En los últimos meses tanto pymes como autónomos han tenido que enfrentarse al teletrabajo. De esta forma, se ha podido continuar con la actividad, evitando más contagios. Y cumpliendo con las medidas sanitarias.

El problema llega en que, en muchas ocasiones, esto ha supuesto comenzar a trabajar con los ordenadores personales, en vez de los de las oficinas o empresas. O bien con equipos de la empresa, pero en el ámbito del hogar. Por ello ha podido haber una disminución de la ciberseguridad, lo que implica comprometer la privacidad o seguridad de la propia empresa o, incluso, de los clientes.

El antivirus, un buen aliado si se utiliza bien

En estos casos el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) recomienda instalar en los dispositivos tan solo aquellas herramientas que estén definidas en la política de software. De esta forma ahorramos la instalación de otras que pueden favorecer el ataque o sustracción de datos por parte de ciberdelincuentes. Asimismo, tener actualizados tanto los equipos como dichas herramientas será fundamental para que funcionen correctamente en todo momento.

Dicho de otro modo y sólo cuando sea posible, conviene separar el uso personal y profesional en diferentes equipos.

Aquellas herramientas que dan seguridad al equipo, como pueden ser los antivirus o cortafuegos, no deben ser desactivadas ni debemos detener su función en ningún momento. También evitaremos visitar páginas dudosas o en las que el antivirus advierta de peligro.

Respecto al equipo también será básico poner una contraseña para el acceso. De esta forma, siempre que no se le esté dando uso, no podrá ser utilizado por otra persona y protegeremos los datos e informaciones que tenemos en el mismo.

También será conveniente prestar especial atención al correo electrónico. Tanto en la función de autocompletado del destinatario, por ejemplo, como a la hora de abrir enlaces o archivos que provengan de direcciones desconocidas o sospechosas.

Debemos tener cuidado con la información que compartimos

Asimismo, el tratamiento que hagamos de la información y datos debe ser siempre seguro. Nunca se debe dejar información confidencial sin custodiar y deberá destruirse de forma segura cuando se haya impreso o la tengamos en formato físico. En caso de el almacenamiento se haga en soportes extraíbles, lo más conveniente es utilizar una clave para su cifrado.

Este cuidado con la información también deberá hacerse en las redes sociales. De esta forma, no debemos compartir ningún tipo de dato confidencial, ya que cualquier ciberdelincuente lo podría utilizar.