Acumulaban 162 años educando niños. Más de siglo y medio enseñando, formando y labrando futuros. Sus aulas han visto evolucionar la Historia, avanzar la tecnología y transformar los modelos pedagógicos. También han vivido la decadencia de la escuela, al pasar de la docencia en clases abarrotadas de niños a las aulas desiertas, vacías, silenciosas. Las Hijas de la Cruz han anunciado esta semana que lo dejan, que la falta de matriculaciones, de niños y niñas, hace insostenible continuar. El colegio Presentación de María Egiluze, que esta orden religiosa tiene en el barrio de Solokoetxe de Bilbao no abrirá sus puertas el próximo curso. Su cierre es la fotografía que sintetiza la realidad demográfica por la que atraviesa la Euskadi actual, una sociedad cada vez más envejecida en la que los nacimientos descienden sin parar año tras año.

La paradoja es que la población vasca se mantiene estable, incluso con leves repuntes, en los 2,1 millones de habitantes. Pero lo hace en gran medida gracias a la inmigración, -que representa ya cerca del 11% de la población vasca- y que logra compensar la caída de nacimientos autóctonos. Pese a ello, hoy en los registros civiles del País Vasco se inscriben menos niños que nunca. El año pasado apenas 15.204. La cifra es un 30% inferior a la de hace sólo una década, -en 2010 nacieron casi 22.000 niños- y menos de la mitad de los cerca de 36.000 de 1973.

La demografía vasca hace tiempo que es un problema, social y económico. Se deja notar incluso en generaciones que ahora están en edad de incorporarse al ámbito laboral. Los empresarios vascos hace años que alertan del problema; cada vez es más complicado encontrar mano de obra para algunos puestos, cuando tiempo atrás abundaba en la Euskadi industrial.

Hace más de diez años que la curva desciende, que la caída de la natalidad no se frena. Lo hace a razón de entre un 5% y un 7% menos de alumbramientos por año. Y sería aún más acentuada si no llega a ser por las madres de origen extranjero. Más de una cuarta parte de los niños nacidos en el País Vasco lo son de madres no nacidas en el País Vasco. Hijos que en casi la mitad de los casos serán únicos, ya que sólo el 39% de los alumbramientos corresponde a segundos hijos y el 13% a terceros.

Menos niños, menos trabajadores

La década de crisis, la financiera en 2008 y la provocada ahora por el coronavirus, no han facilitado el repunte demográfico. Euskadi sigue siendo, junto con Italia, la región con menos embarazos de Europa, apenas 7,8 nacimientos por cada 1.000 habitantes. En España y en Europa se producen, de media, dos más que en Euskadi.

Menos niños supone no sólo unidades familiares más reducidas, sino también una menor actividad, menos trabajadores a futuro y menos cotizantes para sufragar las pensiones de una sociedad envejecida. Una población por encima de los 65 años que percibe además las pensiones más elevadas de España.

El Ejecutivo vasco ha puesto el foco esta semana sobre el impacto que esta situación tendrá en el sistema educativo. La previsión es que en la próxima década en número de alumnos que se matriculen en el ciclo de 0 a 3 años de Educación Infantil se reduzca en otro 20%.

Este lunes comienza en Euskadi el plazo de matriculaciones para el próximo curso 2021/22. Como en años anteriores, las campañas para captar alumnos por parte de los centros educativos ya han comenzado. En ella muchos se juegan algo más que un puñado de estudiantes. La situación ha hecho que cada alumno incorporado sea una pequeña victoria, en algunos casos hacia la supervivencia. La decisión de cerrar el centro educativo tomada por las Hijas de Jesús no ha sorprendido en algunos colegios que viven con angustia cada periodo de matriculación. La situación es especialmente preocupante en la red concertada, que en el caso de Euskadi representa la mitad del sistema educativo.

257 aulas menos

El número de alumnos condiciona la cantidad de aulas, el número de líneas educativas por curso y el importe del concierto con la consejería de Educación aprobará. En los últimos cinco años en el País Vasco se han cerrado 257 aulas de infantil. La caída en la matriculación en el primer ciclo educación infantil es evidente desde el curso 2015-16. Hoy son casi 6.500 niños menos y por tanto el número de grupos se resiente. La previsión es que la tendencia no pare.

La Consejería de Educación cree que en el periodo de matriculación que ahora se pone en marcha se inscribirán para el próximo curso casi 2.000 niños menos que este año y que así continuará durante los próximos años.

Los intentos por fomentar la natalidad no están dando resultado. El Gobierno vasco hace años que adopta medidas en el ámbito laboral y social. En el País Vasco el nacimiento de un hijo conlleva tener derecho a percibir, según el nivel de renta, ayudas de entre 400 y 900 euros al mes durante un año. En el caso de tener dos hijos la medida se prolonga hasta tres años y puede alcanzar los seis años de ayudas en los casos de un tercer hijo o más.

El Ejecutivo vasco coordina con ayuntamientos y diputaciones otro tipo de actuaciones que faciliten la carga económica que conlleva educar a un hijo. Entre ellas se contemplan desde rebajas fiscales hasta la equiparación de las bajas de maternidad y paternidad en 16 semanas. Con todas ellas, a lo largo de esta legislatura el Gobierno de Urkullu confía en poder remontar un 10% la tasa de nacimientos en Euskadi.