En las bambalinas del debate electoral celebrado en Telemadrid no se vio mucha sintonía personal entre Gabilondo e Iglesias y eso a pesar de que el líder morado le habló en un momento dado "desde el compañerismo y sabiendo que vamos a gobernar juntos". La cara de póquer de Gabilondo fue inenarrable, aunque aún así acabó su minuto de oro pidiendo el apoyo del líder morado para un Ejecutivo de izquierdas, no para formar parte de él, pero eso lo tuvo que matizar posteriormente ante lo confuso de una afirmación que rompe con la estrategia que había llevado hasta ahora.
Ese "Pablo, tenemos 12 días para ganar las elecciones" sonó como un aldabonazo que lo cambia todo, una autoenmienda que abre otra estrategia de campaña y dificulta las llamadas al voto a los descontentos de Ciudadanos, que también hizo Gabilondo.
Faltaba, sin embargo, uno de los candidatos en la sombra, Pedro Sánchez, que "contraprogramó" el debate con una rueda de prensa desde Andorra donde acude a la XXVII edición de la Cumbre Iberoamericana. Pero ya se ocupó de traerle a primer plano Gabilondo, cuando le reprochó a la presidenta autonómica que solo hablara en campaña del jefe del Ejecutivo y no de él, que es el candidato, grave error al asumir un papel subsidiario.
El debate a seis en Telemadrid fue lo más parecido a la reunión de una familia mal avenida en la que no se esperó ni a los aperitivos para comenzar con los reproches, aunque no faltaron los que quisieron actuar, al menos al principio, de cascos azules como Edmundo Bal, que llegó a Telemadrid a bordo de una Harley y con chupa de cuero. Lo hizo solo, como si fuera un preludio de una cita electoral a la que se presenta en la peor de las condiciones, pero en la Ciudad de la Imagen le esperaba César Zafra, portavoz de Ciudadanos en la Asamblea.
Los demás llegaron más acompañados, con sus asesores de campaña y lamentando, en el caso de Isabel Díaz Ayuso y Mónica García, que fueran vestidas iguales lo que generaba un extraño eco visual cuando la pantalla recogía sus intercambios dialécticos. Monasterio le robó el color morado a Iglesias. El único encorbatado, fue el candidato socialista, dándose un aire institucional por si resulta que , al final, suena la campana y es presidente de la Comunidad.
Sánchez "contraprogramó" el debate con una comparecencia desde Andorra
No conversaron mucho entre ellos cuando llegaron a Telemadrid. Díaz Ayuso prefirió permanecer junto a su responsable de campaña, Alfonso Serrano, y de comunicación, José Luis Carreras, y Gabilondo con Mónica Carazo, para asesorarle o vigilarle, no se sabe bien. Precisamente, Carazo parecía una de las candidatas, también de rojo y blanco cuando lo habitual es preguntar estas cosas antes de ir a una cita de este calado. A García le acompañó Pablo Gómez Perpinyà, con muletas por una lesión futbolística, e Iglesias con Isa Serra, la candidata a la que orilló para salvar a las siglas de su desaparición. Monasterio lo hizo junto a Santiago Riba.
Ya en ese momento el ambiente se veía tenso, a pesar de los saludos protocolarios, lo que fue un adelanto de la crispación que presidió la cita, y eso que la presencia de los dos moderadores, María Rey y Jon Ariztimuño, aliviaba el momento previo a un debate ágil que permitió las réplicas y los "cara a cara" de alta tensión.
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