Lo de Casado conversando con Rajoy parecía una charla de barbería, esas charlas generacionales de las barberías, como cuando el padre llevaba al hijo a cortarse el pelo o sólo a que aprendiera de la vida, allí en un ambiente de ronquera radiofónica, carruseles de toreros e Interviús de la Cantudo. Casado y Rajoy en el sillón del barbero, con su cosa de reclinatorio de padre de familia, de comunión masculina con navaja y naipe, de lección de vida con olor a loción como a cerveza...

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