La reelección de Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid para los próximos dos años asienta la culminación de ese tsunami político que supusieron los resultados de las urnas madrileñas del pasado 4 de mayo. Se abre ahora el tiempo de trabajar y empezar a poner en práctica todo lo prometido en campaña, pero también el de ir comprobando cuáles son las réplicas reales, más allá de las previsibles, de este terremoto que podría amenazar con turbar la paz, no solo un Pedro Sánchez que está firmemente decidido a apurar hasta el final la legislatura de la mano de la recuperación económica prevista a partir de septiembre, sino también de Pablo Casado, que quiere ver en Díaz Ayuso una aliada que ilumine su futuro camino a La Moncloa y no una hipotética competidora en el futuro.

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