Se podría afirmar que son, al menos, dos mundos diferentes. Dos PSOE diferentes.

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Uno es el del poder. El de la Moncloa. El que no cambia el paso, el que considera que debe mantener el rumbo y seguir con la hoja de ruta prevista. Lo que ve el Gobierno a través de la ventana no tiene la fuerza suficiente para conmoverle. Es el goteo incesante de acusaciones (y dimisiones) por acoso sexual, que ha impactado enormemente al partido y que comportará el refuerzo de los controles internos y del protocolo. Es la apertura de una nueva causa sobre contratos y adjudicaciones bajo sospecha que tiene como protagonistas a Leire Díez —otra vez— y al expresidente de la SEPI Vicente Fernández, los requerimientos de documentación por parte de la Guardia Civil en las sedes de Correos y de organismos dependientes de los ministerios de Hacienda y de Transición Ecológica. Y eso no deja de ser, para Pedro Sánchez, "derivadas" de los casos de corrupción que ya se conocían y ante los que ya se actuó "con contundencia", por lo que no hacen falta "medidas adicionales".

Para la Moncloa, los nuevos pasos judiciales en causas de corrupción son "derivadas" de los casos que ya se conocían y ante los que "se actuó"

El otro PSOE es el de buena parte de sus cuadros medios. El que acusa la desazón, el desánimo. El que arrastra una enorme inquietud, el que no encuentra en muchas ocasiones salida, el que no ve la luz, el que se pregunta si no sería recomendable un cambio radical en el Ejecutivo o ir a elecciones pronto, tal vez sumándolas a las generales. El que entiende que el secretario general y presidente del Gobierno ha de lanzar mensajes y acciones rotundas y claras para intentar salvar un transatlántico que perciben cerca del naufragio. Porque esta ha sido una de las semanas más críticas de las últimas dos legislaturas.

La Moncloa cree que fuera hay una lluvia pasajera. Que escampará. Y prescribe "tranquilidad" a los suyos, dejar de angustiarse y abandonar "el marco de la derecha". Gran parte del PSOE cree, sin embargo, que fuera ruge una tempestad que se puede llevar por delante al partido y arrasar todo, ahogarles a todos.

Yolanda Díaz pide un "cambio profundo" en el Gobierno, que ha de ser "reformulado de manera radical". "Así no" se puede continuar, avisa

Esos dos PSOE se miraron las caras este viernes, en otro día aciago para un partido muy castigado. Obligados también porque la vicepresidenta segunda y fundadora de Sumar, Yolanda Díaz, pidió un "cambio absolutamente profundo en el equipo de Gobierno", que ha de ser "reformulado de manera radical" para superar tanto la concatenación de casos de acoso sexual como las causas por corrupción que atenazan al PSOE. En una entrevista en Al rojo vivo (La Sexta), Díaz pidió medidas "inmediatas" y "severas", que trasladó estos días y este mismo viernes también a Sánchez. Su tesis es que "así no" se puede continuar, que no vale ya lo de "resignarse", "no hacer nada", "permanecer". "Se acabaron las reflexiones, los cambios y las reformas cosméticas", porque "toca actuar", ya que lo que está pasando es "muy grave". "Es insoportable lo que estamos viviendo: es la corrupción, son los puteros, el machismo, es el hastío... no se puede más", clamó.

La respuesta de la Moncloa fue nítida: no. "Tranquilidad. Le quitamos importancia. Es la opinión de Yolanda, y hay que recordar que estamos en elecciones [en Extremadura]. Pero remodelar el Gobierno es una prerrogativa exclusiva del presidente y él está contento con su Consejo de Ministros. No compartimos lo que ella plantea y además los hechos que estamos conociendo estos días no tienen que ver con ningún ministro y ya se actuó ante ellos. Lo que sí reivindicamos es una hoja de ruta compartida con Sumar".

Sánchez no se plantea una crisis amplia de gobierno: está "contento" con su Gabinete y los ministros no están implicados en ningún caso

En el círculo de Sánchez recuerdan que no se trata de "ninguna pose", que el actual Gabinete "es muy bueno" y bastante renovado porque solo en lo que llevamos de legislatura se han incorporado los ministros Carlos Cuerpo (Economía), Óscar López (Transformación Digital) y Sara Aagesen (Transición Ecológica).

La cuarta reestructuración del Ejecutivo llegará en los próximos días. No por las crisis que carcomen a los socialistas, sino por el adelanto electoral en Aragón: el lunes, el presidente regional, el popular Jorge Azcón, convocará las autonómicas para el 8 de febrero. Y eso obligará a la ministra portavoz y secretaria general de los socialistas aragoneses, Pilar Alegría, a abandonar el Gobierno en los 22 días siguientes, porque así lo exige la ley electoral autonómica. El relevo no se acometerá este mismo lunes, cuando Sánchez haga su rueda de prensa de balance del año —después ejercerá de anfitrión en la copa de Navidad de la Moncloa—, sino en los días siguientes. Siempre antes de Reyes. "Cuando Aragón llama, no voy a perder ni un minuto, porque Aragón es mi prioridad, y los aragoneses y las aragonesas son mi prioridad", aseguraba la propia Alegría a los medios en un acto en Zaragoza, sin precisar la fecha exacta de su renuncia.

El presidente solo tiene en mente un ajuste puntual del Ejecutivo para relevar a Alegría, candidata en Aragón, que irá a elecciones el 8 de febrero

El propio presidente ya anticipó hace una semana que solo tenía en la cabeza un cambio quirúrgico en su Gabinete. Y lo ratificaban este viernes en su equipo: no habrá ningún "revulsivo", ni remodelaciones drásticas. Un ajuste puntual y listo. No rondan nombres para Educación, pero como portavoces entran en las quinielas hombres fuertes de su equipo como Félix Bolaños y Óscar López.

La idea de un cambio en profundidad del Ejecutivo sí la plantean algunos cargos socialistas. "Dar un giro en femenino al Gobierno sería muy positivo, aunque ya es muy femenino. En verano yo decía lo mismo, no veía cómo un cambio de caras podía ser un golpe de timón, pero lo cierto es que funcionó", apunta un jefe de un aparato autonómico. Un barón regional coincide con que una salida puede ser una remodelación ministerial, pero considera que Díaz está para dar pocas lecciones: "Yolanda tira la piedra y esconde la mano, como siempre. Yo enviaba ya a sus territorios a quienes van a ser candidatos y hacía un cambio tras la Navidad". Una máxima líder territorial, sin embargo, discrepa: "¿Pero qué tiene que ver Paco Salazar con la necesidad de un cambio de Gobierno? Se mezcla lo interno del partido con el Gobierno. ¿Y qué ministro está implicado presuntamente en algún caso de corrupción? Es hablar por no callar".

Yo enviaba a sus territorios a quienes van a ser un candidato y hacía un cambio tras Navidad", "elecciones, y los puteros y acosadores a la puta calle", aseguran dos cargos socialistas

Otros dirigentes, sin embargo, hablan de que hay que ir a un adelanto electoral, porque no se podrá resistir hasta 2027. "Elecciones. Y los puteros y acosadores a la puta calle. Es todo lo que siento ahora mismo. Y elecciones después de las de Aragón. Porque no vale ya remodelación del Gobierno ni nada", comenta indignada una socialista con un cargo institucional muy visible y de respetada trayectoria feminista en el partido. Un veterano cargo territorial también siente la necesidad de ir a elecciones cuanto antes, si no es haciéndolas coincidir con las aragonesas, pues con las andaluzas que previsiblemente llegarán en junio. "Alargar la agonía perjudica al partido a largo plazo", argumenta.

Hay también quienes no ven una salida fácil, porque todas tienen contraindicaciones. "Sinceramente, yo veo complicado todo con esta cascada de escándalos. Me da pena el PSOE y la gente está desazonada. Mi PSOE. La inmensa mayoría de nuestra gente es honrada y trabajadora y lo pasa muy mal. Aunque como siempre lograremos salir, tenemos estructura, capacidad y gente para reconducir", expresa con dolor una diputada autonómica de una federación mediana. Una portavoz regional piensa lo mismo: no ve "salida", cree que "esto no aguanta". Un alto mando autonómico no oculta su tremenda indignación y pide medidas tan drásticas como la dimisión de Sánchez: "Ya es un cúmulo de hechos gravísimos de corrupción y abusos. No se aguanta más. Es infame. El partido y ante todo nuestras ideas están por encima de los dirigentes. Las bases echan pestes. Las compañeras están escandalizadas y asqueadas. También muchos compañeros. Cada día es una pesadilla nueva. ¿Qué partido va a quedar después de esto? 150 años de historia y nos vemos abochornados ante toda esta panda que ha estado al más alto nivel y con absoluta impunidad". Otra compañera de un territorio distinto se desespera: "Tanto adularon al rey desnudo que ya se cree desnudo".

Otros dirigentes no ven salida fácil con "esta cascada de escándalos", porque un cambio de caras está "muy limitado" y un adelanto es arriesgado, aunque se habla de sumar generales y andaluzas

"El cambio de Gobierno puede servir para intentar coger impulso, pero está muy limitado entre los que no debe tocar por ser candidatos en sus territorios, los que no va a tocar porque está satisfecho Pedro con su trabajo o porque son de Sumar... Y todo ello, ¿para darle qué sentido o explicación? ¿Un giro a la izquierda, al centro? ¿Acercamiento a Junts? Por no hablar de que el efecto positivo de un cambio te puede durar 15 días con un informe de la UCO —expone un secretario de Organización regional—. ¿Y adelanto electoral? Pues no sería aconsejable si creemos que va a haber un momento mejor en el corto plazo, pero si no lo va a haber, coge todo el sentido convocarlo con las andaluzas. ¿Y cambio de candidato? Si alguien quiere, que levante la mano". "Lo que está claro", prosigue este mando, es que "la dirección es quien tiene que proponer algo más allá de la simple resistencia al paso del tiempo para sacarnos de esta espiral".

Por el momento, en la Moncloa solo piensan en 2027. "El espíritu es seguir. Nuestra gente que no está en el cogollo de Pedro está muy condicionada por lo que les llega de los medios. Y vivimos una época donde la derecha construye un relato irreal de un fin de ciclo que aquí no podemos comprar porque no es real", sentencian en el círculo de Sánchez. En él recetan "tranquilidad", recuerdan que España está ahora mismo pensando más en los regalos de Navidad que en otra cosa, "no vive en una crisis institucional gravísima y en ella el Gobierno gobierna con normalidad".

Los que no están en el cogollo de Pedro están muy condicionada por lo que les llega de los medios. Y vivimos una época donde la derecha construye un relato irreal de un fin de ciclo", dicen en la Moncloa

"Los nuestros ponen la tele o la radio y dicen 'madre mía', pero están muy presionados por la opinión publicada —insisten en la sala de máquinas del Ejecutivo—. Hay un choque entre ellos y los que estamos en el círculo del presidente. Hay que tener en cuenta que los ciudadanos han dejado de escuchar porque hay demasiado ruido. Y de ese análisis, nuestra tranquilidad". Una tranquilidad, siguen, que es la que debe tener "el capitán del barco, que es el presidente, y la tormenta pasa y el barco sigue a flote". Dicho de otro modo, que en la Moncloa están seguros de que esta tormenta será "también pasajera", como lo fue la que siguió a la caída de Santos Cerdán, de la que el PSOE logró reponerse a la vuelta del verano gracias a que Sánchez pudo recuperar la iniciativa.

Cuentan fuentes del Ejecutivo que el presidente, a diferencia de lo que ocurrió en junio, no está en medio de un proceso de reflexión, ni cree que hagan falta "medidas adicionales", porque "ya se pidió perdón, se hizo ronda de socios, se sometió a una comparecencia monográfica sobre corrupción". Lo que está ocurriendo en los últimos días —hay que incluir la apertura de juicio oral a José Luis Ábalos y Koldo García por los contratos de mascarillas— son, dicen, "derivadas de lo mismo", y "lo nuevo son los casos de acoso". "Y ahí estamos actuando". "Así que no es que no queramos ver, es que puede que seamos los únicos que no dejamos que se nos nuble la vista", remachan.

La crisis por el caso Salazar no se apaga. Si acaso, muta y crece. Este viernes, la secretaria de Organización, Rebeca Torró, compareció en rueda de prensa por primera vez desde que fue elegida, el 5 de julio, como la sustituta de Cerdán. Ella anunció que la conducta del exdirigente sevillano es calificada como "falta muy grave", por lo que no podrá darse ya de alta automáticamente como militante, que se acompañará a las víctimas si desean acudir a los tribunales y que se abrirá expediente informativo tanto a Antonio Hernández Espinal —mano derecha de Salazar en la Moncloa, cesado el martes de su cargo—, por ser "posible conocedor" de los hechos, como al ya exmiembro de la ejecutiva y exsenador Javier Izquierdo, por la sospecha de que su marcha súbita de los órganos y su renuncia al escaño obedecen a otro caso de acoso. Asimismo, se harán campañas de sensibilización interna y se revisará el protocolo con gabinetes jurídicos especializados. La jefa del aparato, muy cuestionada en las dos últimas semanas, insistió en que no hubo nunca voluntad de "tapar" o "encubrir ningún caso, ninguno". Lo que no dijo fue un dato importante que consta en el informe del comité, como contó elDiario.es: que en esos cinco meses de vacío en los que no se habló con las víctimas, no pudieron localizar a Salazar por sus viajes fuera de España. En cinco meses.

El partido investiga dos denuncias por acoso sexual y laboral contra el alcalde de Almussafes (y hombre de Ábalos). Y en Belalcázar el alcalde dimite por mensajes sexuales a una trabajadora

Pero fue otro día negro en el PSOE. El partido ya investiga dos denuncias por acoso sexual y laboral contra el alcalde de Almussafes, Toni González, número dos del PSPV en la provincia de Valencia —es uno de los cuatro vicesecretarios generales en la ejecutiva de Carlos Fernández Bielsa—, e integrante de la dirección autonómica de la ministra Diana Morant. Pero González, sobre todo, es uno de los hombres capitales de Ábalos en la provincia.

El regidor calificó las acusaciones de "rotundamente falsas" y adelantó que emprenderá acciones legales para defender su inocencia. Y en Belalcázar (Córdoba), el alcalde, el socialista Francisco Luis Fernández Rodríguez, anunció la renuncia a todos sus cargos tras ser acusado de presunto acoso a una trabajadora a la que envió mensajes de carácter sexual en 2023.

Besteiro reconoció que conoció el 'caso Tomé' en octubre, que le pidió a explicaciones y lo negó. Y le dimitió su secretaria de Igualdad, Silvia Fraga, por el choque con el líder de la federación

La situación en el PSdeG, sin embargo, ha empeorado sensiblemente por el caso Tomé. El jefe de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, compareció ante los medios este viernes, dos días después de que estallara la crisis. Y reconoció que conoció ya en octubre un supuesto acoso del que se acusaba al presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte, José Tomé.

Conoció los hechos, dijo, por una tercera persona, no por la víctima, le pidió explicaciones y lo negó. Hechos que conocía también la jefa del aparato del PSdeG, Lara Méndez (exalcaldesa de Lugo) y la secretaria de Organización del partido en la provincia lucense, Pilar García Porto. La gestión del caso y el choque con Besteiro provocó la dimisión de la secretaria de Igualdad de la federación, Silvia Fraga, una dirigente muy respetada internamente por su acreditada trayectoria en el feminismo que se sintió "aislada" en esta crisis. Todos los cañones enfocan a Besteiro, cuyo futuro político depende totalmente de Sánchez, el que lo promovió como candidato en 2024 y el que lo devolvió al liderazgo del PSdeG pese a que firmó el peor resultado histórico del partido.

Fraga no viajó hasta Madrid para acudir a la reunión presencial de Torró y Pilar Bernabé, responsable federal de Igualdad, con las compañeras del área. La cita comenzó a las 16 horas en Ferraz y duró cerca de cuatro horas. Algunas dirigentes llegaban con las espadas en alto, muy descontentas con el manejo del caso Salazar. La representante asturiana, Natalia González —muy cercana, a su vez, a la ex vicesecretaria general del PSOE Adriana Lastra, hoy número dos de la federación asturiana y delegada del Gobierno en el Principado—, insistía en que el PSOE debía acudir de oficio a la Fiscalía, que fue su postura defendida ante Bernabé la pasada semana. Pero ella, a la salida, reconoció salir "satisfecha". "Creo que va a ser un punto de inflexión. Va a haber acompañamiento y un refuerzo a las víctimas, que es lo importante". Otras responsables evitaron pronunciarse y un puñado de ellas —como la madrileña Lorena Morales o la eurodiputada andaluza Lina Gálvez— arroparon a Bernabé en su comparecencia ante los medios, en señal de apoyo.

La responsable de Igualdad asturiana, de las más exigentes, reconoce salir "satisfecha" de la reunión con Bernabé: "Va a ser un punto de inflexión. Va a haber acompañamiento a las víctimas"

La secretaria de Igualdad insistió en que hay que intentar mirar el lado positivo de lo ocurrido, porque el partido tiene la "oportunidad" ahora de ser "ejemplarizante" ante la sociedad: "Vamos a marcar el paso. Vamos a marcar el paso de la tolerancia cero a los comportamientos que se sucedan". Bernabé asumió que quedan por delante "días de mucha intensidad, pero el PSOE siempre mira con luces largas". Es decir, que el goteo de casos, este Me too socialista, seguirá: "Esto va a ser así probablemente algún tiempo, puede que pase unos días. No pasa nada, no es una cuestión de cuántos, porque ya sabemos que esto está en la sociedad, es de cómo vamos a actuar. El partido está actuando, va a actuar y va a seguir actuando", prometió.

La dirigente valenciana, como por la mañana había hecho Torró, remarcó que lo que está ocurriendo marca "un antes y un después" en la vida del PSOE, tanto a nivel interno como de cara a la sociedad, y por eso van a mejorar todo lo que haya que mejorarse, como los protocolos internos, para evitar que se repita el gran "error" que reconoce la cúpula, los casi cinco meses que tardó el órgano antiacoso en contactar con las dos víctimas de Salazar.

Bernabé habla de "un antes y un después": "Vamos a marcar el paso de la tolerancia cero a los comportamientos que se sucedan". Y asume que seguirá el goteo de casos en los próximos días

Bernabé evitó los charcos. Dijo que podía valorar la dimisión de Fraga, porque había ocurrido mientras se seguía la reunión en Ferraz, y no había podido más que leer la noticia, ni había tenido tiempo de hablar con ella ni con Besteiro. Pero sí logró despejar el elefante de la habitación: la Fiscalía. La secretaria de Igualdad, preguntada si las federaciones le habían pedido llevar los casos al Ministerio Público, remarcó que se había analizado en el encuentro y se concluyó que "por encima de todo está el respeto a la voluntad de las mujeres que necesitan sus tiempos", ya que "eso es una cuestión absolutamente personal".

"Aquí detrás hay mujeres que están trabajando diariamente con mujeres víctimas y que saben cómo se tienen que mantener y sostener los plazos, y cómo se tiene que mantener y sostener sobre todo la voluntad. Y nuestra obligación es darles el acompañamiento necesario para que ellas lo puedan abordar en el momento que sea". La respuesta de la dirigente asturiana era elocuente: Ferraz había pedido cerrar filas, no hacer más ruido, y esa directriz se cumplió, tal y como señalaba una veterana, que advertía no obstante del riesgo de un "cierre en falso".

Ferraz consigue que el partido se conjure y cierre filas. Concluye, con las secretarias de Igualdad, que "por encima de todo está el respeto a la voluntad de las mujeres que necesitan sus tiempos"

Acaba una semana de absoluto vértigo para el Gobierno y para el PSOE. Y el temporal no tiene pinta de amainar de manera inmediata, aunque en la Moncloa están seguros de que, como siempre, acabarán apartándose los nubarrones. Es su esperanza. "Partido a partido", aconsejan en el equipo del presidente.

—Algo más tienen que hacer si quieren recuperar algo de confianza en nuestro electorado —sentencia una dirigente.

—Esto no va de ocurrencias —tercia una diputada autonómica—. Esto va de calma y cabeza. Y yo confío en eso.

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