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Trump, sobre El Paso: "Condenamos el racismo y el supremacismo blanco"

Aboga por controlar la violencia de videojuegos y de Internet, y acusa a los medios de propagar el odio

Donald Trump en su comparecencia en la Casa Blanca

Donald Trump en su comparecencia en la Casa Blanca. EFE

Con tono presidencial, Donald Trump ha dejado claro que América condena "con una sola voz el racismo, el fanatismo y la supremacía blanca", que movían al asesino de El Paso. En rueda de prensa, el presidente de EEU ha añadido: "Estas ideologías han de ser derrotadas". Es la primera vez que Trump es tan tajante después de se supiera que el autor de la masacre de El Paso, Patrick Crusius, de 21 años, es un supremacista blanco que quería frenar "la invasión de hispanos". Crusius confesó: "Quería matar al mayor número de mexicanos posible".

Trump ha destacado que El Paso, Texas, y Dayton, Ohio, son obra del "diablo" y sus autores son unos "bárbaros".  Ha señalado que en la sociedad hay que dejar de "glorificar la cultura de la violencia", y ha aludido a los videojuegos y a Internet. El presidente ha abogado por que se aplique la pena capital a quienes cometan matanzas como las perpetradas este primer fin de semana de agosto en Estados Unidos.

Ha propuesto reformar las leyes sobre salud mental para identificar a quienes padezcan trastornos y, si es necesario, encerrarlos aunque sea contra su voluntad. Este fin de semana, en menos de 12 horas, un racista de 21 años atentaba contra los clientes de un centro comercial en El Paso, ciudad de mayoría hispana. Asesinó a 20 personas. Otro joven de 24 años mató a otras nueve en Dayton, Ohio, entre ellas a su hermana. El asesino de Dayton no sobrevivió.

En su alocución, Trump ha querido acallar a quienes le recriminan su permisividad con los supremacistas blancos. Hasta su intervención del lunes había sido muy tibio y no había mencionado el hecho de que el terrorista de El Paso fuera un supremacista blanco. Sin embargo, no ha aludido a la necesidad de establecer mayores controles sobre quienes adquieran armas.

Previamente, en su red social favorita, Twitter, Trump aludía a los controles de armas y la reforma migratoria. En su comparecencia, sin embargo, no ha aclarado nada al respecto. "No podemos dejar que estas matanzas sean en vano... Demócratas y republicanos han de unir fuerzas y apoyar controles de antecedentes más estrictos [para la compra de armas] unidos a una reforma de la ley de inmigración". Ha amanecido con alusiones a las matanzas de El Paso y Dayton, en las que han muerto 29 personas este fin de semana.

La segunda enmienda reconoce el derecho de los ciudadanos de EEUU a poseer y portar armas. En El Paso el joven racista Patrick Crusius usó un AK-47, es decir, un arma de guerra.

En sus tuits mañaneros, ha arremetido contra los medios de comunicación, a los que culpa de que se propague el odio y la rabia en el país. "Tienen una gran responsabilidad en garantizar la seguridad del país. Las noticias falsas han contribuido enormemente a que se extienda el odio y la ira... Las coberturas mediáticas han de ser honestas, equilibradas y no interesadas, o estos problemas irán a peor". Es decir, la culpa de una matanza como la de El Paso, ejecutada por un racista admirador de Trump, quien en sus mítines ha hablado de la "invasión" de inmigrantes reiteradas veces, es de los medios de comunicación que reflejan lo que ocurre de una manera que al presidente no le agrada.

A Trump no le ha gustado cómo la prensa ha recordado que en sus mítines en la campaña de las elecciones de medio mandato, hace apenas nueve meses, solía gritar: "¡Esto es una invasión!", en alusión a los miles de inmigrantes que querían entrar en Estados Unidos y al ascenso de la población latina debido a su mayor crecimiento demográfico. En Texas dentro de dos años serán mayoría los hispanos.

En The New York Times escriben cómo el manifiesto que envió el asesino a un foro racista coincide con el credo supremacista de Trump. En uno de sus mítines, Trump preguntó qué hacer con los inmigrantes, a quienes dibuja siempre como delincuentes, y le contestaron: "Hay que dispararles". El presidente sonrío. Ni una palabra de condena.

Horas antes, en unas breves palabras ante la prensa, Trump dijo el domingo: "Esto es un problema mental. Esta gente está muy, muy mal mentalmente". En la misma línea se había manifestado el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, después de la matanza perpetrada por un joven racista blanco en un centro comercial frecuentado por hispanos. "La salud mental está muy relacionada con este tipo de violencia y estos tiroteos". Patrick Crusius, que había anunciado en un foro supremacista que pretendía frenar "la invasión hispana", mató a 20 personas y dejó heridas a 26. Entre los asesinados hay siete mexicanos.

El fiscal del condado de El Paso, Jaime Esparza, ha informado de que pedirá la pena de muerte contra Crusius. “Hemos manejado principalmente la investigación como un caso doméstico de terrorismo, crimen de odio, con cargos federales por homicidio capital”, dijo Esparza, según informa El Diario de El Paso.

“Es un incidente tan horrible que esta comunidad no está acostumbrada. Yo fui a Walmart y vi todo lo que pasó, sé que la pena de muerte es algo muy fuerte, pero en este caso es necesario”, dijo el fiscal.

Trump ha querido distanciarse de la ideología de alguien como Patrick Crusius capaz de matar a hispanos por considerarlos una amenaza. También el presidente ha anunciado que las banderas de la Casa Blanca iban a ondear a media asta desde el domingo hasta el jueves 8 de agosto en recuerdo a las víctimas de las dos matanzas.

En tuits previos, Trump señaló: "El tiroteo en El Paso no solo fue trágico, fue un acto de cobardía. Sé que estoy con todos en este país al condenar este acto repulsivo. No hay razones ni excusas que justifiquen matar a inocentes". Añadió sus bendiciones y de las de la primera dama para los pueblos de El Paso y Dayton.

Los demócratas, encabezados por el aspirante Betto O'Rourke, ex congresista por El Paso, arremetieron el domingo contra Trump, a quien acusaron de ser "racista" y alentar el odio contra los inmigrantes.

El sheriff de El Paso fue mucho más claro que Trump y el gobernador de Texas. Richard Wiles señaló en Facebook: "Ese hombre vino aquí a matar hispanos". Llamó "racista" al asesino y resaltó cómo había recorrido mil kilómetros para matar a personas "por el color de su piel". El Paso es una localidad fronteriza con México, donde el 80% de la población es de origen hispano. Es una de las ciudades más seguras de EEUU.

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