Tres días después del batacazo de las elecciones gallegas, el PSOE tuvo que afrontar otra jornada de sobresalto y de inquietud. Koldo García Izaguirre, exasesor de José Luis Ábalos, exministro de Transportes y exsecretario de Organización del partido, era detenido por la Guardia Civil en el marco de la operación Delorme, por el presunto cobro de comisiones por la compra de mascarillas en plena pandemia del covid-19. Y con él eran arrestadas otras 19 personas. Entre ellas, su hermano, Joseba, y su mujer, Patricia Úriz, que fue puesta después en libertad tras pasar por las dependencias del instituto armado. Ella también trabajó en Transportes como ayudante de secretaria. La ex mano derecha de Ábalos es uno de los detenidos que pasa este jueves a disposición de la Audiencia Nacional.

Mientras continúan las diligencias judiciales, aflora lógicamente otra vertiente importante: la derivada política. En qué medida el caso Koldo puede lastrar al PSOE y agujerear su discurso contra la corrupción. Y si las pesquisas pueden acabar apuntando al propio Ábalos, hoy diputado en el Congreso, lo que agrandaría la dimensión de la causa, dado que el exministro fue uno de los hombres de confianza del presidente del Gobierno. Este no es un tema menor: esta supuesta red de comisiones ilegales a cambio de contratos, en cuya cúspide la investigación sitúa a García, puede convertirse en el primer caso de corrupción del Ejecutivo de Pedro Sánchez en sus más de cinco años y medio en la Moncloa. La trama pudo llegar a generar 10 millones en mordidas.

Pinta feo", "pinta mal", señalan altos cargos del partido y del Gobierno. "Que la Justicia actúe y que si es culpable lo pague", advierten en Ferraz, que precisa que García ya no es afiliado

En el partido se palpa cierta inquietud por lo ocurrido. "Pinta feo", "pinta mal", señalan altos cargos del partido y también miembros del Gobierno, que reconocen que no tienen más información que la publicada por los medios. En Ferraz insisten en que no tienen nada que ver con García, que este ni siquiera es ya militante. "Que la Justicia actúe y que si es culpable lo pague", advertían ya desde el primer momento en la cúpula federal. En el corazón del poder socialista esperan, y así lo indicaban fuentes de primer nivel a este diario, que la investigación no acabe salpicando al propio Ábalos.

El propio Sánchez extendió un cortafuegos desde Rabat, adonde viajó este miércoles para entrevistarse con el rey de Marruecos, Mohamed VI. Recordó que, desde que llegó a la Moncloa, en 2018, su Gobierno "siempre ha colaborado con la Justicia" y ha actuado con "máxima transparencia". Y automáticamente tomó distancia de García: "Más allá de cuál sea el recorrido judicial que tenga este caso, desde luego cualquier intento de enriquecimiento a través del cobro de comisiones de una tragedia como fue la pandemia, y que hemos visto en otras instancias y autonomías, cuenta con toda mi reprobación y el absoluto reproche por parte del Gobierno de España".

El presidente respondió con un "rotundamente no", "por supuesto que no", cuando se le inquirió si tenía información de la trama del exasesor de Ábalos y si esa fue la razón por la que le destituyó en julio de 2021. La pregunta era pertinente porque nunca se aclaró por qué cesó de manera fulminante a uno de sus hombres de confianza en aquel verano, por qué decidió apartar abruptamente a Ábalos del círculo de poder, una defenestración que pilló por sorpresa al partido. El PP también pidió este miércoles explicaciones al jefe del Ejecutivo. Sánchez lo llamó "maledicencias".

La contrarréplica de Ayuso

"Me llama la atención —siguió— que sean tan celosos cuando quiero recordar que el señor Feijóo se aupó a la presidencia del PP después de una denuncia de Pablo Casado sobre un caso de corrupción de la presidenta de la Comunidad de Madrid, de su hermano, que no ha sido ni investigado ni recriminado por la actual dirección del PP. Si queremos ser creíbles todos en la ejemplaridad y en la lucha contra la corrupción, tenemos que ser igual de celosos en cualquiera de los ámbitos y cualquiera de los casos". Después, a través de X, le respondió la aludida, Isabel Díaz Ayuso, para remarcar que todas las causas que se abrieron para investigar el cobro de comisiones de su hermano fueron archivadas. Y acabó su mensaje con su "me gusta la fruta". Su insulto de "hijo de puta" disfrazado.

El exministro reconoce en un programa de televisión que su exasistente, con el que habló hace 15 días, "procuró varias empresas" al ministerio para la compra de mascarillas

El presidente reconoció a los periodistas que viajaban con él que estaba "sorprendido" por el caso Koldo. También "estupefacto" se declaró el propio Ábalos, y "muy decepcionado" con quien había sido su sombra durante años. El exministro insistió en que no conocía ese supuesto cobro de comisiones y se desvinculó rápidamente. "Todo se hizo bien, a través de los mecanismos legales, algo que siempre ocurre. Se hicieron las contrataciones por entidades autónomas y además fueron revisadas por el Tribunal de Cuentas", aseguró a la prensa, añadiendo que se sentía tranquilo. Dijo que no le importaría dar explicaciones, como le requiere el PP, pero apostilló que no tiene más información que la había leído en los medios. Y respondió que "obviamente" este caso no explica su destitución en 2021. "Me parece increíble", señaló, antes de afirmar que su exasesor tenía una vida "muy normalita". Con él había "ido perdiendo con el tiempo la relación".

Más tarde, Ábalos, en Todo es mentira (Cuatro), el espacio en el que colabora, aclaró que su última conversación con García fue hace aproximadamente dos semanas, y fue de manera telefónica. Lo definió como un "asistente personal" que "siempre" le demostró "fidelidad" y que por eso confiaba en él. En el programa sí admitió la participación de su asesor en la compra de mascarillas, "procurando varias empresas", pero insistió en que las cosas se hicieron conforme a la legalidad, porque este era un aspecto en el que él mismo, como responsable de Transportes, se "preocupó mucho". Pero hubo partes que él "no contempló en el manejo". "No lo sé, yo voy a creer en la Justicia, que se investigue todo lo que se tenga que investigar", remachó.

García había sido concejal socialista de Huarte entre 2011 y 2015, y su mujer formó parte de la ejecutiva del PSN de Chivite entre 2014 y 2017. García ayudó en las primarias de 2017 y se convirtió en la sombra de Ábalos

Cuando la noticia estalló, en el partido —y fuera de él— no extrañó del todo. Siempre se vio a García como una persona no muy de fiar, cuyo ascenso meteórico, a cobijo de Ábalos, no se acababa de entender. Ni de explicar.

Koldo García Izaguirre había sido guardaespaldas de dirigentes políticos —entre ellos, el histórico Nicolás Redondo—, portero de discoteca, había sido condenado a dos años, cuatro meses y un día de prisión por un delito de lesiones, por el que fue indultado por el Gobierno de José María Aznar. En 2011 fue elegido como concejal socialista en la localidad navarra de Huarte. En aquel mandato conoció al hoy jefe del Ejecutivo. Fue en 2014. El propio Sánchez, en sus primeras primarias, las que ganó a Eduardo Madina aupado por los aparatos, escribía en su página de Facebook que García era "un inagotable aizkolari contra las injusticias, un ejemplo para la militancia" por su combate a los desahucios y su apuesta por la reindustrialización. La mujer de García, Patricia Úriz, ingresó en la primera ejecutiva de María Chivite —desde 2019 presidenta de Navarra—, de 2014 a 2017, como vocal de Bienestar Social. Una dirección en la que Santos Cerdán era el secretario de Organización del PSN.

En las primarias de 2017, Sánchez había perdido el apoyo de los aparatos regionales. Cerdán siempre apostó por él. También Ábalos, entonces secretario provincial del PSPV-PSOE en Valencia. El dirigente navarro se encargó de la recogida de avales, una parcela que resultó ser clave en aquella guerra contra Susana Díaz. El equipo de Sánchez rebajó expectativas para dar la sorpresa en el minuto final y presentarse en Ferraz con 57.000 firmas, casi tantas como la favorita, la entonces presidenta de la Junta de Andalucía. García durmió en la sede provisional que se buscó el candidato, en la madrileña calle del Marqués de Riscal, para "custodiar los avales", tal y como recuerdan dirigentes que ayudaron al hoy presidente en aquella pelea interna. Cuando Sánchez venció en las primarias, nombró a Ábalos secretario de Organización y a Cerdán, como su adjunto. García se quedó en el aparato.

Suspensión de militancia para la mujer

Un año más tarde, el secretario general ganó la moción de censura a Mariano Rajoy y designó al número tres como titular de Fomento —luego de Transportes—, cargo en el que permanecería hasta la remodelación de julio de 2021. García continuó con él en el Ejecutivo, como asesor en el ministerio y como consejero de Renfe Mercancías. No se separaba jamás de su jefe. Allá donde estuviera el exministro, estaba él. Como su sombra. Siempre. Mañana, tarde y noche. A su vera.

Hasta ahora, el único enriquecimiento conocido por las mascarillas es el del hermano de Ayuso y ahí está riéndose de todos. Veremos qué hay en este caso", apuntan en el cuartel general del PSOE

Tras conocerse que el exasesor de Ábalos había sido detenido, Ferraz y el PSN confirmaron que ya no era militante socialista, pero no precisaron desde cuándo, con el argumento de que lo prohíbe la Ley de Protección de Datos. Úriz sí que seguía como afiliada, así que la federación navarra le abre este jueves expediente cautelar y lo remitirá a Madrid, para que Ferraz ejecute la suspensión de militancia.

En la dirección federal prometen actuar con toda contundencia. Y es que el discurso duro contra la corrupción, la proclama de que lidera un "Gobierno limpio", a diferencia de lo que ocurría con el PP de Rajoy, ha sido una bandera constante de Sánchez. La cúpula lleva a gala que actuó rápidamente en el caso Mediador, hace justo un año —expulsó al diputado Juan Bernardo Fuentes Curbelo, conocido como Tito Berni, presunto cabecilla de una trama corrupta—, y lo hará con cada nuevo escándalo que estalle. En Ferraz dicen no disponer más información de la publicada e insisten en que creen que no acabará siendo implicado el propio Ábalos. También aseguran lo mismo en el Ejecutivo: "Esperemos que no llegue". Certezas, lógicamente, no hay.

"Estamos deseando que se levante el secreto de sumario. Hasta ahora, el único enriquecimiento conocido por las mascarillas es el del hermano de Ayuso y ahí está riéndose de todos. Veremos qué hay en este caso", apuntan desde el corazón de la sede federal. Por el momento, el exministro de Transportes no ha sido llamado para dar explicaciones, según confirman en el aparato.

Nadie está inmunizado contra la corrupción. Lo que marca la diferencia es cómo se actúa cuando se descubre", asegura un ministro

Desde Transportes, subrayan la "máxima colaboración con la Justicia para esclarecer los hechos". "La corrupción es incompatible con este Gobierno. Tolerancia cero". En el Gobierno, remarcan que el caso Koldo no tiene por qué poner en duda el discurso duro de los socialistas contra la corrupción. "Nadie está inmunizado contra la corrupción. Lo que marca la diferencia es cómo se actúa cuando se descubre", asegura un ministro. Es decir, que si el caso se agranda, la línea de defensa está clara: el PSOE no responderá como entiende que ha hecho el PP. Y la comparación inevitable, la que ayer recuperó el propio presidente, es la de Ayuso.