La música de los violines estaba en el ambiente en el patio del Foreign Office. Como si fuera la celebración de una boda. Después de una solemne jornada de honores por parte de la familia real, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha bajado a la arena en sus citas del martes, primero con empresarios y luego con una Theresa May ya de despedida.

A la vez, decenas de miles de británicos han expuesto en las calles de Londres, y otra decena de ciudades, como Edimburgo o Glasgow, su rechazo a todo lo que encarna Trump. Como si se hubieran sincronizado, May y Trump comparecían ante los medios al mismo tiempo que el líder laborista, Jeremy Corbyn, se dirigía a los asistentes a la marcha contra Trump.

El presidente ha explicado que no desea encontrarse con Corbyn, a quien considera "una fuerza negativa".  Sobre el Brexit, ha asegurado que cree que habrá salida el 31 de octubre, que el Brexit será "bueno" para el Reino Unido, y que sus dos países firmarán un gran acuerdo comercial,  "un acuerdo fenomenal".

"En la víspera del 75 aniversario del Día D empezamos con la conmemoración de nuestra relación especial, que esperemos que siga los próximos 75 años", ha empezado la primera ministra, Theresa May. Considera que los dos han sido los guardianes de esta amistad. Ha evocado los buenos momentos de esta "alianza crucial", como su unidad frente a Moscú en el escándalo Skripal. "Queremos el mismo objetivo sobre Irán, impedir la escalada nuclear", ha añadido.

Ha confirmado que los dos desean "un ambicioso acuerdo comercial después del Brexit". La primera ministra ha señalado, en relación con Corbyn, es que la relación con EEUU es una relación de la que sentirse orgulloso como nación.

"Nuestra relación especial se basa en valores comunes y la defenderemos a todo coste", ha señalado el presidente Trump, quien ha agradecido la recepción de la reina, a quien considera "una persona fantástica". Con especial énfasis, ha señalado que lo logrado hace 75 años implica que "las dos naciones serán para siempre libres y soberanas".  Nuestra relación comenzó a asentarse "en el corazón de nuestros patriotas". No ha podido evitar referirse a los aliados de la OTAN, que han de cumplir con sus obligaciones, en relación a que aporten el 2% de su PIB a defensa.

Ha elogiado a May como "una persona que ama de verdad a su país". Ha subrayado que la alianza del Reino Unido y EEUU "es la mayor que el mundo ha conocido jamás". Sobre las protestas, ha señalado que es falso que se hayan dado, que es falso que se hayan celebrado. En realidad, no ha podido ver la marcha porque se ha evitado que su comitiva esté cerca de la marcha.

Trump, que en la prensa dominical británica, dijo que el Reino Unido debería dejar la Unión Europea sin acuerdo y sin pagar una factura tan alta, ha sido más diplomático. "Espero que el Brexit tenga lugar el 31 de octubre y tendremos un acuerdo fenomenal", ha señalado.

"Vamos a tener un acuerdo comercial muy amplio y todo estará sobre la mesa", ha añadido Trump. "Las dos partes negociaremos", ha dicho May. Trump le ha aconsejado que demande a la Unión Europea, pero May ha insistido en que lo mejor es una salida con acuerdo y con una buena relación con la UE. Una vez que el Brexit tenga lugar, el Reino Unido y la Unión Europea han de negociar sobre su relación futura y una vez que se haya llegado a un acuerdo será cuando Londres podrá entablar otros acuerdos comerciales.

Conozco a Johnson y me gusta. También a Jeremy Hunt y me gusta. No conozco aún a Michael Gove", ha dicho Trump sobre los posibles sucesores de May

Sobre los sucesores de May, Trump ha reconocido que conoce a Boris Johnson "y me gusta", y también le gusta Jeremy Hunt. Con Michael Gove aún tiene pendiente verse. "A Gove no le conozco", ha remarcado.

En primera fila han seguido la rueda de prensa Melania Trump junto a Philip May, y también Ivanka Trump y su marido, Jared Kushner. El asesor de seguridad nacional, John Bolton, también estaba presente.

Churchill como guía

May ha recibido a Trump en el 10 de Downing Street con los preparativos de su mudanza en marcha. “La relación "entre EEUU y el Reino Unido es una gran alianza y aún puede ser más grande”, ha declarado la primera ministra, en el desayuno con empresarios, uno de sus últimos actos como líder conservadora. A su vez, Trump le ha pedido que esté pendiente de los próximos pasos, de la firma de un acuerdo comercial post Brexit. La "relación especial", en palabras de Winston Churchill entre los dos países, afronta una nueva fase. May y Trump irán al búnker de Churchill.

Trump y May no han estado a solas en el 10 de Downing Street, ya que al encuentro también han asistido miembros del Gobierno británico, entre ellos el jefe de la diplomacia, Jeremy Hunt, aspirante a la sucesión de May, y asesores de Trump. El lunes ya tuiteó Trump sobre el post Brexit que veía posible “un gran acuerdo comercial una vez que el Reino Unido se libere de las cadenas”, en alusión a sus lazos con la UE.

Desde el Gobierno británico han insistido en que la agenda de cuestiones que interesan a los dos lados del Atlántico serán los mismos sea quien sea quien suceda a May como líder conservador y primer ministro. Trump no ha ocultado que su favorito es Boris Johnson, quien el lunes lanzó su campaña oficial.

Trump y May han empezado el día con un desayuno en St James’ Palace con empresarios de ambos países. Entre los directivos invitados estaban el presidente de Barclays, Jes Staley, de GSK Emma Walmsley, de BAE Systems, Sir Roger Carr o de National Grid, John Pettigrew, según The Guardian. Por parte estadounidense se ha convocado a la presidenta de Lockheed Martin, Marillyn Hewson, y de Estée Lauder en Reino Unido e Irlanda, Philippe Warney. Al encuentro también asistieron la hija del presidente, Ivanka Trump, empresaria, y el duque de York, hermano del heredero al trono, el príncipe Carlos.

May y Trump cenan juntos de nuevo este martes en la residencia del embajador de EEUU, Woody Johnson, en un acto al que acudirá el príncipe Carlos pero no la reina, que fue anfitriona de la cena de gala del lunes, en la que también estuvieron los duques de Cambrigde, herederos del heredero al trono.

La primera ministra británica ha obsequiado al presidente de EEUU con una simbólica copia de la Carta Atlántica, acordada por Winston Churchill con el presidente Roosevelt en agosto de 1941. En el texto los dos mandatarios se comprometían a cooperar por la paz y el bienestar de sus naciones. La reina Isabel II recordó en la cena del lunes cómo los dos países se aliaron con otras naciones al final de la Segunda Guerra Mundial para evitar nuevos conflictos. Un diplomático canto al multilateralismo que tan poco gusta a Trump.

El destino ha querido que el presidente Trump, quien se ha entrometido en la política británica en un momento muy delicado por el fallido Brexit, sea el último anfitrión internacional de May como inquilina del 10 de Downing Street. La próxima semana se pone en marcha su sucesión como líder conservadora. Sea quien sea su sucesor en el partido, buscará que los vínculos con Estados Unidos sean sólidos. Otra cuestión sería si hubiera elecciones y Corbyn llegara a ser primer ministro. Pero eso queda aún para la política ficción.