El PSOE, todo el PSOE, responde a la carta a la ciudadanía que escribió el miércoles Pedro Sánchez. Y lo hace con un clamor unánime. Un grito único con la esperanza de que haga mella en él y decida escribir un nuevo capítulo de su Manual de resistencia, con la voluntad de que continúe al frente del Gobierno. "¡Presidente, quédate! ¡Pedro, quédate! Estamos contigo. ¡Adelante! ¡Adelante!". "Merece la pena que ganen los buenos".

A ese grito puso voz este sábado María Jesús Montero, vicesecretaria general del partido y vicepresidenta primera del Gobierno. Lo hacía en la apertura de un comité federal de altísima carga emocional, con miles de simpatizantes y militantes siguiéndolo en la calle, en Ferraz, pese a la lluvia intermitente que caía sobre Madrid a primera hora de la mañana y que luego mudó en sol. Una jornada histórica que, poco a poco, y lo evidenciaban los rostros graves, muy graves, de los dirigentes, se fue tornando en una cita casi de involuntaria despedida al líder, conscientes muchos de ellos de que la posibilidad de que el presidente anuncie el lunes su marcha es más que real. Pero, pase lo que pase en apenas 48 horas, el partido quiere que su jefe de filas sepa que le quiere, que desea que siga al frente del Ejecutivo, que tiene su apoyo total. Él y su mujer, Begoña Gómez, a quien Montero defendió también largamente frente al "acoso" que está sufriendo. En el discurso de la número dos, en los parlamentos de todos los miembros del comité que fueron tomando la palabra, se hallaba bien presente el mensaje de que lo que está en juego es la "democracia" misma. Se trata de "defender la democracia", se escuchó una y otra vez, y de que España "siga avanzando" con un Gobierno progresista.

Basta de mentiras, basta de bulos, basta de violencia verbal ejercida sin reparo contra él y su familia. Para la derecha, no hay límites

María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE

El tono grave, los gestos de dolor y de tristeza que mostraban los mandos contrastaba con el ambiente festivo de la calle. Ferraz y sus alrededores se iban llenando de simpatizantes. 12.500, según la Delegación del Gobierno. La dirección, sobre las 12.15 de la mañana, y pasadas las primeras ocho intervenciones —las de Montero, los candidatos de PSE y PSC, Eneko Andueza y Salvador Illa; la cabeza de cartel de las europeas, Teresa Ribera; el ministro Óscar Puente y los tres presidentes autonómicos socialistas—, cortó el comité para que la cúpula se uniera a sus bases en la calle. Y entonces se vivió la apoteosis, el baño de masas. "¡No estáis solos, no estáis solos!", "¡Pedro Sánchez es mi gente!", "¡No pasarán!", y un infinito "¡Quédateeeee!", gritaban. Pronto empezó a sonar la música. Desde Perra, de Rigoberta Bandini, Pedro, Pedro, de Raffaella Carrà, o el Resistiré del Dúo Dinámico. Y, por descontado, el Quédate (Mussic Sessions #52) de Quevedo y Bizarrap. La fiesta pudo con el clima de despedida. El comité no se llegó a reanudar. Como decían en el cuartel general, no hacía falta. Lo importante era la muestra de afecto y de cariño al líder, no una sucesión de discursos que, en el fondo, venían a expresar lo mismo: el apoyo cerrado y la empatía con Sánchez.

Fue ese el mensaje "rotundo" con el que arrancó de hecho Montero, nada más abrirse la reunión del órgano, pasadas las 10.30: "Es necesario empezar este comité con una reflexión y con un mensaje rotundo, un mensaje que atravesará las paredes de esta casa del pueblo y que recoge el sentir de millones de progresistas en este país. Presidente, quédate. Pedro, quédate. Estamos contigo. ¡Adelante! ¡Adelante!". Era un mensaje directo a Sánchez. Ella aseguraba ayer en la tele que no había hablado con él desde el miércoles, porque el jefe del Ejecutivo se ha aislado con su familia y apenas atiende llamadas. Por eso ella y más responsables del Gabinete y del partido le interpelaban directamente. Casi mirándole a los ojos a través de las cámaras y los micrófonos. Cámaras que mostraban a algunos miembros del máximo órgano y de la ejecutiva con los ojos vidriosos, al borde de las lágrimas, como los ministros Félix Bolaños y Óscar Puente, o la eurodiputada Iratxe García.

Montero trataba de infundir ánimos a un líder que se confesaba abatido en su carta del miércoles, insistiéndole en que tiene todavía un proyecto que desplegar desde el Ejecutivo: "España no puede retroceder, avanzando en empleo, en derechos y en convivencia. Que ser valiente no salga tan caro. Que las mentiras parezcan mentiras y que el corazón no pase de moda", decía, haciendo suya la letra de una de las canciones de Joaquín Sabina. "Basta de mentiras, basta de bulos, basta de violencia verbal ejercida sin reparo contra él y su familia. Para la derecha y la ultraderecha, compañeros, no hay límite. Para los socialistas, no hay duda. Presidente, estamos contigo. Para darte nuestro cariño y gratitud. Para decirte, alto y claro, que queremos que sigas siendo nuestro presidente".

"No vamos a consentir que España retroceda"

La vicesecretaria general, al igual que otros responsables que tomaron la palabra, como el ministro Óscar Puente o la presidenta de Navarra, María Chivite, citó la "guerra sucia" de la derecha contra Sánchez, que "empezó hace una década", desde el mismo día en que los militantes le eligieron secretario general. "El que pueda hacer, que haga", dijo José María Aznar en noviembre, recordaba Montero. "Sus dos discípulos, [Alberto Núñez] Feijóo y [Santiago] Abascal, hacen lo que mejor saben: fabricar lodo, pero no pueden salirse con la suya. No vamos a consentir que España retroceda. Esto es lo que pretende la derecha y la ultraderecha". La vicepresidenta reivindicó entonces la obra del Gobierno de Sánchez, pero también subrayó la necesidad de defender "la humanidad de la política". Porque precisamente la carta del presidente del miércoles sorprendió a los suyos por una razón: se desnudó y descubrió una faceta más desconocida, el rostro humano de un hombre de hielo.

El comité dedica un largo aplauso en pie a la mujer del presidente: "Begoña, compañera, estamos todas contigo. Todas"

Sánchez se ha quebrado, lo dijo él mismo, por los "ataques" a su mujer. Por eso Montero se detuvo en ella. Mucho. "La política, prestar un servicio a los demás, es una actividad noble. Y lo sabemos, especialmente nosotras, las mujeres. Begoña, compañera, estamos todas contigo. Todas". El comité respondió con aplausos y puesto en pie. La vicepresidenta recordó que Gómez es una "mujer moderna, profesional, independiente, inteligente, como tantas otras mujeres de este país", y no es justo, siguió, que la derecha pretenda "arrinconarlas en las casas", que se las "anule profesionalmente".

"Por eso, por ti, junto a ti, por todas nosotras, ¡basta ya de este acoso, basta ya! —clamó la número dos—. No hay derecho a que nuestros familiares también sean víctimas de esta máquina del fango. Una máquina en la que unos señalan con mentiras y bulos, otros difunden, y al final de esta cadena, los últimos, los más cobardes de todos, los que tiran la piedra y esconden la mano, como hace Feijóo, saquen tajada de la infamia para conseguir con otros medios lo que no pudieron conseguir en las urnas". El aviso era claro: si no se pone pie en pared, la "ola ultra" que opera en España y en otros lugares del mundo acabará "carcomiendo los cimientos de la democracia". En el fondo, el comité también se dirigía a Gómez, para que ella misma sea fuerte y junto a su marido sea capaz de resistir los embates de la derecha. Que sea ella la que le convenza de que debe continuar.

"Os propongo que contestemos a la carta que nos envió", remató la vicepresidenta. Si Sánchez se preguntaba si le merecía "la pena" seguir luchando o parar, la respuesta de su partido es que sí, que "merece la pena seguir avanzando" para que haya mejores empleos, más igualdad, más becas, se combata el cambio climático o se defienda "la dignidad de un país y su memoria democrática". "Para eso te necesitamos, necesitamos el mejor líder, al presidente más valiente, más enérgico, más decidido, y al Pedro más humano. Presidente, sí, merece la pena que ganen los buenos. Firmado, los progresistas de este país. Ánimo, arriba, que ganen los buenos".

Los dirigentes recurren a la historia del PSOE, a los que padecieron la Guerra Civil y la dictadura, los que sufrieron la amenaza y muerte de ETA, para pedir a Sánchez que no se rinda

Tras la apertura de Montero, se sucedieron los discursos de siete dirigentes que, en síntesis, venían a dar razones a Sánchez para no hundirse. Para que pensara en los socialistas que sufrieron también antes que él: los que pasaron por la muerte y el exilio en la Guerra Civil y el franquismo, los que padecieron la amenaza de ETA, los que se han visto machacados, arguyeron, por la derecha. También están muy frescas las agresiones a las sedes socialistas de estos últimos meses, el "asedio" a los trabajadores de Ferraz, los "desplantes e insultos" con los que cargan muchos concejales de toda España, resumió Montero. Motivos que pretendían abundar en ese ruego de que no se vaya.

"Pedro, tienes que seguir. Si abandonamos ahora, estaremos dando carta de naturaleza al odio, al ataque, a la animadversión, a ver al adversario como un enemigo. No lo podemos permitir", le razonó Eneko Andueza, secretario general del PSE. "Te voy a pedir que pienses en mucha gente extraordinaria como Pablo Iglesias, Indalecio Prieto, Txiki Benegas, Ramón Rubiales, Carme Chacón o Alfredo Pérez Rubalcaba... y en todos esos socialistas que sufrieron el exilio, la represión, la cárcel. A todos esos viejos socialistas que cada vez iban a votar se ponían sus mejores galas y ponían su voto en el corazón porque allí iba su vida, iba la democracia. Piensa en todos esos socialistas, Pedro. Piensa en este país, en la democracia. Somos socialistas, estamos contigo, estamos en pie más fuertes que nunca". Andueza, por tanto, pedía a Sánchez que echara la vista atrás, que pensara en los 145 años de vida del PSOE.

La "deshumanización" del líder inducida por la derecha

"Quiero mandarte un mensaje, Pedro", le dijo a su vez Óscar Puente, uno de los dirigentes a los que se vio más afectado. El ministro relató entonces la historia de su abuelo Antonio, que en 1939 entró en la cárcel "por rojo" y tuvo suerte porque cuando iban a matarle un amigo "le bajó camino del paredón de la tapia de San Isidro, en Valladolid". "Y se pasó tres años en la cárcel recibiendo una paliza diaria y manguerazos de agua fría en el patio de la cárcel de Valladolid. Salió en el año 1942 y vivió una vida de miseria, perdió su trabajo pero sacó adelante a su familia", describió, con visible emoción. "Cuando yo pienso en mi sufrimiento y en el vuestro, pienso en él, y estoy seguro de que el mío es más liviano que el suyo. Y tú lo sabes muy bien. No puedes rendirte, no puedes entregarle a la derecha lo que buscan, la cabeza del secretario general de los socialistas. No puedes permitirlo, Pedro".

Nos pueden llamar pedigüeños, bambis o perros, lo que no somos en ningún caso es ilegítimos o gente sin valores", clama la candidata Ribera

Teresa Ribera también tiró de la historia del partido. No importa que a los socialistas les llamen "pedigüeños", como hacía la derecha con Felipe González, ni importa que les llamen "bambis", como hizo con José Luis Rodríguez Zapatero, o que les motejen como "perros", porque son "fieles y leales". "Lo que no somos en ningún caso es ilegítimos o gente sin valores. Son legítimos nuestros votos, valen exactamente lo mismo que todos los demás".

La vicepresidenta tercera y ya proclamada candidata a las europeas del 9 de junio también cargó contra la estrategia de "mentiras y deshumanización" de la derecha contra Sánchez, al que ha pretendido presentar "una persona como una no persona". También María Chivite, presidenta de Navarra, recordó que el presidente es, antes que todos sus puestos orgánicos e institucionales, un "humano que siente, que vela por su familia".

Y la familia, siguió la dirigente navarra, es "una línea de flotación muy sensible, por eso nos dan donde más nos duele". "Como presidenta también recibí insultos, odio y acoso hacia mí y mi familia. Cuando vienen a la puerta de mi casa o hacen pintadas y tiran huevos en la casa de mi madre", contó. "Querido Pedro, vale la pena, nadie nos va a parar en nuestro camino. No nos van a hacer caer". "Rebelémonos contra la injusticia. ¡Con toda nuestra fuerza!", gritó el jefe del Ejecutivo asturiano, Adrián Barbón.

Page, el barón más crítico, presta todo su apoyo al líder, y también toda su "empatía". Cuenta con su respaldo para combatir todas las "calumnias"

Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, aparcó esta vez las críticas a la cúpula y prestó todo su respaldo a un líder que ha expresado su "dolor" y que, insistió, ha de ser respetado. "Quiero transmitir al secretario general, al presidente del Gobierno, toda mi empatía. La empatía de miles de personas que no solo sabemos que va en serio su dolor, sino que hemos pasado experiencias muy parecidas". En su caso, en su combate contra la expresidenta María Dolores de Cospedal. Él también se preguntó en su momento si valía la pena.

Y se contestó que sí: "Siempre he reaccionado con la determinación de no dejar una sola calumnia, una sola insidia, una sola mentira sin contestar. Hay que contestarlas. Para contestar a todas las calumnias y esta campaña, vais a contar la dirección [del PSOE], y por supuesto Pedro, con todo nuestro apoyo, con el mío particularmente, porque no se puede consentir". Page sostuvo que hay que decir a los ciudadanos que no se puede ser "mejor político a costa de ser peor persona". "A este partido no le van a quitar la moral, y menos los que no tienen ninguna", acabó, refiriéndose al PP.

Vértigo y pesimismo

Salvador Illa ya está en campaña pero quiso estar este sábado en Madrid, para mostrar su deseo de que Sánchez le acompañe "cuanto antes" en los mítines. "Nada me haría más ilusión que contar con tu presencia", le dirigió.

Tras las ocho primeras palabras, Cerdán interrumpió el comité para que los dirigentes se fundieran "en un abrazo" con los simpatizantes

Tras las ocho primeras palabras, iban a seguir las intervenciones de los barones y de miembros del comité federal. Pero no hubo ocasión de escucharlas. "El sentimiento de todos y cada uno de vosotros ha quedado claro en lo que han expresado los que han intervenido hasta ahora y sé que los que estáis pendientes de intervenir vais a ir en la misma línea. Es el momento de que salgamos a la calle con esos miles de compañeros, nos fundamos en un abrazo y le digamos al secretario general que merece la pena", interrumpió Santos Cerdán, el responsable de Organización. Lo hizo para que los dirigentes se sumaran a las bases en la calle. Para que el protagonismo, la imagen, recayera en los simpatizantes, los que llegaron desde distintos puntos de España —muchos de ellos con el madrugón a cuestas, en buses fletados por las federaciones—, los que aguantaron la lluvia de la primera hora y pudieron desgañitarse con la playlist de Ferraz bajo un tímido y frío sol de finales de abril. Entre los manifestantes, junto a la histórica Paca Sauquillo y en primera fila, Carmen Romero, exmujer del expresidente González.

Nadie sabía si lo que había pasado dentro y fuera de Ferraz bastará. Si la presión de todo su partido le hará retroceder. El lunes el presidente lo dirá. Despejará la duda. Pero, entretanto, el PSOE no puede dejar de sentir una pavorosa sensación de vértigo y pesimismo.