Hoy se cumplen 22 años exactos desde la fundación de SpaceX. Y la empresa ha aprovechado el aniversario para conseguir otro hito en el sector aeroespacial: completar con éxito la tercera prueba de Starship. Hablamos del cohete más grande y más potente jamás creado, que además será clave para desarrollar la Starship HLS, la variante que llevará de vuelta a los humanos a la Luna en 2026, transportando a bordo a los astronautas de la misión Artemis III de la NASA.

Como explicó Jorge Nicolás-Álvarez, doctor en ingeniería aeroespacial y divulgador científico, a este periódico "SpaceX tiene una manera de funcionar agresiva y experimental, probando muy pronto y fallando las primeras veces". Por eso las explosiones que se produjeron en las dos pruebas anteriores generaron tanto revuelo, aunque el segundo test se consideró exitoso. Y la idea hoy era superarlo.

Lo han hecho. De manera rotunda. El cohete y la nave se desacoplaron y aunque el primero acabó explotando en el último momento, cuando estaba cerca de volver a aterrizar en la Tierra, la nave consiguió llegar a la órbita, que era el principal objetivo de este test. Además, SpaceX consiguió completar algunos de sus objetivos secundarios, como poner a prueba la transferencia de combustible (algo que será clave para las misiones de largo alcance) y la apertura y cierre de la puerta de carga útil.

Pero también hubo cosas que no se lograron. En concreto, no pudieron completar el primer reencendido de un motor Raptor en el espacio, y tampoco pudieron hacer que Starship volviera a aterrizar en la Tierra una vez completó sus maniobras en el espacio. No obstante, durante varios minutos pudimos ver en directo el intento de reingreso de la nave. Algo que no habíamos podido ver jamás en ninguna otra misión.

En esta ocasión la nave ha tenido una nueva trayectoria, con la idea de que posteriormente aterrizara en el Océano Índico. Esta nueva ruta de vuelo, según SpaceX, les permite probar nuevas técnicas como la quema de motores en el espacio mientras maximizan la seguridad pública.

El lanzamiento ha podido seguirse en exclusiva a través de la cuenta oficial de SpaceX en X, lo que antaño fue Twitter. Para algo se gastó Elon Musk 44.000 mil millones de euros en comprar la red social. Como suele suceder, se ha retrasado bastante respecto a la hora inicial prevista. Pero ha merecido la pena, porque la señal ha incluido unas espectaculares imágenes a bordo del cohete e incluso desde dentro de la propia nave. En ese sentido, SpaceX también está progresando. Y se ha notado, porque millones de personas siguieron la transmisión en directo.

Hasta ahora, entre prueba y prueba de la Starship han pasado meses. Pero la idea es reducir los tiempos cada vez más para poder testar más cosas en el cohete. Y Elon Musk ya ha dicho que espera poder lanzarlo al menos otras seis veces de aquí a final de año.

Máxima incertidumbre

Los lanzamientos siempre están sujetos a incertidumbre, y este no ha sido una excepción. Primero porque, aunque SpaceX anunció hace días que el cohete se lanzaría hoy, necesitaba contar con la autorización pertinente de la Administración Federal de Aviación estadounidense (FAA). Y aunque muchos pensaron que esto sería un mero trámite, el nerviosismo empezó a crecer porque la luz verde no llegaba. Hasta que finalmente ayer, a las 22:00 hora española, la FAA se pronunció.

"La FAA ha concedido la autorización de licencia para el tercer lanzamiento del vehículo de SpaceX, Starship Super Heavy. La FAA determinó que SpaceX cumplió con todos los requisitos de seguridad, medio ambiente, políticas y responsabilidad financiera", comunicó la entidad con un mensaje en su cuenta de X.

Pero ese no era el principal problema al que se enfrentaba hoy SpaceX. Las dudas venían por el tiempo, porque en Boca Chica (Texas, EEUU), donde se ha producido el lanzamiento, se esperaban para hoy vientos fuertes. Y aunque la propia compañía aseguró horas antes que "el clima es 70% favorable para la tercera prueba de vuelo integrada de Starship de hoy", lo cierto es que fue una incógnita hasta el último momento. Por suerte, nada impidió que el cohete se lanzara finalmente.