un año encadenando incrementos de precio dramáticos: el azúcar subía en agosto del año pasado un 10,7% y ahora lo hace un 40,5%, el aceite entonces lo hacía un 13,2% y ahora se ha disparado hasta el 67%, mientras que las patatas hace un año y un mes subían un 15,3% y no han dejado de superar su propio récord hasta el pasado junio (27,8%). Ahora están un 20,5% más caras que hace un año.

Algunas de estas subidas de precio están muy relacionadas con dinámicas concretas de la producción del alimento concreto más que con la deriva inflacionista. Es el caso del aceite de oliva, que ya supera los doce euros en los lineales a causa de la sequía, que se une a la escasez del aceite almacenado y a las malas previsiones meteorológicas. Los niveles de precios actuales no se habían registrado jamás, y han llevado a los supermercados a instalar alarmas antirrobo en las botellas y garrafas.

En el caso del azúcar, la menor oferta por la disminución de las cosechas y la limitación de los exportadores han contribuido a su escalada, que ha afectado también a los productos que la llevan, como los de confitería, hoy un 18% más caros. Del lado de la patata, la situación parece tener una explicación menos evidente, con las organizaciones de agricultores como Asaja denunciando "precios inusualmente altos" en la gran distribución, cuando en el campo se está pagando mucho menos de lo que se pagaba hace un año (-20%).

El 60% de la tabla baja de precio frente a agosto

Mucho más contenidas son las cifras intermensuales de los alimentos. Según el IPC, los alimentos se han encarecido de agosto a septiembre un 0,5%. Como es habitual, las diferencias entre unos productos y otros son grandes, pero aun así apuntan a que las subidas de precios se están moderando. El aceite de oliva sube un 10%, sí, y las legumbres y hortalizas frescas también lo hacen un importante 5,6%, pero por detrás de estos productos solo la carne de ovino y caprino y las patatas suben más de un 2% (2,6% y 2,4%, respectivamente). El resto de elementos de la lista de alimentos suben entre un 0 y un 1% y ya hay un importante número que cae de precio.

En total, el 60% de los alimentos que registra el IPC caen de precio este mes. En ese lado de la tabla destacan las pastas (-2,3%), el marisco fresco y congelado (-1,6%), y, de nuevo, los aceites que no son de oliva (-1,3%). Además, la leche entera y desnatada, los cereales de desayuno y la fruta cae alrededor de un 1% y también lo hacen, aunque menos, el queso, las harinas, la carne de pollo y el arroz. Es importante recordar parte de estos alimentos están afectados por la bajada del IVA a los alimentos más básicos que aprobó el Gobierno a principios de año, por lo que rebotarán de precio de forma inevitable cuando la medida llegue a su fin.

Los precios de los alimentos se mantendrán altos

Según el Banco de España, la inflación de los alimentos bajará durante los próximos trimestres por la bajada de costes de la energía y los fertilizantes. Sin embargo, la tasa del próximo año superará a la de este ejercicio, fundamentalmente por la retirada de las rebajas de impuestos, que provocarán cierto repunte. Así, el Banco espera que contempla un IPC medio del 3,6% para este ejercicio y de un 4,3% para el próximo. De manera similar opina el FMI, que ha situado su proyección de inflación de este año en el 3,5% y la del próximo en el 3,9%.