Da igual de lo que se hable, Presupuestos, renovación del CGPJ, suministro de armas a Ucrania o ley de vivienda que Podemos marcará distancias en el seno del Ejecutivo. Lo mismo afirmará haberse sentido engañado por las partidas presupuestarias para Defensa que se descolgará pidiendo un hueco en la mesa negociadora del Consejo, por poner los ejemplos más recientes. La progresiva escalada comienza a preocupar al PSOE y al entorno de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cada día más convencidos unos y otros de que el “núcleo duro” de los morados están sentando las bases para acabar “rompiendo la coalición” a medio plazo.

No es todo Podemos, aducen, sino el “núcleo duro” formado, principalmente, por Pablo Iglesias, Irene Montero y Pablo Echenique. Ione Belarra también, pero creen que tiene “otro talante”, algo más conciliador. El ex secretario general morado y ex vicepresidente del Gobierno, por mucho que diga ubicarse ya fuera de la política, “hace más política que nunca a través de un ruido constante en las terminales mediáticas a su alcance”, se quejan en el entorno de Díaz. “Marca las consignas de Podemos”, coinciden fuentes socialistas.

Iglesias diseña, junto a Montero y Echenique, una estrategia destinada a “diferenciarse” como proyecto propio, con el añadido de una táctica de enfrentamiento mediático que no pone las cosas fáciles a Díaz, acaso porque “creen que no tienen hueco en su proyecto futuro”. Así, mientras Pedro Sánchez admite que le gustaría culminar la legislatura de la mano de su vicepresidenta segunda, -tal y como confesó a los periodistas en una conversación en Balcanes a finales de julio-, existen dudas de que los morados estén dispuestos a llegar hasta ahí coaligados con el PSOE.

Por su parte, Podemos se ha venido quejando de los “desplantes” de Díaz, a quien le cuesta convocar al espacio confederal para consensuar mensajes y estrategias sin dejar de menospreciar el papel de las formaciones políticas en su proyecto de futuro.

Podemos se queja de los desplantes de Díaz y la falta de diálogo interno

El pasado lunes fue una excepción. Citó a la ministra de igualdad, Irene Montero, -Ione Belarra, en avanzado estado de gestación, guarda reposo estos días-, al titular de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón; al también portavoz del Grupo Confederal de la cuota catalana, Jaume Asens, y al líder del PCE, diputado e interlocutor de Félix Bolaños, Enrique Santiago, para darles cuenta de la reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.

Horas antes, el coportavoz de Podemos, Pablo Fernández, había exigido en rueda de prensa sentarse junto al PSOE en la negociación para renovar el CGPJ. Fue algo inopinado pues UP nunca ha estado en esa mesa aunque estaba puntalmente informada a través de Enrique Santiago Además, Félix Bolaños, en representación de “todo el Gobierno” había ofrecido nombres a propuesta de los morados como el de Victoria Rosell y de José Ricardo de Prada para vocales del Consejo.

Tras ese encuentro, “Echenique rectificó al día siguiente”, subrayan en vicepresidencia segunda, aprovechando una entrevista en “La hora de la 1” de TVE. “Hay conversaciones permanentes al máximo nivel. Somos parte del Gobierno de España y por supuesto que participamos”. Parecía una bomba de relojería desactivada, aunque solo aparentemente, porque apenas tres días después, volvió a defender ante el Pleno del Congreso cambiar las mayorías parlamentarias para sacar al PP de la ecuación y renovar el CGPJ con la mayoría de la investidura, esto es, con los votos de ERC y Bildu, entre otros.

Desde IU acusan a Echenique de actuar "solo como portavoz de Podemos"

Aquí hay otro punto de fricción que enfrenta a Podemos no sólo con Díaz sino también con Izquierda Unida. No faltan las quejas en el sentido de que “Echenique ejerce muchas veces de portavoz solo de Podemos y no de la coalición”, acusan en el entorno de Garzón en conversación con El Independiente. Lo cierto es que en el Grupo Parlamentario hay dos voces, la de Echenique y la de Asens, y no siempre tocan la misma partitura.

Y es que las relaciones de Podemos con IU y con los Comunes están muy deterioradas. La decisión de Irene Montero de prescindir de su directora de gabinete, Amanda Meyer, dirigente de IU, y la más reciente, de Ione Belarra de echar a Enrique Santiago de la secretaría de Estado de la Agenda 2030, para sustituirle por Lilith Verstringe, ha sido recibida como una declaración de guerra.

Al tiempo, el ministro de Consumo ha pasado del "pacto del botellín" a alinearse con Díaz. Y es que Andalucía marcó un antes y un después. “La coalición pasa por uno de sus peores momentos”, admiten fuentes moradas, pero también que tienen una “apuesta inequívoca por Yolanda Díaz”, aunque eso está por ver o, al menos, no se comparece con la brecha abierta en la coalición, que no hace más que ahondarse.

Que Yolanda Díaz convoque actos públicos sin Podemos ya no es noticia. Tampoco lo es que Podemos deje de contar con la vicepresidenta primera en sus actividades. De hecho, vuelve a celebrar este mes de noviembre -los días 4, 5 y 6- su universidad de otoño sin presencia de la vicepresidenta segunda ni de Izquierda Unida, a falta de terminar de cerrar la agenda. Con la intervención estelar de Iglesias, la idea es convertir la cita en una lanzadera de las elecciones municipales y autonómicas y en bastantes territorios, como Andalucía, son improbables listas de coalición con la formación de Garzón.

La universidad de otoño de Podemos no cuenta con Díaz ni con Podemos

Podemos ha reivindicado en todo momento su papel determinante en el seno de la coalición gubernamental con la autoría intelectual de propuestas como los impuestos a los ricos o la ley de vivienda, y el Gobierno es, sin duda, un trampolín mediático desde el que proyectarse, pero el sector mayoritario del Ejecutivo y el entorno de Díez temen que en su afán de diferenciarse, "rompan amarras para marcar perfil propio", y para ello se están preparando, al menos mentalmente.