En las últimas 48 horas, Ciudadanos ha experimentado el peor capítulo de su historia desde su creación en 2006. El desastre en las urnas, que ha dejado en coma a la formación con tan sólo 10 diputados -47 menos que en las pasadas generales- se ha llevado por delante a Albert Rivera, quien no sólo presentaba su dimisión como presidente de la formación, sino que comunicaba este lunes su abandono de la vida política ante unos emocionados compañeros de partido.

Una vez que el escrutinio avanzaba y los resultados no dejaban mucho margen para la ansiada remontada, la idea de la dimisión y el posterior relevo del presidente de Ciudadanos se hacía más y más tangible en Alcalá, 253. Según apuntan fuentes de la cúpula del partido, algunos miembros de la dirección pidieron al ex presidente que aguantase, al menos, hasta la convocatoria de la Asamblea General que designase a su sucesor. Pero Rivera "se ha derrumbado". "Supe que iba a dimitir en cuanto le he visto la cara esta mañana", apuntaba ayer Juan Carlos Girauta, en una entrevista en la que el ex portavoz parlamentario anunciaba también su salida de la vida política. Y horas después, dimitió.

Aunque el grueso del partido, derrotado ante la noticia, pide ahora "pasar el duelo" para "ver cómo encajamos este mazazo", el interrogante es obligatorio: quién tomará las riendas de un partido en ruinas.

De puertas para adentro, el partido cierra filas en torno a su "sucesora natural", y todas las fuentes consultadas coinciden en señalar a Inés Arrimadas como "la líder con mayor proyección para encarar el desafío" que conlleva un relevo de estas características, con el aliciente de que sería la primera mujer en encabezar un proyecto político a nivel nacional. Buena parte de las miradas de Rivera en su discurso de despedida se dirigían a una Arrimadas aún con el rostro desencajado, que agradecía a su posible predecesor la labor realizada: "Esta es y será siempre tu casa", escribía en Twitter, sin pronunciarse aún respecto a sus planes.

La portavoz en el Congreso y ex líder del partido en Cataluña cuenta con el aval de buena parte de la Ejecutiva y, aunque es el nombre que más suena, no es el único encima del tablero. Que Arrimadas protagonice la continuidad del partido implica seguir con la corriente de Rivera en la más alta dirección, pues la dirigente catalana siempre se ha mostrado fiel al líder sin discrepar en ninguna de las políticas abordadas por el ex presidente naranja con su búnker particular, ni siquiera en las más polémicas respecto al viraje hacia la derecha o el inquebrantable veto a Pedro Sánchez.

Por ello, algunos cuadros del partido especulan con la posibilidad de que el líder que en su día encabezó la corriente crítica del partido, Luis Garicano, salte a la primera línea y se postule como candidato a presidir Ciudadanos o que, incluso, los dimitidos empezando por Toni Roldán puedan organizar una candidatura alternativa a la corriente marcada por Rivera.

Aunque es pronto para hacer cábalas, la primera opción quedaba emborronada por el propio Garicano en una entrevista en Onda Cero horas después de la dimisión de Rivera, en la que se unía a la corriente mayoritaria y descartaba su candidatura argumentando que ya "hay una candidata extraordinaria" en la posibilidad de que Inés Arrimadas concurra: "Uniría a todos los afiliados y simpatizantes".

Pero el eurodiputado también ha abierto la puerta al retorno de los dimitidos, con las consecuencias que ello podría tener en el futuro de la dirección del partido: "Ojalá pudiéramos recibir a los que se han ido" porque en Ciudadanos, en estas circunstancias, "no sobra nadie, falta gente".

Ignacio Aguado podría ser otro de los aspirantes que podría jugar sus cartas en el intrincado reto de asumir la presidencia del partido. Así lo han confirmado fuentes del entorno del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, que aseguran que Aguado no cierra la puerta a esa posibilidad, aunque supedita su decisión final a una charla con Inés Arrimadas para conocer cuál es "su proyecto de partido" antes de mover ficha.

El proceso de primarias podría alargarse hasta marzo

Se abre ahora un proceso complejo para Ciudadanos, en el que el partido no sólo ha quedado descabezado en el Congreso de los Diputados por la escabechina que supone la pérdida de 47 diputados -José Manuel Villegas o Fran Hervías son algunos de la larga lista de líderes que se quedan sin escaño- sino también a nivel interno.

El Consejo General designará a una gestora de 15 personas con la que se abrirá el proceso de primarias

La dimisión del presidente implica la disolución inmediata de la Ejecutiva y, según apuntan las fuentes del partido consultadas, el itinerario implica la convocatoria del único órgano con poder en el partido: un Consejo General, compuesto por 160 miembros y presidido por Manel Bofill, que se reunirá en un plazo no superior a 15 días.

Este Consejo nombrará a una gestora compuesta por 15 miembros y se abrirá el proceso de primarias que culminará con la celebración de la quinta Asamblea General de Ciudadanos, que puede alargarse hasta un plazo máximo de cuatro meses y de cuya reunión saldrá el nombre del sucesor de Albert Rivera.

Fuentes de la dirección apuntan a la necesidad de que "no haya división" en cuanto a las corrientes, ya que "lo ideal es que de esa reunión salga un partido reforzado, con un liderazgo claro y fuerte".