El respaldo público de entidades constitucionalistas de la sociedad civil en Cataluña a Alejandro Fernández en este inicio de semana, deja poco límite de movimiento a Génova y a Alberto Núñez Feijóo, quien preferiría otro cabeza de cartel para las elecciones autonómicas. Alguien más acorde a su estrategia de respaldo a un catalanismo social cordial y de 'cortejo' al círculo empresarial catalán, cómodo hasta hace poco con el nacionalismo moderado de CiU.

El actual barón popular en Cataluña -a falta de un congreso de renovación pendiente- se ha visto reforzado al inicio de la semana para liderar la papeleta por, entre otras asociaciones, Sociedad Civil Catalana, Impulso Ciudadano, de Convivencia Civil Catalana o de los jóvenes de S'ha Acabat! A ello, se le añade que no hay un candidato alternativo preferente para Madrid, que sigue estudiando posibilidades. Si se consulta, diversas fuentes apuntan a escenarios distintos que generan ambigüedad e indefinición.

Encima de la mesa estaban los nombres de Dolors Montserrat, Manuel Reyes y Daniel Sirera. La primera, predilecta de Feijóo, exministra de Sanidad y europarlamentaria, se descarta ya internamente. Y los segundos, uno líder del PP de Barcelona y el otro portavoz en el ayuntamiento de la ciudad condal, no terminan de cuajar. Por lo que Fernández tendría el camino libre a priori. La presión para designar candidato es latente, sobre todo cuando Vox, competidor directo en ese espacio constitucionalista, como aseguran las encuestas, ya habla de Ignacio Garriga como su candidato. Lo confirmará probablemente el domingo en un acto en Álava (País Vasco). El PSC también ha movido ficha y confirmado a Salvador Illa.

Nacho Martín Blanco es otra de las opciones que gustaría a Feijóo: lo situó de cabeza de lista al Congreso de los Diputados por Barcelona tras dejar Ciudadanos, y es un buen conocedor del Parlament y de hacer oposición a Junts y ERC. Además, en el caso de haber consenso final con los naranjas, conoce a la formación y podría tender puentes hasta la convocatoria.

Sin embargo, parece que la balanza va a inclinarse finalmente por Fernández, quien ayer mantuvo una conversación con la secretaria de Organización del PP, Carmen Fúnez, de la que "salió contento" según explican fuentes de su entorno a El Independiente. La sorpresiva convocatoria y el hecho de que Génova no hiciera los deberes antes para promover un cambio en el liderazgo de los populares catalanes, les ha pillado con poco margen de maniobra para promover un cambio sin que se produzcan grietas en la organización. Las opiniones entre las caras más visibles del PP catalán están divididas entre los que creen que no hay más remedio que asumir a Fernández y los que opinan que Génova buscará otra rostro menos crítico con la estrategia de la dirección nacional.

Fernández, la propuesta más dura

Con Fernández reclamado en el frente constitucionalista civil y ante esa ausencia de candidatos, en todo caso, hay otra derivada importante que a su vez se enlaza con la elección del mismo: el diálogo con Ciudadanos. En el PP la idea sería no hacer anuncios antes de que concluyan las conversaciones, pero ambas cosas van de la mano. Tendrán que cerrarse esta semana, dado que el plazo para presentar coaliciones termina este viernes 22 de marzo, en la madrugada de paso al sábado. A partir de ahí, se despejaría la duda.

Fernández y sus afines solo ven posibilidad de ceder algún puesto en la lista de Barcelona a Ciudadanos. Es la circunscripción que más cargos reparte al Parlament"

Respecto a los naranjas, por un lado, al contrario de lo que reclaman los de Adrián Vázquez y el aparato catalán, el PP se niega a explorar el fomento de un frente constitucionalista amplio apoyado por la sociedad civil a través de una nueva marca en la que se incorporen populares y naranjas. La opción única que se contempla en el PP es la adhesión de miembros de Ciudadanos a las listas conservadoras, algo que Vázquez y los suyos descartan, como han trasmitido a este diario. El PP considera que se hace un favor a los naranjas, porque ahora su marca, dicen, no aporta nada, ni en imagen ni en votos, pero una unificación simbólica -el interés es que después lleve a una absorción política- es vista con buenos ojos para movilizar electorado.

Partiendo de esa base ya tensa para Ciudadanos, que haya otras opciones y se refuerce la figura de Fernández sólo limita más la capacidad de entendimiento con ellos. Él y su círculo afín, el más duro dentro de las corrientes que integran el PP catalán, solo ven factible dejar algunos huecos a representantes liberales por la circunscripción de Barcelona. Nada más. Lo que acota más la posible representación liberal. Hay que recordar que ésta es la que más diputados regionales aporta: 85 de 135. En Tarragona, por donde se presentaría Fernández llegado el caso, Girona y Lleida no conciben hueco.

Negociaciones sólo nacionales

La concepción de la facción que encarga Fernández es que, una vez se produce el descalabro general en las municipales y autonómicas del año pasado, y renuncian a presentarse en las generales, desaparecen. Queda evidenciado con los resultados en Barcelona, donde Anna Grau quedó fuera. Y ahora, la idea es que Génova, innecesariamente les está dando oxígeno. También con la reconexión del PP en Cataluña, que en las generales superó en votos a ERC y Junts de forma individualizada.

Las negociaciones, por lo que ha podido conocer este medio, sólo se están desarrollando a nivel nacional. Entre secretarios generales, siéndolo Vázquez y Cuca Gamarra, por parte del PP. Y con la intervención de otros partícipes como el coordinador nacional de los liberales, Carlos Pérez-Nievas. Al margen estaría quedando Fernández y el aparato autonómico. Aunque lo ubican en algo cotidiano, dado que se está buscando la fórmula de concurrencia primero. La coalición impuesta desde Madrid abriría una guerra con Fernández, quien ya se quejó a su entorno de no haber podido componer las listas de las generales.

Sólo si Ciudadanos cede a participar en las listas populares, Génova puede negociar una posición intermedia: que Fernández esté de acuerdo con dar un paso a un lado y promocionar a un candidato de consenso a cambio de continuar presidiendo el PP como barón. Y ese escenario, de momento, no se vislumbra. Además, el respaldo social da alas a Fernández a seguir reivindicándose. De hecho, ha ido buscando apoyo territorial con varias visitas locales a lo largo de la geografía catalana.

Ciudadanos puede ceder ante la presión

En el PP confían en que la presión pueda con Ciudadanos y acepte sus condiciones. Sobre todo, después de que la primera oleada de encuestas les de entre medio y un punto de intención de voto. Inexistentes serían. De ahí que no se den ya por cerradas las negociaciones, que de momento parecen estancadas. En Cataluña, en conversaciones anteriores, fuentes naranjas aseguraban que el mandato que llegue desde el Comité Permanente será escuchado, pero una directriz hacia la disolución en listas del PP no sería bien recibida. Principalmente, por la concepción romántica que allí hay de las siglas liberales. Cataluña fue el inicio del proyecto en 2006, planteándose frente al nacionalismo.

Ahora bien, a Ciudadanos le importa mucho la presencia europea. A Vázquez le interesa mantener allí las relaciones con Renew Europe, como punto de inicio para una futura recomposición si el escenario político lo posibilita. Es la idea con la que renunciaron a las generales del año pasado, con una mirada constante al FDP alemán, que se recompuso desde lo extraparlamentario en 2017 y ahora es cuarta fuerza nacional por delante de la extrema izquierda y la ultraderecha.

La representación europea es fundamental para Adrián Vázquez, para seguir siendo influyente e impulsar la recomposición llegado el momento"

La participación conjunta se viene explorando con más margen en este escenario de cara a junio. Y aunque hay predisposición mutua, salvo escollos salvables como que el PP se niega a que Vázquez no se quede en el PPE tras los comicios, si el pacto no llega a buen puerto en Cataluña no se negociará más. En Génova se contempla como un pack, o se aceptan las condiciones en ambos casos, o se retornará a la idea inicial de concurrir en solitario.

Al calor de las diferencias, Vozpópuli anticipaba la tarde del martes que los naranjas renunciaban a un acuerdo y se preparaban electoralmente para concurrir en solitario. La afirmación se hacía desde Cataluña. Pero fuentes nacionales de Ciudadanos, conocedoras de las negociaciones, afirman a El Independiente que es "mentira". Niegan que la decisión se tomase ayer, porque "básicamente no ha habido reunión" de la dirección. "Seguimos negociando", trasladan con persistencia. Otras fuentes nacionales, con influencia en Cataluña, confirman esta versión e invitan a "esperar". "Aún no hay nada cerrado", aseguran. Aunque el límite es escaso. Debe haber una decisión medianamente en firme el jueves 21 y las primeras horas del viernes, cuando concluye el plazo para postular posibles coaliciones a la Junta Electoral.

La reclamación de Ciudadanos al PP es que si replica el modelo de la pasada convocatoria, ejemplificándolo con la entrada de la exportavoz del Parlament, Lorena Roldán, no conseguirá conectar con el electorado que aún no tiene. Pero un frente amplio con integrantes independientes, sí.