La lava del volcán de La Palma ya ha engullido casi 400 casas y hay familias que lo han perdido todo. El drama y la tragedia se han adueñado de esta pequeña isla canaria desde la erupción del domingo, pero la espectacularidad de este fenómeno de la naturaleza también está atrayendo a los primeros turistas.
"Esto es un espectáculo y sabes que en España o lo ves ahora o ya nunca más", comenta Luis Robles, que trabaja en Wildwatching, una agencia que ya ha organizado un viaje a la isla canaria con seis clientes interesados en observar de cerca la lava. Al frente de la expedición está Néstor Rodan, guía de la agencia y fotógrafo. Tras aterrizar el jueves, su objetivo es estudiar la zona y buscar localizaciones seguras desde las que poder fotografiar con seguridad el volcán.
"Si todo sale bien, estamos pensando en organizar un nuevo viaje entre el 7 y el 12 de octubre. Seguramente el volcán siga en erupción para entonces", añade Luis Robles. La de La Palma es la primera erupción volcánica en España desde 1971, cuando el Teneguía hizo temblar también a los vecinos de la isla canaria. Desde entonces, los aficionados españoles a la vulcanología han tenido que viajar fuera de nuestras fronteras para ver de primera mano una erupción en directo.
Actualmente, La Palma tiene la capacidad hotelera al 99%, según se puede ver en Booking.com cuando se busca un alojamiento para este fin de semana. La isla se ha llenado de fuerzas de seguridad, personal de emergencias, científicos y periodistas. Y también hay turistas. El problema es que hay familias cuyas casas han quedado bajo el magma que no encuentran ninguna casa para alquilar, según un reportaje publicado este jueves en El País. La mayoría están en segundas residencias, casas de vecinos, familiares o amigos y los que no, en establecimientos turísticos de forma provisional.
En el momento de la erupción, la ocupación media rondaba el 60%. Desde la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, (Ashotel), confirman a El Independiente que los establecimientos están teniendo que colgar el cartel de 'completo' estos días, aunque aseguran que no se debe a la afluencia de visitantes.
"Ahora mismo los establecimientos están registrando una ocupación alta, aunque es algo que no está motivado por el turismo sino porque se ha producido la llegada de periodistas y de servicios de emergencia para ayudar", señala Juan Pablo González, gerente de Ashotel.
La polémica con la ministra
Un día después de que el volcán entrara en erupción, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, envió un mensaje a todos los turistas que quisieran disfrutar de este "espectáculo tan maravilloso".
"Hay que aprovechar esto como un reclamo (...), que la isla se convierta en un reclamo para aquellos turistas que quieran ver este espectáculo tan maravilloso de la naturaleza", indicó en Canal Sur Radio. Unas declaraciones que encendieron a la oposición y por las que más tarde pidió perdón. "Me solidarizo con la situación tan dramática que existe en la isla, ya habrá tiempo para hablar del turismo y de cómo recuperar el reposicionamiento".
González reconoce que "se ha producido una afluencia de personas atraídas por lo que algunos consideran un espectáculo de la naturaleza", aunque acto seguido remarca que "ahora eso no toca". "Es importante que la isla vaya recuperando la normalidad, pero está colapsada y algunas carreteras cortadas por la lava. Lo que menos se necesita ahora mismo es turistas en coche que obstaculicen el tránsito de los servicios de emergencia", enfatiza.
Desde Ashotel advierten, eso sí, que para el mes de octubre "están cayendo las reservas de forma considerable del principal mercado internacional emisor para La Palma, que es Alemania". Los hoteleros confían en que se trate de una circunstancia coyuntural que no dé al traste con la recuperación económica tras la pandemia.
El caso de Islandia
Lo cierto es que el turismo de volcanes ha crecido enormemente en los últimos años. Islandia es un gran ejemplo de ello: desde la erupción del Eyjafjallajökull en 2010, cuyas cenizas tuvieron cerrado el espacio aéreo del norte de Europa casi una semana, la llegada de turistas se ha multiplicado por cuatro. Según datos de Statista, Islandia pasó de recibir unos 490.000 turistas en 2010 a superar los 2 millones en 2019. Obviamente, Islandia ofrece más que volcanes, pero la lava y los paisajes son dos de sus principales atractivos.
En La Palma, el número de turistas ha crecido mucho en la última década. De los 150.00o que recibió en 2013 se ha pasado a los 258.000 de 2019, con un pico de 294.000 en 2017. Y la marca turística de la isla promociona en su web la llamada Ruta de los Volcanes, que recorre la zona donde emergió este domingo la boca de magma.
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