A apenas unas horas de la emisión del séptimo mensaje de Navidad de Felipe VI, posiblemente uno de los que más expectación ha generado de su corto reinado, fuentes conocedoras de su contenido aseguran a El Independiente que “va a gustar mucho”.

Grabado este martes tras haberlo remitido a Moncloa el pasado sábado después de un trabajo previo de contactos entre la vicepresidencia primera, Carmen Calvo, y el secretario de la Casa del Rey, Jaime Alfonsín, el monarca “apela a los ciudadanos a los que tiene que hablar” y en lo que afecta al “asunto”, esto es, a la situación de su padre, el Rey emérito, “va a gustar”, insisten los mismos medios.

Ojo, si alguien espera algún anuncio se quedará con las ganas. No los va a haber y, además, “el lenguaje político del Rey está perimetrado”, pero tampoco hará que leer entre líneas, destacan sin querer ir más allá respecto al que es el discurso más personal del jefe del Estado.

A quienes seguro que no va a gustar lo más mínimo es a los socios de gobierno de Pedro Sánchez, Unidas Podemos. Gerardo Pisarello exigía el pasado martes que Felipe VI condene las «irregularidades» atribuidas a su padre y reclame además investigar «hasta el final» sus actividades. También que renuncie “a cualquier trato privilegiado”. Que el jefe de Estado no va a cubrir esas expectativas de los morados es una crónica previsible.

“De lo que se hablará tras el discurso será del propio discurso”, no de República o Monarquía

A juicio de las mismas fuentes, sus coaligados “tratan de construir un posicionamiento que tiene recorrido a corto plazo” y replican que “de lo que se hablará tras el discurso será del propio discurso” y no de si el modelo de estado debe ser una monarquía parlamentaria o una república, tal y como ha augurado el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Muestran así su convencimiento de que el Rey cerrará ese debate de cara al conjunto de la ciudadanía.

Los morados “intentan conquistar nuevos caladeros” con su mensaje republicano, pero esos caladeros “no existen”. Se trata, a juicio de fuentes socialistas, “de una oferta sin demanda”, criterio basado en buena medida por los datos que arrojan los barómetros el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), donde, a respuesta espontánea, los encuestados nunca sitúan a la monarquía como un problema, ni siquiera entre los votantes de Unidas Podemos, que no llegan a un porcentaje del 1 por ciento.

La monarquía es una de las pocas discrepancias pactadas entre los socios de gobierno

Esta es una de las pocas discrepancias pactadas entre los socios de Gobierno. De ahí que Pedro Sánchez no haya descalificado nunca a los morados incluso cuando el ministro de Consumo, Alerto Garzón, llegó a acusar al Rey de “maniobrar” en contra del Gobierno a raíz de la polémica sobfe su ausencia en la entrega de despachos a los nuevos jueces, acto que se celebra en Barcelona. Fiel a su estrategia, Unidas Podemos ha vuelto a pedir una comisión de investigación sobre las andanzas financieras del ex jefe de Estado, que regularizó recientemente su situación ante Hacienda.

Además, Izquierda Unida y el PCE, junto al Foro de Abogados y Abogadas de Izquierda, han registrado ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo una ampliación de su querella inicial “sobre las actividades presuntamente delictivas protagonizadas por el anterior jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, ayudado por personas de su confianza, para que se incluya en la causa especial 21092/2018 que lleva el Alto Tribunal”, explicaba una nota de la coalición liderada por el ministro de Consumo, Alberto Garzón.

“De la lectura de la presente ampliación de querella -señalan PCE e IU en su escrito-, y puesta en correlación con la inicial querella presentada en diciembre de 2018, se desprende una larga continuidad temporal en la conducta de los querellados y, en particular, del ex jefe del Estado, conducta que aparece dilatada ya en el tiempo”.

La situación es similar a la de 2011, cuando su padre, en plena investigación del “caso Noos” que afectaba a su yerno, Iñaki Urdangarín, afirmó en su mensaje navideño de aquel año que  “la justicia es igual para todos”. Fue un todo revulsivo, pero esas palabras se pronunciaban al mismo tiempo en que el ex jefe del Estado había recibido, presuntamente, comisiones por la concesión de las obras del Ave a la Meca, amén de su participación en unas fundaciones de las que se ha desentendido la Casa Real.