Las palabras del presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, acusando a su partido de transitar por el extrarradio de la Constitución a cuenta de la ley de Amnistía, ha recibido el apoyo del PP, empezando por el de Alberto Núñez Feijóo. "Creo que a los presidentes autonómicos de un partido no se les debe humillar y mucho menos a uno que es el único que ha ganado por mayoría unas elecciones en el PSOE", dijo el líder del primer partido de la oposición tras acudir a un almuerzo informativo con el presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán.

De hecho, la práctica totalidad de los dirigentes populares que fueron interrogados sobre la crisis abierta por García-Page salieron a defenderle, en la medida en que dicha posición desgasta al Gobierno y al PSOE, pero tampoco faltan en las filas populares los que recuerdan que, a fin de cuentas, el barón socialista, "tiene en su mano parar con sus votos en el Congreso la ley de Amnistía".

Aluden a que cuatro de los ocho diputados nacionales que tienen los socialistas de Castilla-La Mancha en el Congreso, "son de la máxima confianza de Page". Citan, en concreto, a Sergio Gutiérrez, parlamentario por Toledo y número dos de Page en la dirección regional del partido; a los ex alcaldes de Guadalajara y de Albacete, Alberto Rojo y Emilio Sáez, respetivamente, y al número uno por Cuenca, Luis Carlos Sahuquillo.

Cuatro diputados de Castilla-La Mancha son de adhesión a Page, dicen en el PP

Aducen en el PP que no les vale el reiterado argumento de fidelidad y adhesión de los diputados a las direcciones nacionales o federales de cada partido porque son, a fin de cuentas, las que aprueban las listas al Congreso. De hecho, recuerdan cómo Page le dobló el pulso a Ferraz al imponer a Gutiérrez como cabeza de lista por Toledo y no a la candidata de Pedro Sánchez, Milagros Tolón, que acabó yendo de número dos.

En definitiva, si García-Page "hace honor a sus críticas sobre la ley de Amnistía, podría pedir a esos cuatro diputados, por coherencia, que rompan la disciplina de voto y rechacen la proposición de ley" el martes de la próxima semana, cuando pase su último trámite en el Congreso antes de ir al Senado. El día 30 se debatirán y votarán las enmiendas parciales que han quedado vivas, entre ellas, once de Junts, formación que aún insiste en que hay margen para dar una vuelta de tuerca más al texto, así como las del PP, todas de carácter derogatorio. Posteriormente se votará el conjunto del texto.

Todo el bloque de la investidura, -con la única excepción de Coalición Canaria, que esta vez vota "no"- suma 178 escaños frente a los 172 de PP, Vox, UPN y los canarios. Si pasasen cuatro votos del "sí" al "no" las cuentas serían muy distintas, esto es, 174 a favor y 176 en contra. La proposición del Grupo Socialista sería rechazada y el eje sobre el que se sostiene la legislatura saltaría por los aires al incumplirse la primera condición de Junts para hacer posible la investidura de Pedro Sánchez. También podrían abstenerse. No evitarían que la ley saliera adelante, pero sí mostrar su disconformidad con la misma.

Voto en conciencia para asuntos relevantes

El reglamento interno del Grupo Socialista, aducen en el PP, "reconoce en su artículo 33 el voto en conciencia para asuntos relevantes", de manera excepcional, y recuerdan que la ex vicepresidenta primera del Gobierno Carmen Calvo "rompió la disciplina de voto en la ley trans", lo que le supuso una multa de 600 euros por abstenerse en lugar de respaldarla. De hecho, a ese voto en conciencia apelaron los diputados socialistas que se negaron a facilitar la investidura de Mariano Rajoy en 2016. Explicaron que su papeleta fue "representativa del pluralismo de opiniones" en el PSOE y no hizo daño al partido, cosa que sí ocurriría ahora de echar abajo la ley de Amnistía.

Page "está generando unas expectativas tremendas", acusan en el PP, donde no hay unanimidad, sin embargo, respecto a si el último enfrentamiento del barón socialista con su partido no es más que "un simple aumento de decibelios" en su habitual estrategia de confrontar con Madrid o "una frontera que, hasta ayer no había traspasado".

Sí hay coincidencia en subrayar, como lo más novedoso, la reacción airada y pública de Ferraz y del Gobierno a través de mensajes de Twitter de Santos Cerdán, José Luis Ábalos u Óscar Puente y también de la vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero. Una reacción que llevó a Page a rectificar. "Comparto el 90 por ciento de las políticas del Gobierno", dijo ayer para agregar, como en un salmo, que "no puedo temer nada de mi partido", respecto a si podía estar tentada Ferraz a tomar algún tipo de medida disciplinaria.

Represalias para Castilla-La Mancha

Desde el PP castellano-manchego apostillan, por su parte, que la actuación de Page "puede acabar perjudicando a Castilla-La Mancha" en cuestiones como la futura negociación de la financiación autonómica. Arguyen que, "o vas con todo y paras la amnistía, o te callas para proteger los intereses de tu tierra, pero no hará ninguna de las dos cosas", lamentan para pasar a reprocharle que en el cruce de acusaciones protagonizado por la familia socialista "no se ofrece nada a los castellano-manchegos".