Tras la reunión del G7, que finalizó el martes 28 de junio en Alemania, llega la cumbre de la OTAN en Madrid, que durará tres días y promete ser muy intensa. En la agenda figuran la adhesión de Suecia y Finlandia, el refuerzo de la presencia de la organización en los países bálticos, la adopción del nuevo “concepto estratégico” y la puesta en marcha de un nuevo plan de ayuda a Kiev en su guerra con Rusia, conflicto que ha sacado la Alianza atlántica de su letargo.

La cumbre, que comenzó el martes en Madrid, podría ser histórica porque será un punto de inflexión y se tomarán varias decisiones importantes como lo ha subrayado el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. Veinticinco años después de una primera cumbre en la capital española, que contó sobre todo con la entrada de Hungría, Polonia y la República Checa, Madrid podría ser testigo de una nueva ampliación de la OTAN. Esta vez hacia el norte de Europa, con la llegada de Suecia y Finlandia.

Los miembros de la OTAN van a dejar claro en Madrid que ven a Rusia como la amenaza más importante y directa para su seguridad

Los 30 países miembros de la Organización también deben validar el nuevo "concepto estratégico". Este documento clave -después del texto fundador de la organización, el tratado de Washington- reafirma los valores, la función y las tareas de la OTAN. También abordará el refuerzo de la disuasión y la defensa a largo plazo para hacer frente a la nueva realidad de la seguridad, que incluye el redespliegue de fuerzas de la OTAN en los países bálticos.

Por lo tanto, la organización debe decidir transformar su fuerza de reacción de 40.000 efectivos a "bastante más" de 300.000 soldados en alta disponibilidad para hacer frente a la amenaza rusa. No se trata de concentrar tropas en la frontera rusa, sino de una señal política a la atención del Kremlin. Los miembros de la OTAN van a dejar claro en Madrid que ven a Rusia como la amenaza más importante y directa para su seguridad.

Ahora bien, a continuación del G7, la atención de los miembros de la Alianza se centrará principalmente en Ucrania y en el apoyo continuo de la OTAN, tanto militar como financiero. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, que fue invitado a venir a Madrid, asistió a la cumbre a distancia, como ya hizo en el G7. Los miembros proporcionarán más armas pesadas y quieren a largo plazo ayudar a Ucrania a pasar de los equipos militares de la era soviética a los equipos modernos de la OTAN.

La Alianza vuelve a su principal reto estratégico: contener a Moscú

En realidad, la Alianza vuelve a su principal reto estratégico: contener a Moscú. Reto que fue incluido en su primer Concepto Estratégico de 1950. El último concepto estratégico de la Alianza Atlántica data de 2010. Leerlo de nuevo hoy es instructivo. En el punto 33 afirma que la cooperación entre la OTAN y Rusia tiene una importancia estratégica porque contribuye a la creación de un espacio común de paz, estabilidad y seguridad. La OTAN incluso expresó el deseo de una verdadera asociación estratégica con Moscú, a pesar de las palabras de Vladimir Putin en la Conferencia de Seguridad de Múnich en 2007, cuando dijo que el tiempo del colapso de la URSS había terminado. También, a pesar de la intervención militar rusa en Georgia en 2008.

Doce años después, el escenario es muy diferente. La guerra de Putin en Ucrania, ocho años después de la anexión de Crimea en 2014, está cambiando la perspectiva. Una perspectiva que recuerda las tensiones entre el Mundo libre y el Imperio soviético. Como una vuelta a los orígenes, OTAN ha de reorganizarse y sacar del armario el arsenal de un lenguaje militar obsoleto que es la única manera para Putin de entender las relaciones internacionales.
Para todos los países fronterizos con Rusia, la amenaza es, de hecho, muy directa. Con la amenaza verbal, el Kremlin legitima cualquier posible reconstitución de sus antiguas fronteras imperiales. Lunes pasado, las amenazas se materializan a través de ciberataques contra el Estado lituano. El mismo día, el centro de Kiev fue bombardeado por Rusia con un mensaje claro a la OTAN: “actuamos dónde, cómo y cuándo queremos”.

En Madrid se hablará de la ayuda armada a Ucrania, de los presupuestos militares y de las industrias de defensa. Por primera vez, Corea del Sur y Japón estarán presentes como observadores, debido al otro gran problema geopolítico: la cuestión de la influencia china. A través de la solicitud de adhesión de Suecia y Finlandia, la ruptura de Estocolmo y Helsinki con su tradicional neutralidad dice mucho del actual endurecimiento de las fronteras entre Rusia y el resto de Europa.


Frédéric Mertens de Wilmars es profesor y coordinador del grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia.