Con la campaña electoral a punto de comenzar, las encuestas electorales vuelven a dar un baño de realidad a los partidos que basan sus discursos en las últimas semanas en dos ejes fundamentales: el desafío independentista y los continuos episodios de violencia en Cataluña como respuesta del soberanismo a la sentencia del 'procés'; y la histórica exhumación de Franco.

Este último acontecimiento ha tenido una especial relevancia en los últimos días de cara a las urnas: mientras el resto de formaciones tildaban el proceso de traslado del dictador del Valle de los Caídos al panteón familiar de Mingorrubio de electoralista, el líder del Ejecutivo sacaba pecho del cumplimiento de la iniciativa socialista 16 meses después de anunciar un compromiso histórico que, finalmente, no ha tenido un impacto si quiera relevante en los últimos sondeos publicados.

Y es que ni si quiera la exhumación de Franco logra poner coto a la sangría de votantes del PSOE. De acuerdo con la última encuesta de GAD3 para ABC realizada entre el 21 y el 24 de octubre, lejos de sumar votos, Sánchez atiende a una desmovilización de la izquierda y se quedaría por debajo del umbral logrado el 28 de abril, aglutinando el 27,3% de los votos que le otorgarían 118 asientos en el Congreso de los Diputados. El castigo hacia Sánchez bien podría deberse a los entrevistados que discrepan del modo en que se ha realizado la exhumación del dictador, unas críticas que han unido a dirigentes de todos los flancos políticos.

Aunque conservaría la primera posición -el PP logra recortar mucha distancia, pero no la suficiente-, el pesimismo en las filas socialistas queda ratificado por el tracking de Sigma Dos para El Mundo, que confirma la nula conversión del impacto de la exhumación de Franco a las urnas, resintiéndose hasta los 120 escaños. Sánchez tiene además un importante problema con la abstención, con la tarea de incidir en el votante desmovilizado como prioridad en los próximos 11 días. Según el citado sondeo, un 11,6% del electorado socialista no irá a votar el 10-N y un 12,5% duda aún a favor de quién depositar su papeleta.

La horquilla de los 120 escaños la confirma también la encuesta de Celeste-Tel para eldiario.es -aunque resalta que sube 0,7 puntos en intención de voto respecto a la última medición-. Más efímero es el impulso del sondeo de NC Report para La Razón, que otorga al PSOE un 27,5% de los votos -0,3 puntos por encima de la última medición antes del traslado de los restos del dictador- y una horquilla de entre 120 y 123 escaños.

Impulso de Vox y resistencia de PP

Las últimas encuestas publicadas este mismo lunes, cuando restan menos de dos semanas para que se abran las urnas, confirman el prácticamente empate técnico al que asisten los bloques de izquierda y derecha y el retorno al problema de las anteriores generales: bloqueo político.

Este último certifica su crecimiento no solo por el meteórico ascenso que firmará, según las previsiones, Pablo Casado; sino por el fuelle que ha ganado Santiago Abascal en las últimas semanas y, concretamente, en los días posteriores al anuncio de la exhumación de Franco, posicionándose como tercera fuerza política según todas las encuestas electorales, en algunos casos llegando a romper incluso la barrera de los 40 escaños y prácticamente doblando los escaños obtenidos el 28 de abril.

En concreto, las encuestas que publican tanto ABC como El Mundo pronostica a los de extrema derecha un salto hasta alrededor del 13% de los votos y 41 escaños, consolidándose como el partido que más crece en los últimos días, con el blindaje de su electorado como piedra angular de su resistencia.

Por su parte, Casado sigue instalado en el crecimiento fruto de su nueva apuesta por la moderación -en la campaña del 28 de abril y ante el ascenso que firmaban muchos sondeos para Vox, los populares dieron un decidido viraje a la derecha que les costó la mayor debacle electoral de su historia con 66 escaños- y todos los sondeos le avalan una horquilla que gira en torno a los 100 diputados, recortando cada vez más distancia con el PSOE. Sin ir más lejos, el sondeo de ABC otorga a los populares la menor distancia registrada con Pedro Sánchez: a tan sólo 18 escaños.

Ciudadanos, sumido en la irrelevancia

Importante, aunque como viene siendo habitual no para bien, es la sangría a la que sigue atendiendo los de Rivera, a la que ya ninguna encuesta posiciona por delante de Santiago Abascal. Su traslado hasta la quinta e incluso sexta posición del ránking puede tener consecuencias nefastas no sólo para el propio Rivera, sino en sus negociados territoriales con el Partido Popular y en el aumento de las exigencias de Vox para sostenerlos.

El hecho de ser quinta fuerza política ha dejado de ser el peor escenario político para los naranjas. El más pesimista con los liberales es el de Sigma Dos, que ya sitúa incluso a ERC por delante de las aspiraciones liberales. Ciudadanos, como sexta fuerza se quedaría con 16 escaños -41 menos que los resultados de abril-, horquilla sostenida por el resto de sondeos como el de ABC (17); La Razón (18-19); y eldiario.es (20).

El gran problema de los liberales, mucho mayor que el de los socialistas, es la desmovilización de un electorado que está castigando los bandazos del líder del partido en los últimos meses, hastiado por la incesante salida de cargos y pérdida de afiliados: primero levantó un veto sin cuartel a Pedro Sánchez "y su banda"; más tarde, ofreció un acuerdo in extremis de Estado al jefe del Ejecutivo para salvar al país de elecciones; y, ahora, con los nuevos comicios a la vuelta de la esquina, vuelve a tender la mano al Partido Socialista con una fórmula con la que hubiese sumado mayoría absoluta y hubiese garantizado un Gobierno estable hace dos meses.

Rivera, como reconoció en una entrevista para La Sexta este domingo, llegó a culpar al presidente en funciones de su propio veto al asegurar que "nunca hizo una oferta" a Ciudadanos en los últimos meses.