No se trata solo de ir en las mismas listas bajo las siglas del PP, sino certificar el fin de Ciudadanos como partido político, esto es, la desaparición de las siglas fundadas en 2006 por un grupo de intelectuales catalanes en rebelión contra el independentismo. Y Génova quiere hacer esa absorción, esa unidad orgánica, "con el mayor de los respetos" por la trayectoria acreditada, pero con el convencimiento de que la subsistencia de las siglas naranjas "ya tiene poco sentido" y hay que dar un paso más en la reconstrucción del centro-derecha.

Ese fue uno de los afanes de la presidencia de Pablo Casado después de que Albert Rivera se quedara tan solo a nueve diputados de distancia de los populares en las primeras elecciones generales de 2019. Pero la repetición electoral de noviembre de ese año fue el principio del fin de una decadencia imparable que dejó a Ciudadanos en el chasis, para acabar ahora solo con representación institucional en Cataluña y en el Parlamento Europeo, más un diputado en el Parlamento vasco, gracias a que acudieron en coalición electoral. Nada más. Por ello, el PP ofrece ahora un acuerdo de integración que supone la disolución de Ciudadanos.

La oferta que negocia la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, con su homólogo en Cs además de eurodiputado, Adrián Vázquez, pasa por unas candidaturas bajo las siglas y el charrán del PP, sin agregar al lado del nombre de los que puedan integrarse en las mismas ni su procedencia de Ciudadanos o su carácter de independientes.

Génova exige unas listas bajo las siglas del PP y en el mismo Grupo Parlamentario

También rechazan en Génova la posibilidad de que esos candidatos se integren en grupos parlamentarios diferentes al popular. Desde Ciudadanos se arguye la importancia "de que haya representación española en el grupo liberal" de la Cámara de Estrasburgo, Renew Europe, que, de otra manera, no existiría. Forman parte de él, además de Vázquez, Maite Pagaza, Jordi Cañas y José Ramón Bauzá, quien fuera presidente popular de Baleares, entre otros. El PP, advierten fuentes de este partido, no está por la labor de que ninguno de los miembros de sus listas se acojan a otros Grupos Parlamentarios.

Si bien admiten que en algunas cuestiones europeas "hay diferencias" entre ambos partidos, creen que son perfectamente superables y en los grandes temas como la estrategia anti-amnistía en Europa, plenamente coincidentes. Vázquez, en calidad de presidente de la comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo ha sido muy activo en este asunto y entre sus tareas está la de mantener contactos con el presidente del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE), Koen Lenaerts, instancia a donde llegarán las cuestiones prejudiciales que planteen los jueces españoles en la aplicación de la ley de Amnistía.

Quizá para Ciudadanos resulte más ingrata su posible desaparición en Cataluña, territorio que les vio nacer y donde la ex líder naranja, Inés Arrimadas, hizo la gran proeza de ganar las elecciones autonómicas en diciembre de 2017, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución para intervenir una Generalitat declarada en rebeldía por el procés independentista. De hecho, los populares ponen en valor a Arrimadas, pero descartan de plano que la ahora ex política tenga ninguna intención de volver a la primera líneas tras su traumática marcha en enero del año pasado. En todo caso, contemplan que pueda participar en algún acto de campaña si acaba fructificando el acuerdo con Ciudadanos, que quieren sea cuestión de días dada la premura del calendario electoral.

Alejandro Fernández quiere manos libres para hacer sus listas si es el candidato

Una vez lleguen, o no, a buen puerto estas negociaciones, se revelará el nombre de la persona aspirante a presidir la Generalitat, candidato que elegirá el PP, puntualizan. Génova no ha confirmado todavía a su presidente territorial, Alejandro Fernández, aunque si, finalmente resulta el elegido quiere hacer su lista con injerencias justas de Génova, según fuentes de su entorno. Si hay acuerdo con Ciudadanos para impedir que se pierda ningún voto, "los integrará muy probablemente, pero sólo por la circunscripción de Barcelona", señalan los mismos medios consultados por El Independiente.

El PP advierte de antecedentes como UPyD, la formación de Rosa Díez que acabó disolviéndose mientras algunos de sus componentes buscaron una salida personal en otras fuerzas políticas, como fue el caso de la escritora y "coautora" de los libros de Pedro Sánchez, "Manual de resistencia" y "Tierra firme", Irene Lozano, en el PSOE; o de Toni Cantó, en el PP. Lo que intentan los populares, afirman, es poco menos que enterrar con honores a Ciudadanos absorbiendo e integrando a este partido como ha hecho el PP en otros momentos de su historia, es el caso del Partido Liberal o del Partido Demócrata Popular, por poner dos ejemplos.

Lo cierto es que Ciudadanos está abocado al precipicio con pocas o nulas opciones electorales. El Centro de Estudios de Opinión -conocido como el CIS catalán- apuntaba en su último sondeo, del mes de noviembre, a la desaparición de los naranjas y a un incremento del PP. Los primeros perderían sus actuales seis escaños, con un 1 por ciento de voto, y los segundos pasarían de un suelo de 3 diputados autonómicos a 14, con un 11 por ciento de las papeletas. En puridad, los populares no necesitarían siquiera del partido que presidió Albert Rivera para mejorar sus expectativas electorales. Y algo similar pasa para las europeas, donde tampoco conseguirían representación a pesar de las facilidades que da la circunscripción única. De hecho, quizá la única forma de aspirar a un sepelio digno sea sumándose a las filas del PP.