España

Sánchez utiliza el castigo a Madrid como bandera política

La guerra de Moncloa con Madrid se librará ahora en tres frentes: la armonización fiscal, la descentralización administrativa de Madrid y las inversiones del Estado en la región

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso en Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso en Moncloa. EUROPA PRESS

Isabel Díaz Ayuso rentabilizó en las urnas la 'madrileñofobia' con la que azuzó al Gobierno central por su gestión "desleal" e "injusta" de la crisis del coronavirus con la Comunidad de Madrid. El choque con Moncloa se convirtió en la principal baza política de la dirigente del PP, pero ahora es Sánchez el que pretende utilizar la confrontación con Madrid como bandera política de cara al próximo ciclo electoral, consciente de que el 'castigo' a la Puerta del Sol cotiza al alza en otras comunidades autónomas donde los socialistas se jugarán el tipo en los próximos meses y de las que depende también su estabilidad gubernamental.

En las últimas semanas, Sánchez ha sacado todo el arsenal contra Ayuso aún a sabiendas de que es una estrategia que engrandece su figura dentro de Madrid pero que, al mismo tiempo, moviliza a su electorado en regiones como la Comunidad Valenciana y agrada a sus socios independentistas. Pero la guerra con Madrid se librará ahora en otros frentes: el jefe del Ejecutivo aprieta con iniciativas a las que Ayuso se resiste, como la armonización fiscal o la descentralización administrativa de Madrid.

El congreso federal del PSOE que este fin de semana se ha celebrado en Valencia no ha dado un respiro a la presidenta madrileña. Allí se ha debatido una ponencia marco impulsada por distintas federaciones socialistas a nivel territorial para equilibrar los impuestos entre las diferentes comunidades autónomas. Por si fuera poco, el cónclave presidido por Pedro Sánchez y el valenciano Ximo Puig ha votado este fin de semana un total de siete enmiendas demandadas por diferentes territorios para promover más pronto que tarde el traslado parcial o total de instituciones de la capital a otras provincias para que Madrid deje de actuar como 'aspiradora' de recursos públicos.

El de la armonización fiscal es un debate que viene de lejos. El pasado mes de noviembre, y a cambio del apoyo de los independentistas catalanes a las cuentas públicas de 2021, Gobierno y ERC acordaron ejecutar una reforma fiscal que incluyese una armonización de los impuestos de sucesiones, donaciones y patrimonio -de competencia autonómica- para eliminar agravios comparativos entre regiones, lo que en última instancia obligaría a la Comunidad de Madrid a subir la mayoría de sus tributos. El objetivo de tal condición, como expresó el propio Gabriel Rufián, era el de acabar con el "paraíso fiscal" de la región que preside Díaz Ayuso. "Seré la peor pesadilla de quien intente tocar el bolsillo a los madrileños", desafió ella.

Sánchez, que trabaja ya en su gran reforma fiscal para aumentar la recaudación de impuestos, no sólo no ha aparcado el debate, sino que ha escogido Valencia para avivarlo. Allí, junto a Ximo Puig, el PSOE debatirá una propuesta respaldada por enmiendas provenientes de Andalucía y Cataluña para acabar con el "dumping fiscal" de Madrid, y extenderlo incluso más allá de los tributos de sucesiones o donaciones. El presidente de la Comunidad Valenciana ha sido quien ha liderado las críticas contra Ayuso por esta cuestión, y llegó a proponer incluso la creación de un impuesto disfrazado de 'compensación' por el "efecto capitalidad" de Madrid.

Isabel Díaz Ayuso ha apostado por el modelo 'impuestos bajos' como una de sus principales bazas políticas y electorales y, además de contar con el tramo autonómico del IRPF más bajo de toda España -8,5%- , los impuestos de sucesiones y donaciones están prácticamente bonificados mientras que el de patrimonio es prácticamente inexistente. Con todo, la Comunidad de Madrid es la región que más dinero aporta al Gobierno central, con un montante de 64.273 millones de euros netos en lo que va de año, lo que implica más del doble de la recaudación de Cataluña para el Estado: 28.565 millones de euros. Los últimos datos disponibles y publicados por el Ministerio de Hacienda revelan que la recaudación de la Comunidad Valenciana no llega a los 9,9 millones de euros en lo que llevamos de 2021, prácticamente la misma cifra que aporta Andalucía (9,7 millones de euros). En País Vasco la recaudación se desploma hasta los 1.691 millones de euros, apenas el 6% del total que aporta la Comunidad de Madrid.

¿Sánchez 'roba' a Madrid?

La última gran afrenta por la que Isabel Díaz Ayuso ha puesto el grito en el cielo comenzó en cuanto se tuvo acceso al proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022 que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentó la pasada semana en el Congreso de los Diputados. Según se desprende del texto, la Comunidad de Madrid será una de las grandes perjudicadas respecto a su posición en la inversión del Estado, mientras que Cataluña se sitúa como la gran ganadora del reparto. Así, la Generalitat, con un PIB en torno al 19%, recibirá de las cuentas públicas una cantidad de 2.230 millones de euros, el 17,2% de los 13.000 millones regionalizados en el informe de presupuestos, lo que supone un incremento del 11,5% respecto a los fondos destinados a Cataluña en los Presupuestos del ejercicio anterior. Sólo la supera Andalucía, que obtendrá del Estado 2.267 millones de euros.

Madrid, por su parte, recibirá 1.151,46 millones de euros, casi la mitad de los millones que el Gobierno enviará a Cataluña, lo que implica un recorte del 7,9% de la inversión destinada a la Comunidad de Madrid respecto a las cuentas de 2021 cuando la región que preside Isabel Díaz Ayuso tiene un peso económico en el Estado superior al de Cataluña, situado en el 19,3%. Andalucía, con un 13,3% del PIB nacional, recibirá el 17,4% de la inversión presupuestaria. "Del 'España nos roba' de los independentistas hemos pasado a robar a Madrid", reaccionaba la presidenta madrileña.

En el Gobierno niegan que exista un trato desfavorable a Madrid. La ministra de Hacienda puso el foco en que la inversión que destinó el Gobierno de Rajoy a la región fue un 42% menor que la que ha asignado el Ejecutivo de Pedro Sánchez, además de mencionar que en el apartado de la inversión "no regionalizable" de los Presupuestos Generales del Estado, la de Madrid es la comunidad que más se beneficia con una inversión que aumenta un 18,6%. "No podemos mirar el proyecto de presupuestos desde el enfrentamiento entre territorios", aseveró María Jesús Montero.

Ofensiva de Sánchez para 'vaciar' Madrid

El choque entre Moncloa y Madrid ha llegado a su máxima cota de tensión en los últimos días a cuenta de la reapertura del debate de la descentralización de organismos públicos de la región que preside Isabel Díaz Ayuso, una iniciativa que, aunque no es nueva, ha generado un nuevo cruce de reproches entre administraciones. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abrió el melón de la descapitalización de Madrid la pasada semana, cuando adelantó que el Gobierno trabajaría en el proyecto de 'vaciamiento' de la capital para equilibrar el reparto territorial y combatir la despoblación rural. "España es mucho más que Madrid", zanjó.

Unos días después, el Ejecutivo suavizó el órdago contra la capital y prometió que, al menos en el corto plazo, la descentralización sólo afectaría a los organismos de nueva creación, aunque en Moncloa siguen sin cerrar la puerta a sacar organismos o sedes públicas del ámbito jurídico, político o empresarial para ubicarlo en otras provincias, un proceso que ya dio más de un dolor de cabeza a José Luis Rodríguez Zapatero cuando intentó llevar de Madrid a Barcelona la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT). Ayuso ya ha anunciado mociones en todos los ayuntamientos de la capital para evitar el 'vaciamiento' que propone Sánchez y advierte de las consecuencias que un movimiento de estas características podría tener para los más de 150.000 funcionarios del Estado que residen en la capital. Entre Sánchez y Ayuso la posición es de guerra total y no parece que ninguno esté dispuesto a deponer las armas en un frente del que, por otra parte, ambos consiguen su rédito particular.

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