El PSOE continúa en estado de shock. Nadie oculta que la operación Delorme, destapada este miércoles, solo tres días después del desastre de las elecciones gallegas, es un caso que puede agravarse, que "pinta feo", muy turbio, porque se trata de una presunta trama de cobro de comisiones ilegales por la compra de mascarillas en lo peor de la pandemia del covid-19. Porque a quien los investigadores sitúan en el vértice de esa organización es Koldo García Izaguirre, mano derecha de José Luis Ábalos en sus tiempos de secretario de Organización del partido y ministro de Transportes. Porque las pesquisas están todavía en una fase inicial. Pero, al tiempo, el partido intenta mantener la calma y cree que no ha llegado el momento de exigir a Ábalos que entregue su acta de diputado en el Congreso. Entiende que actuaría de manera injusta con él, dado que no pesa en su contra ninguna incriminación. Ni tan siquiera ha sido citado a declarar como testigo. La oposición, en cambio, cree que tiene que dejar su escaño e incluso mira a Pedro Sánchez para que dé explicaciones.

El enfado, la irritación, la preocupación se dejaban sentir en las últimas horas en el partido. "Te cabreas como una mona", reconocían en la cúpula federal. No es una situación "agradable" porque "es una inmoralidad", proseguían, ya que lo que se investiga es el supuesto cobro de mordidas por la adquisición de material sanitario cuando en España morían decenas de personas a diario por coronavirus. Ya decía la víspera el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que más allá del recorrido judicial del caso Koldo, el enriquecimiento ilícito por operaciones oscuras en los peores momentos de la pandemia merecían su "reprobación" total y el "absoluto reproche" por parte de su Ejecutivo.

El juez deja en libertad a García y a su socio, pero les prohíbe salir de España, les retira el pasaporte y les obliga a comparecer cada 15 días

Este jueves, el superasesor de Ábalos, el que en sus años dorados fue su absoluta sombra, el que le acompañaba mañana, tarde y noche allá donde fuera, pasó a disposición de la Audiencia Nacional. El juez Ismael Moreno le dejó en libertad a él y a su socio, Víctor Aldama —el presidente del Zamora CF—, pero les prohibió salir de España y les retiró el pasaporte. Ambos tendrán que presentarse ante el juzgado cada 15 días. Al empresario vasco Iñigo Rotaeche el magistrado le impuso la prohibición de salir del país y le quitó el pasaporte y para el cuarto de los arrestados que desfilaba ante él, a Joseba García, hermano de Koldo, no acordó ninguna medida cautelar. La Fiscalía no había pedido prisión provisional para ninguno de ellos, por lo que el juez tampoco podía decretarla.

Koldo García se negó a declarar y, por el momento, no ha habido más detenidos —fueron 20 los arrestados y 26 los registros practicados el miércoles—. Nada apunta hacia Ábalos. Y en el núcleo duro del presidente en Ferraz y en el Gobierno confían en que eso siga siendo así, que la investigación no alcance al exministro de Transportes y ex número tres del partido. Fuentes muy cercanas a Sánchez insistían este jueves en que el Gobierno prestará la "máxima colaboración" y su voluntad es que la Justicia actúe e investigue y "se llegue hasta el final", porque "los primeros interesados" en que se aclare todo son los socialistas.

La dirección de Sánchez no ha pedido explicaciones a Ábalos, como ya informaba este diario ayer. Y por el momento, subrayaban este jueves las mismas fuentes de primer nivel, no se le pedirá que deje su escaño de diputado. No consideran en la cúpula oportuno requerirle su acta por el hecho de que una persona de su entorno esté investigada. "Cuando haya que tomar decisiones, se tomarán", señalan.

"Filtraciones o conjeturas"

En Ferraz recordaban que el propio exministro ha estado haciendo declaraciones ante los medios en los últimos dos días. Ayer mismo, recalcaba a los periodistas que el sumario es secreto y lo que se conoce hasta el momento son "filtraciones o conjeturas".

"Vamos a dejar que trabaje la Justicia —indicó en los pasillos del Congreso el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, sucesor de Ábalos en el cargo orgánico—. Estamos sorprendidos por la noticia, pero vamos a ver qué es lo que hay de verdad. Una cosa bien clara es que la corrupción no la aceptamos. Vinimos a este Gobierno de España quitando un Gobierno corrupto, este Gobierno y este PSOE son un Gobierno y un PSOE limpios. Si hubiéramos descubierto algo, habríamos llamado a la Justicia".

Si Ábalos dejara su acta ahora sería aceptar su responsabilidad, sería como inculparse", señala una integrante del Consejo de Ministros

Cerdán admitió que conocía a Koldo García porque vivía en su tierra, en Navarra, y porque era militante del partido. El exasesor de Ábalos fue portero de discoteca, escolta de dirigentes políticos —entre ellos, el histórico Nicolás Redondo—, y concejal socialista en Huarte antes de embarcarse en las primarias de 2017, las que ganó Sánchez a Susana Díaz. Tras la victoria del hoy presidente, García se quedó en Ferraz como mano derecha de Ábalos, y se marchó con él al ministerio cuando fue designado titular de Fomento (luego Transportes). El ministro le nombró después consejero de Renfe Mercancías. El exasistente no tiene carné del PSOE, pero su mujer, Patricia Úriz, que formó parte de la ejecutiva del partido en Navarra entre 2014 y 2017, sí ha sido suspendida de militancia. Ella forma parte de la veintena de personas detenidas el miércoles, aunque fue puesta en libertad poco después de su arresto.

Distintos diputados y cargos socialistas entienden, como la dirección, que es pronto para reclamar el acta a Ábalos, destituido por Sánchez al frente de Transportes y del aparato socialista en julio de 2021. "No te puedes responsabilizar de lo que hace un subordinado tuyo a tus espaldas", apuntaba una excompañera de Gabinete, que no cree que se puedan exigir medidas en una fase tan temprana y que recuerda que la posición del partido es muy clara.

En el Gobierno, la inquietud también existe. "No parece que penalmente pueda afectar a Ábalos con lo que se sabe hasta ahora, pero políticamente es tremendo. Si él dejara su acta ahora sería aceptar su responsabilidad, sería como inculparse", señala una integrante del Consejo de Ministros.

Muestras de repulsa

Públicamente, Ejecutivo y partido prometen mano dura. "Si tiene que caer la ley sobre quien tenga que caer, que caiga", apuntó el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, trasladó su "profundo rechazo" y la "vergüenza" que le produce que "personas en los momentos más difíciles de la pandemia pudieran hacer negocio con este tipo de cuestiones". E insistió en que el Gabinete de Sánchez colaborará "siempre con la Justicia" y será "absolutamente contundente" para que se esclarezca "absolutamente todo". También la titular de Defensa, Margarita Robles, expresó la repulsa del Gabinete por lo ocurrido, su rechazo y condena "más absolutos".

Hay dirigentes que entienden que el fuego puede alcanzar a Ábalos y que ven difícil que no supiera nada

En el partido creen que la detención de García, que Ábalos esté en el punto de mira, no hace más que dar la puntilla a una semana terrible para ellos, que arrancó con la catástrofe de las elecciones gallegas del domingo. En el PSOE, el exministro es una figura reconocida y querida, por su "cintura" a la hora de tratar con los territorios cuando fue secretario de Organización. Él repitió como diputado en esta legislatura porque Ferraz quiso incluirle en las listas y el PSPV de Ximo Puig no puso objeciones, ya que a fin de cuentas se cumplía la tradición de que el responsable del aparato pudiera ocupar el puesto que él quisiera, como retribución por un puesto siempre muy complicado en el partido.

No obstante, hay dirigentes que entienden que el fuego puedo alcanzar a Ábalos. "No me creo que no supiera nada de alguien que era un colaborador muy estrecho, con independencia de que haya o no delito —apunta un cargo valenciano que conoce bien al exministro—. Esto es verdad que es muy impactante y claro que te devuelve al 10 de julio de 2021".

Críticas del PP y también de Sumar

Y es que el cese de Ábalos nunca llegó a estar despejado. Nunca se explicó, aunque en las últimas horas fuentes muy próximas al presidente recalcaban que simplemente buscaba un revulsivo para un Ejecutivo que había sufrido el desgaste de la gestión de la pandemia. "Koldo no ha sido obviamente un pilar fundamental del PSOE. Pero Ábalos sí", resume esta misma fuente, advirtiendo de la gravedad que alcanzaría el caso si el juez señalara al exministro. Por eso algunos cargos creen que Ábalos "debe asumir responsabilidades ya para frenar el contagio, aunque él mismo no supiera qué ocurrió".

No cabe que permanezca ni un minuto más como representante de todos los españoles", señala Gamarra. Errejón pide explicaciones al PSOE

El PP, sin embargo, ha visto la oportunidad para cargar contra el Gobierno y contra Sánchez, para atacarle en un flanco en el que los socialistas se sentían fuertes, la lucha contra la corrupción. "No cabe que permanezca ni un minuto más como representante de todos los españoles", sostuvo la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, quien aseguró que el caso alcanza a Sánchez, porque presume que conocía la trama cuando destituyó a Ábalos. De hecho, el líder de la formación, Alberto Núñez Feijóo, se dirigió al jefe del Ejecutivo pidiéndole explicaciones. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, criticó a los socialistas por ir por la vida "con una pretendida superioridad moral", cuando lo que tienen es una "inmensa inferioridad ética".

Las críticas también llegaron de los aliados del PSOE. Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Ejecutivo y líder de Sumar, advirtió de que el caso es "gravísimo" y "doloroso" por lo que supone el lucro cuando se estaba muriendo gente. El portavoz de Sumar en el Congreso, Íñigo Errejón, sí fue más rotundo al exigir a los socialistas que den "todas las explicaciones" por el presunto cobro de mordidas, algo que es "infame, lo haga quien lo haga".

El PSOE sigue consternado el caso Koldo. Aún queda mucha investigación por delante, y sus derroteros son impredecibles. Ábalos puede no salir afectado, o tal vez el incendio le acabe llegando.