No es casualidad que Pablo Casado haya esperado a que pasase la tormenta de las elecciones autonómicas catalanas, en que el PP se jugaba el tipo frente a Vox por primera vez en unas urnas desde la ruptura manifiesta entre ambos partidos, para reactivar la negociación con el Gobierno para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), estancada durante meses por las condiciones que, a priori, eran inasumibles para el Partido Socialista. El pacto con el PSOE para la renovación de los órganos institucionales se entiende en las filas populares como un escollo necesario que la dirección ha intentado ubicar en el momento en que menor daño le puede infringir a la formación: justo ahora se abre un período de sequía electoral que se prolongará, si no hay sorpresas, hasta finales de 2022. Pero eso no quita que en el partido que dirige Pablo Casado exista cierto temor sobre cómo puede refozar el pacto del CGPJ a Vox, que se ha convertido en su rival directo después de conseguir el sorpasso a los populares en el Parlament.

Fuentes autorizadas del PP asumen que Vox utilizará el inminente acuerdo con el Gobierno -el principal partido de la oposición defiende que sólo ha abierto negociación con el PSOE, aunque ha existido una negociación paralela de Moncloa con Unidas Podemos- para seguir "captando voto" de su bolsa electoral, y cuentan con que ésto pueda tener su reflejo en las próximas encuestas electorales que se publiquen y que hasta el momento confirman este lento pero constante crecimiento de los de Santiago Abascal. Aunque todo dependerá, afirman, de cómo consiga "vender" el Partido Popular que se ha mantenido firme en su condición de negar la presencia en el órgano de gobierno de los jueces de miembros propuestos por Unidas Podemos.

"El problema que tiene Casado es que tiene muy difícil combinar un discurso muy crítico con el Gobierno y luego pactar con él. Y hasta ahora se ha explicado muy mal", comenta un dirigente del PP, que censura la estrategia comunicativa de la cúpula del partido a la hora de justificar este tipo de movimientos y lamenta que, en última instancia se esté alimentando involuntariamente el argumento de Vox de que Casado está "repartiéndose los jueces" con Sánchez y también con Iglesias.

Precisamente, una de las condiciones que el PP ha mantenido hasta el final es la de que Podemos quedaría fuera del acuerdo y, a tales efectos, transmitió al equipo negociador del PSOE un veto expreso de dos magistrados cercanos a la formación morada -Vicky Rosell y Ricardo de Prada-. No obstante, según publicó El Independiente, ambas partes habrían aceptado que el PSOE proponga dos vocales de perfil progresista del agrado de Unidas Podemos de modo que, en cierto modo, la formación morada puede reivindicar su presencia en el Poder Judicial una vez se conozca la lista definitiva de nombres, tirando por tierra la condición inicial de los populares.

En este "probable" escenario, afirman las fuentes consultadas, "se estaría regalando el argumento perfecto" a Vox, aunque defienden que se trata de una "jugada" que, aunque "no puede salir bien", sí pueden paliarse los daños en función de cómo se comunique el acuerdo para el desbloqueo del CGPJ que, con toda probabilidad, vendrá acompañado de un pacto "global" para la renovación del Consejo de RTVE, el Defensor del Pueblo y el Tribunal Constitucional. Fuentes de la dirección transmiten, por su parte que, en lugar de dar "lecciones" al PP, Vox "debería preocuparse" por dar explicaciones "veraces" sobre su intento de participar en la negociación de la renovación del Poder Judicial, al hilo de una información publicada este miércoles en El Mundo, que desde la formación de Santiago Abascal desmienten categóricamente.

Este miércoles, el líder de Vox, crecido tras cuadruplicar los escaños al PP en las elecciones catalanas, acusaba directamente al jefe de la oposición de ser "cómplice" de Sánchez y amagaba incluso con la posibilidad de plantear una segunda moción de censura para dar la "oportunidad" a Casado de "redimirse". "Todos los que negocien con ustedes y se repartan los jueces con ustedes son cómplices de arrebatar la libertad a los españoles", presionaba Abascal, alimentando la guerra ya indisimulada que mantiene con Casado y que se intensificará una vez se confirme el acuerdo para el CGPJ. "¡De verdad señor Casado, qué flaco favor se está haciendo usted!, ¡qué flaco favor le está haciendo a su partido y qué flaco favor le está haciendo a España diciendo que quiere pactar con Sánchez como si fuera algos distinto a pactar con Pablo Iglesias!", sentenciaba.